El show de Samsa

Nannetti, Strindberg y Nerval: la construcción de una biografía fantástica

El arte y la locura son distintos caminos que pueden llegar a confluir. Nannetti, Nerval y Strindberg, de inspiraciones y talentos dispares, alcanzarían a través de su extravagante visión de la realidad la creación de un mundo nuevo

La canción de NOF4

La canción de NOF4

Pedro Pujante

Pedro Pujante

Una de las señas de la novela del futuro, señalaba Vila-Matas, es su relación con la alta poesía. También lo habían apuntado Cortázar, Lezama Lima o Michel Butor, uno de los adalides de las ‘nueva novelística. Butor afirmaba que «el novelista (…) trabaja con lo cotidiano, lo prosaico; pero reelabora lo prosaico y lo cotidiano de manera que a través de su forma aparece una nueva forma de poesía».

Los trabajos que ponen de manifiesto los vínculos entre poesía y narrativa son abundantes y quizá uno de los más destacados y recientes en nuestras letras sea este breve pero bello y profundo libro de Raúl Quinto: La canción de NOF4. Una suerte de biografía fantasmática de un hombre recluido en un manicomio, aislado del mundo y de la realidad que se dedicó a cubrir un muro con extrañas y crípticas inscripciones.

Como ya se ha escrito bastante sobre este original libro, en este texto me ha parecido interesante explorar los vínculos entre literatura y locura a través de otros dos autores cuyas obras basculan entre lo fantástico y la sinrazón. Entre lo fantasmal y lo autobiográfico, como sin duda tiene lugar en Nannetti, el artista marginal que protagoniza esta biografía/ensayo/poema.

Según Fernando Oreste Nannetti, personaje de esta poética y terrorífica biografía, los mensajes que escribió en el muro del manicomio donde se hallaba recluido, le eran dictados por unas voces de forma telepática. Su relato de locura entronca con el misterio y la ciencia ficción, pero Quinto lo captura desde la incertidumbre de la poesía, haciendo de este libro un poema delirante y hermoso sobre la necesidad de escribir, los límites de lo humano y el arte como fórmula contra la soledad.

Strindberg

La locura es uno de los límites entre la realidad y lo monstruoso. Allí donde no alcanza la razón se vislumbran fantasmas, sombras y voces que nos dictan mensajes incomprensibles. La enfermedad de Nannetti, en ese sentido, era similar a la que padecía el personaje del Inferno de Strindberg. Recordemos que en esta novela de carácter semiautobiográfico el autor sueco contaba episodios de su vida trufados con elementos fantásticos, mostrando una visión deformada de su realidad. Un narrador y protagonista, que responde a la identidad de Strindberg, asegura ser víctima de agentes que conspiran contra él, que construyen máquinas diabólicas para destruirle, así como entramados eléctricos malignos.

Los paralelismos paranoides entre Nannetti y el Strindberg de Inferno son más que evidentes. Viktor Tausk, uno de los pioneros del psicoanálisis, describió en su ensayo Sobre el origen de la máquina de influir en la esquizofrenia (1919) la identificación de ciertos esquizofrénicos con las máquinas. Tausk recogía en su estudio el caso de la señorita A. Natalija, quien creía estar bajo el control de una máquina que su exnovio operaba para perjudicarla.

NERVAL

Por otra parte, Nannetti construyó una suerte de autobiografía irreal, un árbol de familia inventado que lo emparentaba con personas que jamás conoció. Este curioso hecho entronca con lo narrado por otro artista loco: Gérard de Nerval. Como Nannetti pasó temporadas encerrado en hospitales psiquiátricos y también en los muros de su prisión grabó mensajes que le sirvieron como grito.

Según relata Gómez de la Serna en la biografía que le dedicó al autor de Sylvie, Nerval escribió en el muro de su celda: «Tú me has visitado esta noche», refiriéndose a ese personaje onírico, Aurelia, que dio título a una de sus más famosas novelas-sueño.

Pero lo que más ha de unir a Nerval con Nannetti es la construcción de una genealogía fantástica. El poeta francés también tanteo ese género de enfermos mentales: «la mitología individual». La creación de un mundo personal pero atávico que sirve para desligar al yo de su propia mediocridad y alzarlo a través del tiempo y de los grandes hombres del pasado, aunque sea de un modo fabulador.

En una hoja conocida como Genealogía fantástica, fechada en 1841, Nerval esbozó con profusión de dibujos y abigarrado texto que se entremezclan (otra analogía con el muro de Nannetti) una biografía imaginaria. Este texto entronca con Aurelia, donde el autor revela un sueño en el que descubre sus lazos genealógicos con reyes y emperadores franceses.

El arte y la locura, como sabemos, son distintos caminos que pueden llegar a confluir. Algunos hombres como Nannetti, Nerval y Strindberg, de inspiraciones y talentos dispares, alcanzarían a través de su extravagante visión de la realidad la creación de un mundo nuevo. Quizá porque el mundo y el tiempo en los que les había tocado vivir no les correspondían.