Me gusta acercarme a Mazarrón a la menor excusa y quedar con Carmen Guillén es la mejor de todas. Con 15 años, en uno de sus primeros largos viajes, al conocer Egipto decidió ser arqueóloga y vivir allí por siempre. Con el tiempo estudió Óptica para trabajar en el negocio familiar que fundara su abuelo en Cartagena y que ahora regenta su padre aquí. Finalmente se licenció y doctoró en Historia y en la actualidad es profesora en la Facultad de Medicina de Albacete. Allí enseña Historia de la Medicina, una magnífica simbiosis entre ciencias y letras que sus alumnos acogen con cierta desconfianza inicial pero que después adoran, cayendo rendidos ante esta gran profesional a la que le van los retos.

Del creciente reconocimiento a su valía habla que la llamaron para participar en el conocido programa de La 2 El Condensador de Fluzo, donde ha destacado por sus intervenciones inteligentes, muy documentadas, entretenidas y casi siempre en defensa de la historia, no demasiado conocida, de la mujer. Uno de los temas en los que es especialista es en la historia de la mujer, con perspectiva de género y visión feminista. Ha estudiado la evolución de la sexualidad y la salud sexual de la mujer, por ejemplo de la prostitución en la época franquista: «Siempre ha habido una doble moral que ha castigado a la mujer y excusado al hombre. Para que hubiese mujeres buenas y santas necesitaban que también las hubiese ‘malas’», dice.

Ser hija del Cronista Oficial de Mazarrón le ha marcado, sobre todo por vivir en una casa llena de libros y por seguir cultivando en familia la gran pasión de viajar. Cada año empieza a mandar a su padre ideas de posibles destinos, de hecho hago esta entrevista ‘in extremis’, porque mañana se van: esta vez toca a Samarcanda, la famosa ciudad de Uzbekistán situada en plena Ruta de la Seda. «Viajar te cambia, te enseña y te cura. Cuando vuelves de un viaje a África o Asia ya nunca serás la misma persona», dice.

Le gusta su trabajo, pero en Albacete echa en falta más ambiente, más movida cultural: «Será porque aquí los inviernos son demasiado fríos, pero no me importaría volver a la Región de Murcia». A su tierra viene mucho, aquí está bien, me dice y «!me parece fantástico todo lo que se está haciendo en lo cultural en Mazarrón, sólo le diría a Ginés Campillo, él que es un amante del séptimo arte, que nos falta un cine. En Murcia soy asidua a la Filmoteca». La fotografía se la hago en la biblioteca y despacho familiar; ella allí tiene también una mesa y un sillón y me dice que aquí está su rincón en el mundo. A sabiendas de que es políticamente incorrecto ante una feminista, que realmente destaca por su inteligencia y formación, bromeo y le digo que es extraño que nunca fuera la reina de las fiestas de su pueblo. Me dice que nada más alejado de sus intereses, pero realmente es una belleza esta mujer, también por fuera. Encantadora.

Me cuenta Carmen que pronto grabarán la segunda temporada de El Condensador de Fluzo y que hay novedades que no me deja anunciar. Así que ahí la veremos, de nuevo poniendo en valor el papel de la mujer en la historia, enseñando lo que no suele salir en los libros y deleitando a la vez.