Villaricos ha vuelto a sorprender y ha obligado a reconducir la historia en torno al yacimiento tardo-romano de Mula, uno de los exponentes de la vida rural de entre los siglos III y V d.C. más importantes de la Región de Murcia y de la Hispania romana.

El pasado martes, sólo un día después de iniciarse la campaña de excavación anual que desarrolla en el yacimiento el Ayuntamiento de Murcia junto con la Universidad de Murcia y la Fundación CajaMurcia, aparecían los restos de una gran piedra tallada de tres metros de longitud que ha dejado a la luz un sarcófago de época visigoda (siglos VI-VII d.C.), el único íntegro localizado ‘in situ’ en el sureste español.

La expectación en torno al sarcófago ha sido máxima durante los últimos días donde las labores de excavación se prolongaban hasta dejar al descubierto esta pieza única que cambia el curso de la historia en esta villa romana.

¿Qué hace un sarcófago de estas características en una villa romana?, ¿es la única pieza?, ¿qué representan las figuras talladas en la piedra?, ¿pueden ser dos los cuerpos enterrados en su interior?... Estas y muchas otras son las preguntas que el equipo de investigación responsable de la excavación, liderado por el catedrático de Historia Antigua de la UMU, Rafael González, y los arqueólogos Francisco Fernández Matallana, José Javier Martínez y José Antonio Zapata, arqueólogo municipal del Ayuntamiento de Mula, se hacían durante el día de ayer. «No soy capaz de quitarme el sarcófago de la cabeza desde que lo localizamos», explicaba González.

Este viernes se daba a conocer el hallazgo del sarcófago, una pieza de un valor incalculable y que tenía el añadido de encontrarse sellada a la espera después de miles de años de que su interior viera la luz. El sarcófago, decorado con motivos de hiedra y un crismón paleocristiano, se encuentra íntegro y en buen estado de conservación.

Las labores de apertura se prolongaban durante gran parte de la mañana para evitar dañar la pieza. Una grieta en uno de los laterales de la tapa se desprendía finalmente durante el proceso, aunque la delicada y minuciosa intervención del equipo de excavación y los responsables muleños lograban que la pieza desprendida no presente daños.

En el interior del sarcófago había restos óseos muy deteriorados: las investigaciones de los próximos meses determinarán algo sobre ellos. Se desconoce por el momento si la tumba alberga algún metal o cualquier otra pieza, ya que el sistema tableado del sarcófago ha permitido el paso de tierra en su interior que ahora habrá que retirar para poder investigar su interior a fondo.

«Hemos vivido unos días llenos de entusiasmo por el hallazgo», explicaba Diego Boluda, concejal de Cultura y Patrimonio Histórico en el Ayuntamiento. «La emoción vivida durante los momentos previos a su apertura de las personas que estábamos allí presentes han dado paso a un silencio absoluto cuando se iba desprendiendo la tapa».