El viejo rock sureño se resiste a morir. Desde luego hay nuevas bandas que mantienen viva la llama, como los recién nacidos y ya celebrados Sonora, comandados con mano firme por el incombustible Santiago Campillo, que prepara al grupo para un nuevo asalto desde su cuartel general en Niculina Records, donde tienen su base y están terminando la grabación de su primer disco.

Encabezada, efectivamente, por el guitarrista guitarrista murciano y la vocalista con alma rockera Paula Molina, la banda se completa con la ex bajista de Joe Cocker Oneida James –que ya lleva un tiempo con Campillo– y con Samu Baeza a la batería. Y no dejan de sorprendernos en las canciones que están mostrando, grabadas en español e inglés, donde el oficio que derrochan es incontestable. Suenan como si hubieran nacido en Alabama, y reivindican, de una manera más o menos pura, los diferentes estilos característicos de la música norteamericana: el blues, el country y el rock and roll, básicamente. Con Campillo hablamos de Sonora, de los múltiples proyectos que desarrolla paralelamente y del aniversario de M-Clan.

Tu nuevo proyecto tiene pinta de ser una de las mejores cosas que sucedan este año. ¿Cómo estás llevando esta situación?

Me ilusiona mucho este nuevo proyecto. Y estoy deseando que los vientos cambien para empezar a hacer conciertos con esta nueva banda. Creo que vamos por el buen camino y, aprovechando este encierro obligado al que estamos siendo sometidos, estamos cocinando a fuego lento esta nueva andadura con raíces sureñas. Lo llamativo es que estamos grabándolas en mi estudio, con letras en español y después traducidas al inglés, con la gran ayuda de nuestra bajista Oneida James.

¿Qué te ha motivado para poner en marcha Sonora?

El hecho de haber conocido a Paula Molina, nuestra cantante, en una jam session que organicé hace ahora un año en el Taller Quijano.

¿Has tenido ya oportunidad de detectar cómo está siendo recibido Sonora por tus seguidores?

La verdad es que de momento todas las críticas y las expectativas han sido muy buenas. Hemos logrado bastante popularidad sin ni siquiera hacer ningún concierto en directo. Es algo que nunca me había ocurrido. Hicimos una página en Facebook llamada ‘Sonora Rock Band’ hace un mes, más o menos, y ya contamos con unos 1.500 seguidores. Y ya se ha puesto en contacto con nosotros algún que otro promotor para hacer la presentación de la banda en más de una ciudad de España. Estamos también tratando de dar a conocer el grupo en Estados Unidos y Europa; a ver si hay suerte.

¿Cómo surgió y por qué bautizar como Sonora a este nuevo proyecto?

Andábamos buscando un nombre para el grupo que sonara a algo sureño y fronterizo. Estuvimos barajando varios, y al final nos gustó este, porque es una ciudad de Estados Unidos y también de México. El hecho de ser un nombre femenino nos pareció también muy adecuado, porque tenemos dos mujeres en el grupo.

"Supongo que algún día recuperaremos la normalidad; si no, habrá que largarse de este país. No me veo tocando para cuatro gatos con mascarilla"

¿Hay muchos músicos involucrados en este nuevo proyecto? ¿Cómo ha sido trabajar con ellos?

En principio, el embrión del grupo, a la hora de componer y grabar, somos Paula y yo. Hemos hecho una muy buena amistad y también hemos creado un buen equipo, musicalmente hablando. También contamos con Oneida James, que fue bajista nada más y nada menos que de Joe Cocker durante 13 años:ella lleva ya tocando conmigo un par de años, y la verdad es que es todo un lujo poder trabajar con una mujer con semejante experiencia y maestría. Además, Oneida también está encantada de estar con nosotros, y la consideramos ya parte de nuestra familia; de hecho, estamos enseñándole a hablar español con acento murciano [Risas], así que ya es una de las nuestras. Por último, en la batería contamos con Samu Baeza, un excelente músico murciano, y el más joven de la banda.

¿En qué momento y de qué forma comenzaron a surgir las canciones de éste nuevo disco?

