Jaime Caravaca es humorista. Está acostumbrado al surrealismo y a la exageración. Pero no por ello, este murciano que es cómico residente en La Resistencia, el programa de éxito de Movistar, dejó de sorprenderse el sábado cuando vio en Madrid las imágenes de la manifestación convocada por Vox. «Fue una manifestación que no nos lleva a ningún sitio, con más gente en la calle de forma masificada», dijo ayer a La Opinión un cómico que afirmó haber sido «hiperlegal durante el confinamiento: solo he bajado a la calle dos veces en sesenta días».

Entrevista con el humorista murciano Jaime Caravaca, de La Resistencia

Entrevista con el humorista murciano Jaime Caravaca, de La Resistencia

Sin pelos en la lengua y manteniendo siempre el sentido del humor. Así se mostró en la entrevista en directo en la cuenta en Instagram de este diario (@laopiniondemurcia), donde recordó que después de la crisis financiera de 2008, «la demanda de humor creció mucho. El humor siempre ha estado en los buenos y los malos tiempos. Nosotros, desde la comedia, también lo hemos pasado mal», comentó un humorista que ni el día después de fallecer su padre faltó a su cita con el público: «No sirve de nada estar lamentándome eternamente. Lloré la muerte de mi padre en mi casa, pero no tengo por qué compartir la negatividad sobre un escenario», afirmó.

Caravaca, en su cuenta en Instagram, ya se mostró escandalizado el sábado con las manifestaciones por las calles de España: «Me tengo que echar a reír porque es una exageración absurda de la realidad. No iban de banderas ni de colores, iban de tontos saliendo a propagar el virus. Habría que dar charlas personalizadas sobre lo que es una persona asintomática, porque aunque no lo notes, no significa que no lo tengas. Es un virus que se está cargando a la gente por irresponsabilidad», comentó un cómico que ve en la política una constante fuente de inspiración para sus monólogos porque «es muy bestia para la comedia. Hay veces que se nos tacha de excesivos, pero es que la clase política es divertidísima, es una eterna contradicción, es una burla, un cachondeo». Sus monólogos nacen en muchas ocasiones «de la presión, que inspira mucho. Saber que tienes que tener algo mañana, inspira. Hay muchas disciplinas para trabajar a la hora de hacer comedia, pero la más efectiva a día de hoy y donde más me inspiro es encima de un escenario. Cuando tienes la menta abierta, salen las cosas».

Madrid, donde reside desde que Ricardo Castella y David Broncano lo ficharon para La Resistencia, entra hoy en fase 1, aunque es un hecho que no ilusiona excesivamente a este murciano, salvo porque «como he seguido el confinamiento a rajatabla, no he follado en los dos últimos meses, aunque ahora veremos qué se puede hacer», aunque sí ha mantenido como seña de identidad esas uñas negras que lleva «para que la gente pregunte por qué me las pinto. Al menos me obliga a seguir siempre una estética, porque en el resto soy un descuido absoluto».

El humorista de El Ranero, que comenzó en el mundo del espectáculo haciendo monólogos en el Roni's Café, de su barriada, y en El Bosque Animado, realizaba todos los domingos en Centrofama el show Murcianos 2, el siguiente espectáculo, de la mano de Mondongo Entertainment y con la compañía de Marco Antonio Castaño, Javi Chou y Kalderas, cuando comenzó el confinamiento. También estaba de gira con uno de sus compañeros en el programa, Grison, con un espectáculo que tuvo como última parada Torre Pacheco y que se denomina Otra historia «porque no tiene nada que ver con cualquier cosa que hayas visto», comentó. De hecho, la actividad para él no ha decaído, aunque de forma diferente: «He hecho actuaciones para empresas a través del móvil. Es un poco raro hacer este tipo de cosas, pero es lo que toca. También he seguido haciendo mi sección para Vodafone yu desde casa y dentro de no mucho, si seguimos avanzando, volverán las actuaciones en directo», dijo, para adelantar que este próximo verano, «si todo va bien, tendremos comedia tanto en la costa como en el centro de Murcia». Entre sus planes de futuro está un nuevo programa televisivo que comenzará en septiembre y una serie para Amazon Prime Video «que como tenemos grabada desde febrero, se emitirá ahora».

La alusión a los chistes sobre murcianos que siempre están presentes en La Resistencia tampoco faltaron durante la entrevista en directo. «No soy nada territorialista», afirmó para añadir que «Murcia es el sitio donde he vivido mucho tiempo, donde están mis orígenes, pero no la considero mía, por ello hago humor desde ese prisma y si alguien se molesta es porque tiene la tierra como suya. Para mí no es un problema ni supone ningún quebradero de cabeza hacer chiste de murcianos. Cuando hacemos un chiste fácil de Molina de Segura es porque todos sabemos que allí hay mucha más cocaína que en otros sitios, es la pequeña Colombia murciana. Hacemos humor pero basado en una realidad. No por ello me estoy metiendo con Molina. Si te apetece enfadarte con eso, pues tú mismo», dijo.

Hace una semana volvió al programa el ilustrador murciano Salva Espín, quien dejó a todos limones del huerto de su abuelo. «He utilizado uno para unos berberechos que me acabo de comer», apuntó, y aprovechó para contar una anécdota con un seguidor que «me ha preguntado por Instagram si es verdad que cada vez que salimos de Murcia vamos con una malla de limones a todos sitios. Le he contestado que el mito es cierto, que cada vez que bajo a Murcia vuelvo con limones porque no tiene nada que ver la calidad del que tenemos en nuestra tierra al que nos venden en Madrid. Y como encima, por genética, estamos obligadamente a echarle limón a todo, así se lo he contado», comentó.