Desde hacía ya algunos años, la Plaza del Castillo de Cehegín contaba con un edificio icónico en total desuso. Hablamos de Los Soportales, palcos alzados sobre unas columnatas que se construyeron a principios del XVIII para que familias adineradas de la villa pudieran presenciar cómodamente los espectáculos que se realizaban a sus pies (corridas de toros, ceremonias religiosas, etc.), pero que en los últimos tiempos prácticamente solo han funcionado como atractivo turístico -por su peculiar apariencia- y mirador; al menos, hasta hace unos días. Y es que el pasado domingo día 6 abrió sus puertas de nuevo de la mano del Grupo de Teatro Alhory, que ha conseguido la autorización para su explotación durante los dos próximos años. ¿Y con qué finalidad? Albergar un museo dedicado al Siglo de Oro español.

Asociación inquieta por naturaleza -más allá de las tablas, han realizado visitas teatralizadas por el casco antiguo, han amenizado mercados medievales y hasta han rodado un cortometraje, Veritas Vincit (2015)-, sus miembros, capitaneados por Salvador Sánchez, su presidente, se han propuesto sacar a la luz el «patrimonio» de Cehegín en lo relativo a aquellos años dorados para las artes, las letras y el Imperio Español. «Contamos con muchas casas nobiliarias de la época, además de personajes ilustres, hazañas… Es algo con lo que convivimos y no nos damos cuenta porque lo tenemos interiorizado. Por eso la gente de fuera cuando viene a visitarnos se sorprende de lo que tenemos, y es una pena que la mayoría no sea capaz de darse cuenta de su valor...», lamenta Sánchez, que tiene clara la misión de este nuevo espacio: «Queremos sacar a la luz todo eso que hasta ahora parece que estaba en la sombra».

¿Y cómo? Pues gracias a ocho años de historia (lo de la asociación) recopilando material para sus montajes y siendo tremendamente exquisitos con los trajes, armas o utensilios utilizados en las funciones. «Procuramos que todo tenga el máximo rigor histórico posible. Nos encanta que se ciña al 100% a lo original», explica Sánchez. De ahí que la asociación cuenta con «un patrimonio bastante amplio» de objetivos relacionados con el Siglo de Oro: «Gran parte es nuestro, adquirido para diferentes producciones; otra parte es de particulares, que nos han cedido, por ejemplo, elementos de época cómo un cofre, un tintero o una silla».

De este modo, el museo de Los Soportales cuenta ya con un apartado dedicado a cehegineros históricos, otro de armas blancas típicas de la época, también uno de trajes y vestimentas... «Dentro del espacio que tenemos hemos intentado abarcar todo lo que hemos podido en lo referente a ésta época», asegura Sánchez, aunque pide paciencia y avisa de que la idea es ir creciendo. «La idea es perdurar en el tiempo e ir añadiendo constantemente nuevas piezas para que la gente que acuda a verlo pueda disfrutar siempre de algo distinto. No obstante -añade-, nosotros lo concebimos como un espacio cultural a la vez que una sala expositiva, así que en un futuro organizaremos todo tipo de actividades». Por lo pronto, la inauguración contó con pasacalles de los tercios, exhibiciones de armamento y antiguos oficios, etc.

Dos años... de momento

En cualquier caso, la concesión de Los Soportales es, como se ha señalado, para los dos próximos años, aunque en Alhory ya piensan en prorrogar el acuerdo; sobre todo después del trabajo que les ha costado acondicionar este espacio para abrir el museo. «Siendo un edificio emblemático por su enclave, estaba en total desuso, así que se tuvo que retejar, pintar, cambiar iluminación, crear cartelas... y mil cosas más. Pero el Ayuntamiento nos ha apoyado en todo, no nos han puesto ni una pega. Ni ahora ni nunca. Siempre que hemos presentado un proyecto nos lo han aceptado con mucho agrado. Al fin y al cabo, lo que intentamos hacer es promover la cultura de aquí, y si no lo hacemos nosotros... dudo mucho que otros lo hagan», lamenta el presidente del polifacético grupo teatral.

Sirvan de ejemplo las visitas teatralizadas por el casco histórico que protagonizaron el pasado verano y que disfrutaron medio millar de personas. «Aquello fue genial. Además, es una manera alucinante de meter al público en situación. Imaginaos recorriendo las angostas calles de Cehegín y que de repente dos fulanos acaben batiéndose en duelo por cualquier asunto menor. Eso era este siglo que tanto nos gusta, tan rico para unas cosas pero tan injusto para otras...», apunta Sánchez, quien confiesa que esperan poder retomar pronto aquel proyecto, por lo que disfrutaron haciéndolo y porque consideran que es un modelo de ocio y turismo particularmente adecuado para la ciudad y para quienes huyen del estereotipo de sol-playa/montaña-cerveza barata. «Nosotros siempre hemos apostado por ello, y no solo en Cehegín. En Moratalla hicimos unas rutas similares basadas en personajes y leyendas típicas de allí, y tuvo una aceptación alucinante. Sin duda es el momento de apostar por ello, no somos pueblos donde haya una gran industria, pero sí tenemos unos cascos históricos espectaculares».

Aunque la gran pregunta es: ¿qué lleva a un grupo teatral mayoritariamente joven a dedicar todos sus esfuerzos en reflotar el interés por el Siglo de Oro? «Es una época que nos ha marcado desde que empezamos con Alhory en 2013. Ya entonces, nuestras primeras visitas teatralizadas eran sobre estos personajes históricos: recreábamos el lance de honor de Martín de Ambel y Alonso de Góngora, Juan de Quiroga lanzaba al aire unos versos en una taberna… Era algo que nos llenaba entonces y que hoy día lo sigue haciendo, de ahí que sigamos empeñados en difundir su historia», responde Salvador Sánchez. Y, desde luego, mantener para ello un punto permanente y tan icónico como Los Soportales de la Plaza del Castillo es un decidido paso al frente en la peculiar cruzada de Alhory.