A principios del año pasado pensamos en hacer una banda tributo a Led Zeppelin con Paula cantando. Después de varias reuniones, llegamos a la conclusión de que queríamos hacer música propia, y empezamos a componer canciones con raíces sureñas. Casi sin darnos cuenta, conseguimos acumular un buen número de temas con la idea de tener bastante donde elegir, y editar un disco en un futuro no muy lejano.

¿Qué intentas atrapar en tus canciones?

Cada canción es un mundo diferente de las demás. Intento contar alguna historia cotidiana o describir sensaciones por las que hemos pasado. Otras son simple ficción. Hay una llamada Suena tu nombre que le he escrito a Aurora, mi madre, recientemente desaparecida. Ya te digo, depende de cada una.

¿Qué vamos a encontrar en el nuevo disco?

Sin duda, rock sureño cantado en español. Para mi gusto, pienso que seguramente va a ser el mejor disco que he grabado nunca. Está siendo muy enriquecedor todo el proceso de creación, y estamos muy contentos con el resultado final y con cómo están quedando las canciones.

¿Cómo se desarrolló el proceso creativo? ¿Teníais en mente una intención premeditada a la hora de experimentar con nuevos sonidos/estilos?

La idea era hacer un disco de rock; sin más. Y para esto no hay una fórmula secreta. La única forma de hacerlo –o por lo menos la única que yo conozco– es ir componiendo canciones, y después ir seleccionando las mejores. También con ayuda externa, ya que uno mismo nunca llega a ser objetivo con su propia música. El estilo sigue la línea que más o menos he llevado durante toda mi carrera:el rock, el blues, el country, el funk, el soul, alguna que otra balada también…

A cara o cruz (2018) se grabó en tu propio estudio, Niculina Records. Supongo que tiene sus ventajas lo de no salir de casa para grabar. ¿No hay así presión?

Lo cierto es que tener un estudio de grabación en casa y a nuestra entera disposición es un lujo y el sueño de cualquier músico. Y esto, a día de hoy, no solo es posible, una realidad, sino que gracias a él estoy sobreviviendo actualmente (debido principalmente a la ausencia de conciertos en directo, lo cual ha sido mi fuente principal de ingresos durante casi toda mi carrera musical). Y efectivamente, el grabar sin presión del tiempo te permite hacerlo con mayor tranquilidad y eso hace que la creatividad se desarrolle al máximo. 

¿De dónde ha salido Paula Molina?

A Paula la conocimos en una jam, y cuando salió a cantar nos quedamos todos los que estábamos allí estupefactos… Tiene una gran voz; además de mucha fuerza y personalidad. Ha sido una gran suerte conocerla y tener la oportunidad de trabajar juntos.

¿No te apetecía seguir cantando, Santi, o pensabas que era interesante probar una voz femenina? Creo que es la primera vez que hay una mujer al frente en un proyecto tuyo...

Para este proyecto, efectivamente, pensé que era un acierto contar con su voz. Mi proyecto personal sigue ahí latente, esperando tiempos mejores…

En esta grabación también has tocado el piano. ¿Qué tal te defiendes? ¿Has metido más instrumentos?

Digamos que es algo anecdótico… Soy un teclista muy amateur [Ríe]. Para grabar sin presión todavía me defiendo. En el futuro buscaremos también a un teclista para los directos.

De momento habéis grabado unas pocas canciones en castellano e inglés. ¿Pero hay para todo un elepé?

Creo que tenemos ya unas once; algunas aún a medio hacer. La idea es tener de sobra –siempre es bueno poder elegir– cuando por fin vayamos a terminar el disco. Lo bueno es que se van quedando terminadas, gracias a que contamos con el estudio, para grabarlas tranquilamente, y estamos consiguiendo un sonido muy potente.

¿Cuáles son tus expectativas? ¿Estás entre los que no quieren tener que tragar con el sistema de la industria actual, por lo que te declaras en absoluta rebeldía y desde hace mucho tiempo haces lo que te da la gana? Veo, veo, mamoneo...

