Muerdo, alter-ego musical del cantante murciano Paskual Kantero, está de vuelta para el cierre de un año extraordinario en su carrera: ha publicado su cuarto álbum, La mano en el fuego (elegido Mejor Álbum de 2018 en la categoría 'Otras Tendencias' de los II Premios de la Música Región de Murcia) y ha girado un par de veces por América Latina obteniendo llenos y buenas críticas. Ahora afronta la última etapa de su tour con siete conciertos en grandes ciudades, incluyendo Murcia, donde esta noche actúa por segunda vez este año. Su proyecto artístico, imparable, con una proyección inmensa, demuestra una revolución íntima y personal. No deja de crecer: en pocos años ha pasado de los pequeños cafés a las grandes salas y festivales, del formato acústico e intimista a una potente banda multicultural con gran riqueza rítmica y sonora. Y en febrero sale a la luz su primer libro, La Primera Piedra. 'Pask' no se muerde la lengua cuando defiende la diversidad.

Paskual, a tu regreso de Latinoamérica te enfrentas a la última etapa de tu gira. Parece que las entradas de tus conciertos vuelan.

Son conciertos muy especiales por el hecho de que ponen punto y final a un año muy importante en la carrera de Muerdo, y también porque, más allá de presentar nuestro último disco, hacen un repaso por toda nuestra trayectoria.

Fin de gira, pero da la impresión de que vives un 'neverendingtour' . Literalmente llevas tres años sin parar de hacer kilómetros. Eso es genial, pero, a la vez, seguro que cansa... ¿O tú no te cansas nunca?

Lo cierto es que sí. Hemos ido empalmando prácticamente unas giras con otras, y llevamos tres años de muchísima actividad entre grabaciones, promoción y giras. Los meses de enero y febrero los voy a pasar en el Cono Sur tomándome unas merecidas vacaciones. No tengo ningún concierto y ningún compromiso laboral, así que me dedicaré a disfrutar y componer exclusivamente.

¿Cuáles han sido hasta ahora los mejores momentos de la gira de La mano en el fuego ?

Las presentaciones en ciertos festivales como el Viña Rock y el Arenal Sound, también las Fiestas de San Isidro y, por supuesto, las presentaciones en Barcelona, Madrid y Murcia, que son las ciudades más especiales para mí.

Dos giras por Latinoamérica en un mismo año. ¿Has encontrado muchas diferencias entre una y otra? ¿Hay más trabajo en Latinoamérica que aquí?

Hay más trabajo previamente, porque son siete países los que hemos visitado en esta última gira, y evidentemente el público potencial es mucho más grande. Latinoamérica ha sido la gran sorpresa de mi carrera, y actualmente trabajamos paralelamente tanto España como Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Ecuador, México y Colombia. La primera gira la hice solo, y la segunda la hice acompañado de mis músicos, y la diferencia principal radica en la rentabilidad, como podrás imaginar.

¿De dónde viene tu conexión con Latinoamérica?

Creo que viene del carácter sureño que compartimos tanto en el sur de España como en el sur de América, y quizás también por las primeras influencias musicales heredadas de mis padres: canciones de Los Panchos, Nat King Col, Víctor Jara, Atahualpa Yupanqui..., que fueron forjando mi primera memoria musical. Todo esto, acrecentado por los diversos viajes que he hecho en los últimos años, ha ido fraguando una gran conexión con América Latina.

¿Cómo te recibe el público latinoamericano?

Lo realmente sorprendente es que la afluencia de público es mayor que en la mayoría de ciudades españolas. Al margen de la cantidad, y en cuanto a la calidad, he de decir que el público latinoamericano es un público altamente afectivo, respetuoso, efusivo, cariñoso, y creo que también bastante más cultivado que el europeo, o al menos que el español.

¿Qué emociones te gusta provocar en el público que acude a tus conciertos?

