Debutó hace ocho años pero es en 2007 cuando Mala Rodríguez se muestra en "plenitud de facultades", gracias a un nuevo disco que encierra en sus canciones mucho de "juego, malabares y conceptos contorsionados", explicó hoy a Efe la cantante.

"Malamarismo" (Universal), que sale hoy a la venta, se avanzó hace meses con el sencillo "Por la noche", incluido en la banda sonora de la cinta de Bigas Luna "Yo soy la Juani".

Ahora, se presenta con "el ritmo contagioso" de "Nanai", fruto del trabajo común con el productor Dj Rectangle del que la cantante se siente especialmente orgullosa y donde habla de "libertad y armonía contra el predominio del poder de un solo hombre".

El viaje personal de María Rodríguez se inicia en su Cádiz natal y llega a Sevilla, ciudad a la que se trasladó con cuatro años de edad y que abandonó a los 19 para viajar a Madrid, donde comenzó una carrera profesional como Mala Rodríguez, que ahora encuentra un nuevo orden: su primer hijo, nacido en 2006.

"Antes no tenía las cosas tan claras a la hora de crear un disco.

El ser madre también influye como artista, ya que hace mucho más sencillo el distinguir lo importante de lo que no lo es", explica la rapera gaditana, quien asegura que, a diferencia de sus anteriores discos, "Lujo ibérico" y "Alevosía", en este trabajo "todo está donde tiene que estar, en su justa medida".

Grabado en España, Estados Unidos y Puerto Rico y con producción de Griffi, del dúo catalán Sólo los Solo, en temas como "Menos tú" o "Toca, toca", el álbum se acerca a un sonido latino, como resultado de "recientes viajes y miradas", entre ellos a la isla de Cuba.

Estas influencias latinas pasan por el filtro de Mala Rodríguez y por las aportaciones de colaboraciones como el rapero cubano Mahoma y Tego Calderón, para ella "mucho más que un cantante de reggaeton".

Callejera y mordaz, Mala Rodríguez emana en sus canciones inconformismo y crítica gracias al sentido cáustico de sus letras y a un "flow" (modo de entonar al recitar) que trascienden las fronteras del hip-hop para despertar el interés de otros muchos ambientes artísticos.

"Cuando algo se sale de la norma es lógico que todo el mundo se fije en ello", afirma sin contemplaciones una cantante que ha llamado la atención del cine y también del género flamenco, siempre presente en su música, lo que le llevó a unir su voz a la de Antonio Carmona en su primer álbum al margen de Ketama, "Vengo venenoso".

Pero es también la rapera andaluza quien se esfuerza por fundir estilos, como demuestran otras de sus más recientes colaboradores, el guitarrista flamenco Raimundo Amador, en los temas "Te convierto" y "Déjame entrá", y la cantante mexicana Julieta Venegas ("Tiempo pa pensá").

"Sentía que tenía que volver a trabajar junto a Raimundo Amador -apunta-, porque es alguien que hace grande todo lo que toca y agradezco haberme encontrado con él en mi vida".

El hecho de destacar como una de las voces femeninas más importantes del hip-hop español -donde se pueden encontrar nombres como los de Ari y D´Noe-, no hace que Mala Rodríguez se considere una pionera: "Soy yo misma, no soy la madre de nadie ya que ha habido muchas antes y otras vendrán después", asegura.

Esta temporada, Mala Rodríguez pasará buena parte de los meses de verano subida a un escenario, pues después de actuar el pasado fin de semana en el Viña Rock, dará comienzo a una gira el próximo 12 de mayo en el madrileño festival Cultura Urbana, que también pasará por otros certámenes musicales como el Sonar de Barcelona, Monegros (Huesca) y el Mar de Músicas de Cartagena.