Tras un año de atronador silencio musical, y después de reaparecer con más ganas e ilusión que nunca el pasado mes de mayo en el Teatro Real de Madrid, la gira de Pastora Soler continúa este sábado en el Auditorio Polideportivo Municipal de Los Alcázares, dentro del Festival de la Huerta y el Mar. La cita le servirá para reencontrarse con sus seguidores en la Región, además de para presentar su último trabajo de estudio, Sentir (2019), cuyo tour promocional se vio duramente golpeado durante el inicio de la pandemia de covid-19. Ahora, la sevillana recupera las canciones de un disco «especial» -sobre todo desde la perspectiva personal de la vocalista-, así como algunos de los grandes éxitos de su larga carrera. Le amaparan 25 años de trabajo en la industria musical. De ello hablamos con la artista.

Muchos meses después, volvió a los escenarios el pasado mes de mayo, empezando nada menos que en el Teatro Real. ¿Cómo se ha sentido de nuevo ante el público?

Aquella fue una noche muy emocionante; teníamos tantas ganas de retomar la actividad... Además, es un teatro muy especial. Pero bueno, sobre todo fueron las circunstancias tan particulares que rodearon aquel concierto las que hicieron que lo saboreamos más que nunca; tanto nosotros como el público, que estuvo y está muy receptivo, a pesar de ir con mascarilla. En cualquier caso, te diré: la emoción se transmite, traspasa la mascarilla. Es una nueva realidad y hay que acostumbrarse a ella.

Ha pasado por distintos y cambiantes momentos a lo largo de su carrera, tanto a nivel profesional como personal. Ahora demuestra que la pandemia tampoco ha podido con usted. ¿De dónde saca la energía y las ganas?

Mi carrera ha sido y es una carrera de mucho fondo. He sido muy perseverante, he ido pasito a pasito y creo que eso te da una estabilidad a la hora de trabajar, e incluso ayuda a reponerte tras los malos momentos (porque en 25 años de carrera es inevitable que haya momentos mejores que otros). En mi caso, la vocación es el motor que me sigue marcando las ganas de superar obstáculos, de seguir consiguiendo cosas e ilusionarme.

Como decía, son ya 25 años sobre los escenarios en los que ha defendido una docena de discos. ¿Es ese «pasito a pasito» el secreto para mantenerse tanto tiempo en la industria?

Sí. Creo que eso te da estabilidad, y la estabilidad es una de las cosas más importantes en nuestra profesión... Tenerla te ayuda, por ejemplo, a encontrar un equilibrio entre tu vida personal y esta carrera tan absorbente, algo que es clave para un artista. A veces, nos obsesionamos por alcanzar rápidamente nuestras metas y, al final, nos damos cuenta de que en este trabajo la meta es mantenerte cada día. Hay que tener ambición, pero hasta cierto punto.

¿Qué balance hace de todos estos años? ¿Qué ha aprendido en el camino?

Pues... en estos 25 años he sido muy feliz y he aprendido muchísimo, pero sigo sintiendo dentro de mí la ilusión de la niña que empezaba; quizá ese sea el motor fundamental de todo esto. La experiencia es la que te enseña, y dos décadas y pico dan para mucho, pero, sobre todo, me considero afortunada por dedicarme a lo que siempre soñé cuando era pequeña. No es fácil, no lo voy a negar, pero soy feliz haciendo esto.

Su carrera ha evolucionado hacia lugares muy distintos. ¿En este momento está donde quiere?

Sí. Me considero afortunada de haber podido hacer en cada momento lo que he querido. Y eso que la búsqueda personal y artística han sido difíciles para mí... Yo empecé haciendo copla, pero siempre he buscado una identidad artística propia; ha sido una inquietud como muy mía que incluso las discográficas o las personas que me rodeaban no veían. Pero hoy me siento realizada y estoy feliz de que la gente venga a mis conciertos por ese estilo tan buscado y el sonido musical que he ido creando con los años. Me siento muy orgullosa de haberlo podido conseguir, de haber podido crear mi propio estilo, y tengo planes de seguir investigando y evolucionando.

Sentir (2019), su último trabajo, debería haberse desplegado en los escenarios de toda España el pasado 2020. ¿Cómo ve este trabajo ahora, un año después de aquella gira frustrada?

Todos los que hemos sacado disco a las puertas de la pandemia sentimos que lo hemos trabajado mucho menos que de costumbre, porque lo que quieres cuando sacas nuevas canciones es cantarlas en directo; da mucha pena no poder hacerlo... Por eso y porque lo grabé embarazada, por lo que este disco es para mí muy especial. Por suerte, ahora tenemos la posibilidad de presentarlo.

¿Cómo es este espectáculo del reencuentro con su público?

Pues hay canciones de Sentir, por supuesto, ya que este tour es una oportunidad de pasear un poco álbum que, como digo, es importante para mí y no he podido disfrutar como me gustaría. Pero quien me conoce sabe muy bien que en mis espectáculos hay un poco de todo lo que yo soy como artista. Por ejemplo, cuando estoy sobre el escenario soy incapaz de no remontarme en algún momento a la copla (siempre hay un guiño a este género con el que empecé). Así que, en general, son conciertos con muchos colores dentro de un mismo show, pero, sobre todo, con mucho sentimiento. La gente, además, está con las emociones a flor de piel tras lo que hemos vivido en los últimos meses; el público se muestra muy receptivo y dispuesto a sentir cosas, y eso, para el artista, es maravilloso.