La nueva propiedad del analgésico se une a las características anticoagulantes ya conocidas que ayudan a prevenir los problemas cardiovasculares, según otros estudios médicos.

Los efectos antiasmáticos de la aspirina fueron descubiertos en un estudio realizado a 40.000 mujeres profesionales de la salud y mayores de 45 años que no tenían enfermedades graves, alergias o asma.

De manera aleatoria se administró a un grupo de ellas 100 mg de aspirina días alternos y a las restantes una sustancia inocua durante 10 años, en los que su salud fue mantenida bajo estrecha observación.

Durante ese periodo los casos de asma se redujeron en un diez por ciento. Entre las que consumieron la aspirina los casos fueron 872 y los de asma entre aquellas a quienes se administró el placebo fueron 963.

El efecto de la aspirina fue evidente no importa cual fuera la edad, el estado menopáusico, los niveles de ejercicio y el consumo de tabaco, factores que pudieron haber influido, señalaron los científicos del Departamento de Medicina Preventiva del Hospital Brigham de Boston (Massachusetts).

Sin embargo, los investigadores advirtieron de que en los casos de mujeres clasificadas como obesas la dosis regular de aspirina en días alternos no redujo el riesgo de desarrollar asma.