La Opinión de Murcia

La Opinión de Murcia

Conciertos

Los Enemigos: "Llámalo ‘rock and roll’, ‘contracultura’ o como quieras, pero es algo que va a estar ahí siempre"

La banda de Malasaña, liderada por Josele Santiago, regresa a Murcia para presentar esta noche en la Sala REM su último e improbable álbum, Bestieza (2020)

Josele Santiago, segundo por la izquierda, junto al resto de la banda.

Los Enemigos, responsables de algunas de las canciones más influyentes de nuestra música popular contemporánea, regresaron en 2020 con un nuevo álbum, el arrollador Bestieza, envidiable ejercicio de síntesis creativa, inventiva lírica y actitud rockera. Hacían falta más guitarras. De hecho, justo la semana en la que se decretó el confinamiento, este disco fue el más vendido en España. Pero, de repente, llegó la covid y adiós gira, adiós ventas. Sin embargo, Los Enemigos siguen en un momento dulce, y han vuelto a la carretera sabiendo que no tienen que demostrar nada. Con motivo de su visita a Murcia –esta noche actúan en la Sala REM– hablamos con Josele Santiago, carismático frontman de la banda de Malasaña. Advertencia: no se hacen prisioneros.

 

Quizás era el momento de hacer Bestieza, Josele. ¿Lo necesitabais?

Sí. Teníamos que hacer algo porque el ambiente en el grupo no era el mejor... Yo qué sé... Era un calco de lo que pasó antes de la disolución del grupo en los 2000. Pero con la entrada de David –oxígeno, sangre fresca– decidimos lanzarnos y enseñar nuestras cartas (las canciones que tenía yo, las de Fino...), y yo no sé si hacía falta o no que fueran así, pero supongo que era lo normal. Había mucha frustración y mucha mala hostia enconada, y las sacamos, y salió un disco bastante guitarrero, muy energético, muy punkrroncillo, ¿no? Pero muy cuidado también.

Auténticos temazos. No sorprende nada que en aquellos primeros días de marzo fuera el número uno en ventas.

Eso fue una conmoción. Hubo una llamada: «Oye, que estáis en el número uno». «¿Número uno de qué? ¿De qué periódico?». «No, no, de ventas. Así, en general» [Risas]. Luego vino la pandemia, que era algo que tampoco se creía nadie..., pero nosotros, después de ser los que más discos habían vendido, nos tragábamos cualquier cosa. De hecho, casi que le otorgó cierta lógica a nuestro número uno que aquello fuera como la antesala de una pandemia global. La putada fue que toda la gira se fue al carajo.

Supongo que económicamente ha sido difícil..., al menos tú, con tu otro formato en solitario.

Sí. Por suerte, David y yo hemos podido salir mal que bien y de vez en cuando hacer algún bolillo acústico, pero con Los Enemigos nada, muy poco.

No sé si lo de haber estado unos años separados ayudó a la hora de volver.

Lo que ayuda mucho es tener otras historias por separado, no dedicarnos exclusivamente a Los Enemigos, porque de esta manera llega uno limpio al local de ensayo. Las inquietudes que puedas tener que no cuadran en el proyecto de Los Enemigos las canalizas por otro lado y ya está. Yo tengo ya seis discos en solitario, y pienso grabar más; es incluso necesario. Cada uno tiene su historia... Pero sí, el hecho de haber estado diez años separados pudo ser positivo a la larga; de no haber parado nos hubiéramos acabado tirando los trastos a la cabeza. Estábamos muy quemados...

Cuando os volvisteis a juntar, ¿teníais algún plan o sencillamente fue: «Venga, a ver qué ocurre»? De ahí salió el disco anterior, y luego, Bestieza.

La idea que teníamos era hacer un concierto y ya está. Estaba muy bien pagado, merecía la pena, así que nos juntamos. Y lo que pasó, chico, es que nos salió otro –este ya un poco menos mejor pagado–, y luego otro y otro. Y estábamos tan a gusto en carretera que, de repente, nos dimos cuenta de que estábamos comportándonos como una banda viva, así que dijimos: «Vamos a hacer un disco», que es lo que hacen las bandas vivas. Y hasta aquí hemos llegado. Estamos muy a gusto ahora mismo. El ambiente es inmejorable y eso se nota en el escenario.

El disco se abre con 7.000 canciones, que entra como una ráfaga. ¿Sentisteis que era la canción perfecta para volver?

Hombre, claro. No cabe duda de que es una canción muy especial... Cuando la terminas, dices: «Hostias, este tema es redondo; va a ser el single, seguramente». Fíjate, como curiosidad te diré que, a la hora de elegir el orden de las canciones, Fino y yo trajimos exactamente la misma lista, con 7.000 canciones la primera. Nunca nos había pasado, pero es que esta vez estaba todo como muy cantado...

Esta canción empieza diciendo «el futuro fue, desapareció». Con lo que seguro que no contabais es con que luego vino lo que vino...

Sí, sí. Así, a toro pasado, parece sacado de una profecía. Pero bueno, mira, algo tendremos igual de profetas... Tampoco es la primera vez que nos pasa, pero sí, el primer verso no puede ser más profético.

¿Qué es lo que más te gusta a ti de Bestieza, Josele?

