Cinco son las novelas que el guardia civil Antonio Marchal-Sabater (Murcia, 1964) tiene ya a sus espaldas. Entró a formar parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en los años ochenta, y su trabajo le ha obligado a explorar prácticamente toda la geografía española. A lo largo de su carrera ha sido destinado en Madrid, Cataluña y País Vasco, donde ha acumulado vivencias profesionales que le han inspirado para escribir alguna de sus obras ya publicadas, así como otras que -confiesa- aún esperan en su cabeza.

Además, Marchal-Sabater es un fanático de la Historia y en sus libros trata siempre de adaptar aquellos acontecimientos que despiertan su interés; el último, las Olimpiadas Populares de Barcelona que se deberían haber celebrado en 1936 como protesta a los Juegos Olímpicos de Berlín de ese mismo año. Este es, por tanto, el punto de partida de su último trabajo, Epitafio para un extraño (Torre de Lis, 2020)Epitafio para un extraño, un libro en el que retoma la historia del detective Mario Fergó, protagonista de su primera referencia, que en esta ocasión deberá investigar el hallazgo de un cadáver emparedado en un hotel de la Ciudad Condal.

La Guerra Civil, su contexto histórico y sus consecuencias parecen ser una constante en sus novelas. ¿Qué es lo que le atrae de esta época histórica para darle tanto protagonismo en sus obras?

No es que me atraiga nada en especial, no es un capítulo de la Historia de España del que yo esté orgulloso. Pero se habla de él mucho en las redes sociales, e incluso en los medios de comunicación se reconstruyen los hechos. De alguna manera, todo esto ha despertado mi curiosidad. Pero no entro a analizar la Guerra Civil. Fue una guerra entre hermanos y, por decirlo de una manera un poco vulgar, yo no me mojo con ninguno de los dos bandos.

Epitafio para un extraño recupera al detective Mario Fergó, protagonista de su primera novela. ¿Qué le ha llevado a retomar su historia?Epitafio para un extraño

No quería que su historia acabase con la primera novela, es un personaje que me gusta y al que le tengo cariño. Fue de los primeros que creé. Y como Mario Fergó tiene una agencia en Barcelona y este libro se desarrolla allí, aproveché para recuperarle.

¿Hay algo de usted en él?

No, no hay nada. Solo algunas coincidencias. Ya te digo: es uno de mis primeros personajes y quizás en su momento tenía poca experiencia y me tuve que amparar en vivencias propias para crearlo. Pero mucha gente me ha hecho esta pregunta y siempre insisto en que no hay nada autobiográfico. Tiene algunos paralelismos conmigo, pero también con otras personas.

¿Continuará con la historia de Mario en futuras novelas?

Puedo adelantarte ya que sí. En concreto, su próxima aventura se ambientará en Roma. Nos remontaremos de nuevo algunos años atrás, pero esta vez no recupero la Guerra Civil ni la Segunda Guerra Mundial, sino los años ochenta. La época de la caída del Banco Ambrosiano, el trasfondo del Vaticano... Las finanzas de esta institución durante los años setenta fueron algo ‘indeseables’, por decirlo de alguna manera. Hasta 2023 o así no verá la luz la novela.

¿Qué le puede adelantar a los lectores que decidan adentrarse en Epitafio para un extraño

La novela se inicia con el hallazgo de un cadáver en el derribo de un hotel. Hay que averiguar cómo ha llegado ahí. Enseguida se descubre que es un cuerpo de los primeros días de la Guerra Civil. Judicialmente no tiene interés porque todo ha prescrito, así que se hace una pequeña investigación simplemente para ver si hay familiares que puedan reclamarlo. Tras esto aparece una familia pudiente de Barcelona que se interesa por el caso y contrata los servicios de Mario Fergó.

¿Qué dificultades afronta un escritor murciano para publicar una novela?

Prácticamente las mismas que las que afronta cualquier otro escritor. Por decirlo de alguna manera, los gobiernos de Murcia no son amables; quiero decir: no organizan, no tenemos a nadie con iniciativa para hacer, por ejemplo, una semana de novela histórica. En lo referente a la lectura y los escritores, las iniciativas las están haciendo los municipios, no el Gobierno Regional. Lo comento de forma constructiva para que a alguien se le encienda la luz y eche una mano.

Usted parece haber podido sortear esas dificultades. ¿Qué puede hacer un escritor novel en la Región para conseguir que su obra llegue al papel?

Los consejos son difíciles... Lo único que le recomendaría es tesón. Esto es una carrera de fondo. Que nadie espere terminar una novela y tener ya un bestseller. Las editoriales son negocios, y no es fácil que una editorial invierta en una persona que no tiene nombre. Yo todavía sigo ahí con firmas pequeñas que me están dando mucho cariño y mucho apoyo.

Fue testigo de la tragedia del avión que se estrelló en el Monte Oiz en 1985 mientras trabajaba para la Guardia Civil. ¿Cuenta con alguna experiencia profesional más que sea digna de convertirse en libro?

Pues tengo una experiencia profesional muy importante, pero todavía no la he llegado a madurar... En el año ‘84, los servicios de información de la Guardia Civil hicimos un cierre o barrido: el barrido o peinado de Tolosa. Se encontraron varios comandos y hubo cerca de una veintena de detenidos. Hace 37 años de esto. En un curriculum como el mío, 19 arrestos es algo importante. Sin embargo, todo ocurrió en tres días y sería difícil sacar una novela de ahí... Sigo buscando algo que pueda interesar más. De momento, solo es una idea, pero por ahí podrían ir los tiros de una futura novela.