La autora Carmen Mola, seudónimo bajo el que se escondían los guionistas Jorge Díaz, el lorquino Agustín Martínez y Antonio Mercero, se proclamó anoche vencedora del Premio Planeta 2021 con La bestia, el primero con la dotación de un millón de euros, y que se ha entregó en una cena literaria en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) presidida por los reyes.

Los tres escritos desvelaron su identidad después de escribir cuatro novelas juntos. En las tres primeras -reunidas como la trilogía de La novia gitana- dieron vida a la inspectora Elena Blanco. En su cuarto trabajo a seis manos, La bestia, por el que han recibido el prestigioso galardón y que verá la luz el 15 de noviembre, Martínez, Díaz y Mercero se han marcado un thriller histórico. «Queríamos dar un salto», explicaba Mercero anoche. Díaz explica que los tres decidieron que desvelarían su identidad si ganaban el premio: «Era salir por todo lo alto».

Añade que el protagonista real de la obra, llena de asesinatos, crímenes y terror, es «un Madrid distinto al actual, sucio, con barro, sin aceras, con basura por las calles» que aún empeoró con la epidemia que sufrió en 1834.

Mercero explica que la trama transcurre en una ciudad de clima «opresivo generalizado» y propone una historia de superación y búsqueda de aire ‘dickensiano’.

Un híbrido

Así, con la novela ganadora del Planeta, los autores querían que Carmen Mola «creciera» con «un híbrido entre el género negro y la novela histórica, aunque conserva muchos de los elementos de las novelas anteriores, ese ambiente negro, la trama de ‘thriller’, el estilo», repone Martínez. Y añade Jorge Díaz: «Habíamos hecho novelas policíacas, pero nos apetecía probar con el género histórico y un tipo de novela distinta, en el que se reflejaran los tiempos que nos han tocado vivir recientemente con la pandemia, pero, como no estábamos seguros de cómo sería el futuro, pero sí del pasado, volvimos los ojos al siglo XIX».

En ese sentido, añade Antonio Mercero que «los lectores de Carmen Mola la reconocerán en este libro a través de una búsqueda de trama policíaca y el retrato de la violencia de la sociedad, en este caso del siglo XIX, pero la repercusión del premio hará que se sumen otros públicos».

Subrayan los tres que trabajar a seis manos «más que una dificultad es un aliciente», porque «siempre aprendes de tus compañeros y el talento no se multiplica por tres, sino por cinco o por diez».

En esa «compenetración» que esgrimen todos, Díaz destaca una cualidad primordial: «La humildad de aceptar que una idea que crees que es genial no lo sea tanto si los otros dos la desestiman».

Al respecto, Martínez explica que «en otras artes como la pintura o la música está más asumida la creación colectiva que en la literatura» y atribuye esa circunstancia a que entre los escritores «la lucha de egos» se halla «más presente».

«Podemos dejar de mentir»

No creen que el hecho de «haber salido del armario del anonimato» vaya a suponer el final de Carmen Mola: «Seguiremos compaginando los libros de Carmen Mola con nuestros proyectos personales como escritores: la única diferencia es que ahora podemos dejar de mentir a nuestros amigos», señalaba Jorge Díaz.

Esa naturalidad con la que trabajan en equipo como escritores y al mismo tiempo de manera individual como guionistas ha hecho que dos de ellos, Jorge Díaz y Antonio Mercero, estén trabajando en la adaptación televisiva de la primera entrega de la saga de Elena Blanco, La novia gitana.

La obra se encuentra ya en preproducción, se podría comenzar a grabar en enero y estará en las plataformas en otoño, en lo que podría considerarse «un viaje de ida y vuelta divertido entre la novela y la serie».

Nunca pensaron en una actriz concreta para el personaje de Elena Blanco, porque, como advierte Díaz, son conscientes de que «luego hay un director de ‘casting’, y en el trabajo de la televisión trabaja tanta gente que no puedes entrar en cosas así».

Jorge Díaz y Agustín Martínez, coguionistas de la serie Víctor Ros, no creen que se pueda establecer un paralelismo con la novela ganadora del Planeta, más allá de haber sucedido en el siglo XIX.

«En la época de Víctor Ros, a finales del siglo XIX, se produce un salto importante en la sociedad, ya no está la cerca, y ese mundo es bastante más cercano al que conocemos hoy», precisa Díaz.

La bestia está escrita con un narrador omnisciente en tercera persona y en presente, «para dar más velocidad a la narración», anota Mercero; y ese narrador, como dice Díaz, «aunque no es una cámara, cuenta lo que está sucediendo en la escena».

El lorquino Agustín Martínez, por su parte, acaba de hacer «una serie con Netflix que se estrenará a principios del próximo año y la tercera temporada de La caza para TVE», mientras los otros dos comenzarán con los guiones de La novia gitana. Este galardón supone el aldabonazo definitivo para una carrera como guionista y escritor -ha publicado bajo su nombre las novelas Monteperdido (2015) y La mala hierba (2017)- que ya apuntaba alto. Sobre su posición narrativa, Martínez reflexionaba así en LA OPINIÓN en mayo de 2017: « No es que yo quiera incomodar, pero llevo al lector a un territorio en el que no nos gusta estar demasiado tiempo, y mucho menos pensar que algo así nos podría ocurrir. Busco generar una serie de preguntas en el lector y que el libro dure un tiempo en su cabeza una vez terminado». Sus palabras sobre la posibilidad de adaptar sus novelas a la pantalla resultan hoy premonitorias: «Me encantaría que [mis libros] tuvieran una segunda vida en la televisión o en el cine. Hay algunas posibilidades, que están todavía en el aire, y ya veremos si se hacen realidad. Pero tengo años de experiencia en la tele y sé que a veces los proyectos hay que cuidarlos y tener calma para que salgan bien, porque son novelas exigentes a nivel de espacios y ambientación y requieren una producción adecuada».

La gira de promoción del premio Planeta deberá adaptarse a los proyectos personales de cada uno. Totalmente «vírgenes ante la experiencia de una gira de promoción en Planeta», lo que tienen claro los tres es que les convertirá en «escritores de hoteles y trenes».

La finalista

La finalista fue la novelista madrileña Paloma Sánchez-Garnica con la obra Últimos días en Berlín, que en este año tiene una dotación de 200.000 euros, en una edición que ha recuperado el formato tradicional de gala de concesión del Planeta tras la pandemia.

La madrileña explicó que Últimos días en Berlín es una novela de amor y amistad en una época convulsa en la Europa del siglo XX y las consecuencias de los totalitarismos en la vida cotidiana, con el telón de fondo del nazismo y el estalinismo, que definió como dos elementos destructores. «No estamos libres de las tragedias del pasado», remataba.

Además, Sánchez-Garnica explicó que el germen de la novela surge por una necesidad de encontrar respuestas: «Necesitaba entender cómo fue posible que ocurriera lo que ocurrió».

Además de los reyes, a la gala de entrega acudieron el ministro de Cultura, Miquel Iceta, y la de Educación, Pilar Alegría; la alcaldesa Ada Colau; la consellera de Cultura de la Generalitat, Natalia Garriga, y el jefe del Govern d’Andorra, Xavier Espot.

Antes de la concesión de los premios, el presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, pronunció un discurso en el que ha agradecido a los reyes presidir la concesión de la 70 edición del galardón.

Asimismo pidió un aplauso a los asistentes a la cena para mostrar el «cariño» a los monarcas, destacando «su empeño y firmeza en mejorar la sociedad».