Dicen que nadie es profeta en su tierra, y el caso de Pedro de Orrente (Murcia, 1580 - Valencia, 1645) es ilustrativo. Si bien ha sido un habitual en diferentes proyectos expositivos presentados en la capital del Segura a los largo de los últimos años –el último, sin ir más lejos, visitable durante los meses de junio y julio en el Almudí–, su nombre quizá no se haya reivindicado lo suficiente en nuestra Región. Y, mientras tanto, su producción va tomando fuerza en la ciudad del Turia, donde falleció. De hecho, esta misma semana, el Museo de Bellas Artes de Valencia (MuBAV) anunciaba la incorporación de un nuevo cuadro del pintor barroco a su colección. Se trata de La adoración de los pastores, que la pinacoteca ha adquirido por 30.000 euros.

Valencia reclama a Pedro de Orrente

El museo de la calle San Pío V compró este óleo sobre lienzo a la casa Alcalá Subastas el pasado mes de junio, y representa en 110,5 por 161 centímetros a un grupo de pastores que se sitúa alrededor del Niño Jesús en el pesebre. Curiosamente, esta no fue la primera o única vez que el murciano representó esta estampa bíblica, pues ya lo hizo en otro lienzo que actualmente está en el Museo del Prado (lo que demuestra la endiad del artista). En ambas pinturas, De Orrente aúna aspectos de la escuela naturalista del primer tercio del siglo XVII, deudora del arte de Caravaggio: la iluminación contrastada, el modelado prieto de las figuras y el uso de una paleta donde abundan los colores terrosos, aplicados sobre imprimaciones rojizas y acastañadas, señalan desde el museo madrileño.

Valencia reclama a Pedro de Orrente

Por todo ello, se trata de una adquisición especialmente celebrada en Valencia, donde se han propuesto reivindicar al murciano; sobre todo desde el Museo de Bellas Artes, que con este amplía su nómina de lienzos firmada por De Orrente. Algunas de las piezas más relevantes que se encuentran en la pinacoteca valenciana son, por ejemplo, El martirio de Santiago el Menor (1639), Bautismo de Cristo y Magdalena penitente (ca. 1620-1630), tratadas como auténticas joyas por este importante espacio. Como curiosidad, señalar que esta última se considera obra de Pedro de Orrente «por comparación con otros lienzos suyos. En concreto, los labios y la nariz de la santa son prácticamente idénticos a los del ángel que detiene la mano de Abraham en el Sacrificio de Isaac, firmado por el pintor, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao», apunta la pinacoteca, que añade además que «existe una versión casi idéntica de esta Magdalena en el Museo Nacional del Prado». «Resuelta con impactante lenguaje tenebrista, manifiesta de forma magistral un arrobo místico no exento de cierta carga sensual», sentencian.

«Obra maestra»

Por otro lado, para el museo valenciano, la obra El martirio de Santiago el Menor es un «importante» cuadro de altar, firmado y fechado por Pedro de Orrente en 1639 y que representa el martirio de Santiago el Menor, descrito en la Leyenda dorada. «Se trata de una obra maestra del período maduro de De Orrente pintada para Valencia, según testimonios de Díaz del Valle y de Palomino». La diagonal trazada por el escalón sugiere el espacio, en el que destaca en primer término con gran dramatismo el cuerpo tendido del santo mártir. Por detrás, tomados desde un punto de vista bajo, aparecen el sacerdote, acompañantes y el esbirro que sostiene la pértiga de batanero con la que golpeó la cabeza del apóstol.

Por último, entre las obras más destacadas que el museo tiene del artista fallecido en Valencia se encuentra también Bautismo de Cristo. Este lienzo está concebido como una vista de conjunto que combina la escena narrativa con figuras de marcado acento naturalista, con un paisaje de factura más suelta e iluminación crepuscular.

‘El Bassano español’

De Orrente era hijo de un mercader de telas marsellés establecido en Murcia y de una murciana. Conocido como ‘el Bassano español’, fue un artista de gran éxito en su tiempo, admirado como seguidor de las fórmulas de la célebre familia de artistas del Véneto, sobre todo en la realización de series de temas del Antiguo Testamento ambientados en frondosos paisajes. Pasó por Toledo y Valencia, donde quedó patente su estancia con la realización de la capilla de San Sebastián en la Catedral de la ciudad. Además, en 1644 se dice «vecino de Valencia» en un documento concerniente a unos pagos. El año siguiente, en enero, hizo testamento. Era ya viudo y no tenía hijos y dejó por herederos a sus sobrinos. Falleció el 19 de enero de 1645 y fue enterrado en San Martín de Valencia.