Me gustan muchas cosas. Me ha gustado escribirlo, grabarlo, ensayarlo, tocarlo, cantarlo..., todo. Pero quizá lo que más destacaría es que era bastante improbable que sacáramos otro disco; estábamos a punto de dejarlo otra vez, pero no nos salió de los huevos tirar la toalla. Fue un movimiento muy de equipo, muy de por la labor, y me gusta esa unión. Además, creo que eso se nota en la contundencia del disco. Ni florituras ni hostias; vamos al grano. Cuando escucho a la banda tan engrasada, digo: «Sí señor, así sí». Vamos todos a una.

¿Qué podrías decir que habéis descubierto Los Enemigos al hacer este disco?

Que probablemente nos queden un montón de años más de Los Enemigos.

De vida enemiga.

Claro. ¿Qué más quieres? Nuestro futuro estaba ya un poquito borroso, y de repente se han vuelto a perfilar nuestros caretos y nuestras ganas. Este disco nos concede una prórroga más a Los Enemigos (que ya llevamos unas cuantas).

Lo mismo ya hasta tenéis canciones para un disco nuevo con todo lo que ha pasado y el tiempo que ha habido... O para un disco tuyo en solitario.

Ya veremos... Pero sí, creo que, tal y como están las cosas en el seno de la banda, lo podemos aprovechar y sacar otro como Los Enemigos, y luego ya veremos nuestras historias. Más que nada por la racha que llevamos, y aprovechar un poco la inercia. Y, no sé, en las letras que me están saliendo no te creas que me estoy poniendo a hablar de la pandemia ni nada de eso, porque es que no tengo ganas.

"La gente dice que ha cambiado ‘la forma de consumir música’, pero y a mí, ¿qué? Yo no la consumo, yo la escucho"

decoration

Normal. Huye uno como gato del agua.

También porque están [las letras] un poco fuera de la vida social; son más ‘pa’ dentro. En el último mío en solitario, Transilvania, también estaba metiendo el dedo en la gran llaga de la sociedad; en este, también, y tengo ganas de dejar volar la imaginación.

Otra canción de Bestieza dice «no quiero saber nada de algoritmos». ¿Cómo se llevan Los Enemigos con la dictadura del algoritmo que rige la industria?

Mal. Pero bueno, nunca nos hemos llevado bien con la industria, así que, visto así, tampoco ha cambiado mucho la cosa... De hecho, es que ni siquiera nos llevamos. La canción no dice: «Me cago en los algoritmos», sino «no quiero saber nada» de ellos. Ni a ellos les interesamos nosotros ni a nosotros nos interesan ellos, y nos ha ido bien así durante treinta años, con lo que espero que no tengamos que cambiar. 

Es que son dos historias distintas... Hay gente a la que le gusta la música y acude a los conciertos y compra discos porque les (nos) llena, y luego hay otros que se dedican a venderla, o que la compra y no la escucha, sino que la ‘consume’. Eso es algo que se dice mucho ahora: «Ha cambiado la forma de consumir música», y a mí, ¿qué? Yo no la consumo, yo la escucho.

Es un buen matiz.

Claro. ¿Qué coño ‘consumir’? Yo consumo pipas, no música, no me jodas.

Habrá que mirar el lado positivo, como cantaban los Monty Python. ¿Cuál es desde tu punto de vista ese lado bueno?

Primero de todo, que estamos vivos después de la que ha caído, que estamos con salud y que estamos juntos. La mayoría de las bandas las han pasado canutas, pero no sé de ninguna que se haya separado durante la pandemia. Estamos retomando la cosa poco a poco, y ahora tocar tirar ‘palante’ y con buena cara. Porque debemos volver a salir a la carretera con alegría, y hacer que la gente disfrute cada segundo de cada concierto; ese es nuestro trabajo ahora, nuestra misión. Estamos en una misión de Dios.

Que dirían los Blues Brothers.

Sí [risas].

También habéis reeditado Gas, de 1996. ¿Cuál es la idea de esta reedición? ¿Lo demandaba el público? ¿Qué transmite para ti ese álbum?

Eso es más cosa de Fino, que se pasa por las oficinas y da el coñazo muchísimo para que reediten nuestros discos. Si no fuera por él, probablemente no se estaría recuperando nada. De aquel disco recuerdo también la grabación como un momento de muchísima unión en el seno del grupo. Estábamos en medio del monte, conviviendo; un mes por ahí perdidos, pero juntos. Recuerdo mucho salvajismo (en todas las acepciones de la palabra); hacíamos mucho el cabrón. Y, consecuentemente, es también uno de los álbumes más contundentes de Los Enemigos. Y el que recuerdo con más cariño, te diría. De hecho, cuando nos volvimos a Madrid (o se volvieron), yo me quedé por allí porque me gustaba aquello, y estuve una buena temporada por allí haciendo el cabra.

Hay quien dice que la idea del rock and roll como actitud ante la vida caducó en los noventa, y que a partir de ahí perdió un poco su espíritu rebelde. Pero no creo que tú estés muy de acuerdo con esa afirmación...

No, porque una cosa es la actitud y otra cosa es la estética (que es algo que siempre nos la ha traído bastante floja, la verdad). Pero la actitud, las ganas de hacer cosas por uno mismo y no porque te las enchufen en el cerebro, van a estar ahí siempre. Lo puedes llamar ‘rock and roll’, ‘contracultura’ o como quieras, pero eso sigue y seguirá siempre vivo. Yo lo llamo ‘rock and roll’, por cierto, que me gusta más.

Horario: Hoy, 22.25 horas.

Lugar: Sala REM, Murcia.

Precio: 22/25 euros.


Compartir el artículo

stats