Las II Jornadas virtuales ´Sociedades innovadoras para ciudades del futuro´, organizadas por la Concejalía de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Molina de Segura y la Federación de Asociaciones de Vecinos Interbarrios, acogerán mañana la proyección del documental ´Flores en la basura 2020´, dirigido por José Antonio Romero y nominado a 8 Premios Goya.

Estas jornadas, cuyo principal objetivo es confeccionar un plan para que las ciudades se comprometan a abordar nuevas estrategias económicas, cuenta este año en su cartel con un trabajo documental de renombre, que refleja a la perfección las cicatrices que dos grandes crisis como la económica de 2008 y la del coronavirus recientemente son capaces de crear en la sociedad. Para ello, ´Flores en la basura 2020´ se vale de los testimonios de personas afectadas, los llamados ´sufridores´ o perdedores de estas crisis, que han acabado afectando a la mayoría de la ciudadanía.

La conexión entre las jornadas y el documental es absoluta, y no ha querido dejar pasar la ocasión José Antonio Romero de «agradecer el interés y el calor humano» ofrecido tanto por el Ayuntamiento de Molina como por Pepe Molina, que en palabras del director se han comportado de manera profesional, entusiasta y colaboradora.

Entonces pensamos que una película como esta, que cuenta tantos testimonios en un periodo de crisis, no podía ser ajena a la situación actual. De modo que entre abril y junio volvimos a rodar, y ahora mismo la película ´Flores en la basura 2020´ se divide dos partes: una que muestra la temática de la crisis del 2008 hasta 2019, y otra que refleja las consecuencias de la crisis de la covid-19.

Es cierto que por las modificaciones que se siguen a causa del coronavirus tenía algo de miedo por cómo se desarrollarían y se recibirían estas nuevas charlas online, pero he de decir que están funcionando muy bien. La participación sigue siendo muy alta, y si se organizan con agilidad, la gente acaba por animarse. Para mañana me han comentado que la participación en el coloquio puede ser de alrededor de 200 personas, que es una cifra muy buena.

Decidimos entonces armarnos de valor y esperar otros dos años para volver a preguntar a los entrevistados qué había pasado en su vida durante este periodo de tiempo. El resultado fue variado. Mientras que algunas personas sí habían conseguido trabajo, otras seguían en paro e incluso, algo muy duro, algunos de los entrevistados estaban tan quemados por la situación que no quisieron volver a participar en la grabación.