"Pinto de día, grabo por la noche y a ratos duermo", ha confesado Pepe Hernández, para quien este galardón que entrega la Fundación Real Casa de la Moneda en reconocimiento a la trayectoria profesional y humana y al prestigio artístico, es el premio que se da "a un niño por jugar bien y portarse bien".

Hernández, al que le gusta trabajar en su estudio madrileño "en solitario", todavía no tiene pensado el diseño de la medalla que emitirá en su honor la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda (FNMT-RCM), y que él recibirá en oro, plata y cobre.

"Soy muy lento, algo que está muy bien para un grabador, y cuando se me pase la emoción haré lo que mejor sepa", añadió el artista.

El premio, dotado con 22.600 euros y que le será entregado por la Reina Sofía, presidenta de la Fundación, el próximo 5 de diciembre, también implica una exposición el próximo año. Pepe Hernández ha señalado con humor: "casi me han dado el premio para decirme que pare un poco", pues tiene un catálogo de 500 obras.

Autodidacta, Hernández reconoce que su actividad principal es la pintura y todo lo que deriva de ella, tanto el dibujo como el grabado, sin olvidar sus colaboraciones con el teatro, la ópera, los decorados o los libros ilustrados.

El artista nacido en Tánger en 1944 y, que desde sus más lejanos recuerdos infantiles se ve a sí mismo pintando, considera difícil definir su estilo: "es muy personal, si lo supiera quizá pintaría otra cosa porque ya la daría por sabida y no habría ningún misterio".

"En mi trabajo sigo un poco esa tradición de lo que se ha llamado arte fantástico o arte onírico", ha subrayado el artista, que encuentra mucha relación entre sus obras, muy íntimas, y lo visionario.