A la hora de aproximarse al ‘noir’, no puede obviarse la larga tradición que el género tiene dentro del cine español. Desde que, en 1950, Julio Salvador e Ignacio Iquino rodaran, respectivamente, Apartado de correos 1001 y Brigada criminal, se produjo una sorprendente eclosión del policíaco tanto dentro del ámbito fílmico como del literario -donde, salvo la crónica negra y los émulos de Sherlock Holmes (sic), apenas se había explotado-. Ese caldo de cultivo, destilado durante décadas, lo heredaron en el presente siglo directores como Enrique Urbizu y Daniel Monzón, y ahora toma el testigo el debutante Sergi Arnau en Lone Wolves.

Una pirueta de notable riesgo, teniendo en cuenta que Arnau y su equipo han decidido llevar adelante el proyecto con un presupuesto pírrico, sin subvenciones ni apenas apoyos. No nos engañemos: el producto resultante no es tan espectacular como un largometraje de mayor presupuesto, pero precisamente el valor de la propuesta está en cómo el director es capaz de transformar esas restricciones expresivas en características narrativas de un relato que apuesta por un relativo sentido de la abstracción: especialmente interesante es la (supuesta) persecución automovilística inicial, que se desarrolla a través del retrovisor del coche principal.

En ese sentido, hay que reconocerle a Arnau que es capaz de destilar los estilemas del ‘noir’ -eso sí, mirando siempre de reojo a la industria estadounidense- hasta quedarse con su esencia más pura… Y nihilista: no hay perdón ni salvación. Esa sencillez le permite construir la mayor parte del largometraje sobre sus dos actores principales, Joel Minguet y Pau Barredo, que ejercen como guías para el espectador dentro de su serpenteante (que no laberíntica) historia, pero también como ancla narrativa alrededor de la que pululan el resto de personajes.

Lone Wolves se beneficia, y de qué manera, de la presencia de actores veteranos como Joan Massotkleiner, Hermann Bonnín o José María Blanco, que aportan un peso específico y un dominio escénico gracias al cual no necesitan demasiadas escenas para dejar una huella indeleble en el espectador -atención a cómo la voz en off del primero viste el montaje en que se nos muestra la cárcel donde se sitúa la acción-.

Fecha: Este lunes, 22 horas.

Lugar: Filmoteca Regional, Sala A.

Precio: 4 euros.