Llevo ya mucho tiempo haciendo en la música lo que realmente me apetece. Efectivamente la cosa no pinta muy bien. Supongo que algún día recuperaremos la normalidad y volverá a haber conciertos. Si no es así, no habrá más remedio que largarse de este país. No me veo tocando para cuatro gatos con mascarilla el resto de mi vida. No creo que sea sano. La música es un medio de comunicación, y los músicos necesitamos la interacción con el público y viceversa. No soy capaz de concebirla de otra manera. Soy un animal de escenario.

«Me gusta mirar siempre hacia delante. Llevo muchos años ya disfrutando plenamente de lo que hago, y te aseguro que no volvería a tiempos pasados ni de coña»

«El rock es mala leche. Y punto», decía Rosendo. ¿Cómo vas tú de eso? Uno podría ver cierta disonancia entre tu existencia plácida y tus letras, cargadas de contenido crítico.

Depende. Hay muchas clases y variantes dentro del rock. Hay temas que sí requieren esa mala leche, y otros no; no está bien generalizar. Sí que es cierto que últimamente he escrito algunas letras críticas con la sociedad y la situación actual. Curiosamente, hoy más que nunca algunas de esas canciones estarían de total actualidad respecto a todo lo que está pasando... ¡Parece como si hubiera predicho el futuro en algunas de ellas! Pero bueno, me gusta componer sin encasillarme en un solo estilo; creo que ahí es donde reside precisamente la riqueza a la hora de hacer música y disfrutar de ella.

En ¿Qué fue del rock?, esa guitarra con la que arranca el tema me lleva a recordar los tiempos de M-Clan. Recientemente se ha conmemorado el 20 aniversario de Sin enchufe, un disco que acercó el rock a mucha gente. ¿Qué recuerdos tienes de aquella grabación, muy cuidada a todos los efectos?

Ese sonido del que me hablas es el de mi guitarra tocada con slide, que me ha caracterizado siempre, incluso antes de que existiera M-Clan. Pero hace ya mucho tiempo de aquello..., ya casi se me ha olvidado. No pienso que sea sano vivir del pasado toda la vida. Además, los recuerdos que me trae aquella época no son muy buenos que digamos, por las circunstancias que casi todo el mundo conoce...

¿Echas de menos algo de aquella época o te quedas mejor con ésta?

Sin duda me quedo con el presente. Me gusta trabajar con personas normales y mirar siempre hacia delante. Llevo muchos años ya disfrutando plenamente de lo que hago, y te aseguro que no volvería atrás ni de coña.

¿Quién dijo que todo acabó (el rock)?

Esa es la letra de una de nuestras nuevas canciones con Sonora. Efectivamente pensamos que nunca morirá; todo lo contrario, sigue vivito y coleando.

¿En qué otros proyectos andas metido ahora? ¿Para los próximos meses, qué novedades nos puedes adelantar en estos momentos?

Yo sigo haciendo mi proyecto en solitario, y actualmente estoy aprovechando este parón forzoso para reeditar mi primer disco, Carretera sin final, en el que estoy haciendo una nueva masterización y regrabando entre otras cosas mi voz, porque considero que cantar ahora se me da bastante mejor; añadiendo nuevos arreglos, como por ejemplo teclados, algunas guitarras rítmicas… La batería también se ha grabado de nuevo a cargo del gran José Ciudad. También estoy grabando un disco acústico con algunas de mis mejores canciones en este formato, y un disco de blues en castellano, idea que ya tenía en mente desde hace mucho tiempo y que ahora, por fin, estoy llevando a cabo. Como ves, no paro. Hay que aprovechar estos tiempos raros.

España siempre ha tenido una gran afición por el rock, pero parece que en los últimos años ha habido una mayor tendencia a otros estilos, como el reguetón y esas músicas latinas. ¿Qué te parece?

Me parece fantástico, pero a mí que no me esperen por esos ambientes [Risas]. Creo que la música está perdiendo mucha calidad y valor; es una pena. También algunas de estas letras me parecen insultantes con respecto a las mujeres... ¡Tal vez algún día la gente se dé cuenta! Y si no, pues nada...