Me gusta que la gente comparta el viaje emocional que yo he hecho a lo largo del proceso de composición de las canciones. Este viaje pasa por emociones tan diversas y distintas como el sentimiento de rebeldía ante las injusticias, el sentimiento de conexión con la naturaleza, el sentimiento de rabia y de dolor, el de enamoramiento y de amor universal, la superación? En definitiva, una gama amplia de emociones.

¿Compones durante la gira?

Sí, aunque suelo componer más prolíficamente a lo largo de mis pequeñas paradas o momentos vacacionales. A menudo el ritmo de las giras es demasiado intenso y ajetreado como para poder encontrar la calma necesaria para desarrollar ideas.

Hace unos días Muerdo recibía el Premio de la Música a Mejor Álbum Otras Tendencias de la Región. ¿Has alcanzado el reconocimiento en tu tierra?

En mi tierra siempre he sentido tener cierto apoyo de mucha gente, entre ellos de los medios de comunicación y de los dueños y programadores de las salas, y sobre todo del público. Pero sí es cierto que en los últimos años, y sobre todo motivado por el éxito en otros lugares del mundo o del Estado español, siento que se empieza a valorar de otra manera mi trabajo en la Región de Murcia, lo cual me agrada y me llena de satisfacción, pues siempre es gustoso ser profeta en la tierra de uno.

¿Dirías que La mano en el fuego es tu mejor trabajo?

Creo que a nivel de audio sin duda alguna lo es, y también a nivel de arreglos e instrumentación, pero no sabría decirte si también a nivel de concepto. A este nivel quizás fuera más redondo Viento Sur. Desde luego, es un disco que nos está abriendo muchas nuevas puertas y que está funcionando tanto en Latinoamérica como aquí. Y creo que es un disco que sobrevivirá bien al tiempo, lo cual es muy a tener en cuenta también. Creo que aún nos va a dar muchas sorpresas.

¿Cuál es el hilo conductor de la temática de La mano en el fuego ?

A eso me refería con el tema del concepto. Realmente el hilo conductor es el proceso de cambio y superación personal, así como los viajes y el propio viaje que es la vida, pero también puede ser tomado en cuenta como un conjunto de canciones independientes y aisladas.

En tu discurso de agradecimiento en los Premios de la Música hablaste de «acabar con la hegemonía del indie». ¿De veras piensas que hay hegemonía del indie?

Estaba supernervioso y no tenía nada preparado, porque esperaba que el premio se lo llevase Soge. Creo que en el momento en que lo que no es pop o rock tiene que ir a un cajón de sastre llamado 'Otras Tendencias' tenemos un problema con la diversidad. Es absurdo poner a competir a alguien que hace mestizaje con alguien que hace rap o trap, o mucho menos con un cantautor. Cuando se habla de escena murciana, ¿de que se habla? Varry Brava, Second, Neuman... ¿Por qué no se habla también de El Piezas, de Soge, de Muerdo, de Abdón Alcaraz y otras muchas bandas que además tenemos mucho más respaldo social? ¿Por qué un festival que se llama We Are Murcia no incluye ninguna de estas propuestas que representan a la sociedad murciana tanto o más que el grupo indie que salió el año pasado y no tiene más de 5.000 reproducciones en YouTube? El mundo de la música de Murcia tiene un reto, que es concebir y potenciar su escena en la diversidad.

¿A qué llamas tú indie? ¿Cuál es tu propuesta para paliar la 'discriminación' que señalas?

No me quiero enfrascar en definir el indie. Para mí es música bastante homogénea y le falta de riqueza rítmica y sonora, y que además es bastante banal en la mayoría de sus temáticas textuales. Propuestas interesantes para paliar la discriminación sería, por ejemplo, la creación de nuevas categorías en premios como el CreaMurcia; en esta ciudad tenemos una nutrida escena de proyectos de género fusión y, sin embargo, no hay ninguna categoría que los contemple. Por otro lado, a los festivales que tienen apoyo económico público los obligaría a diversificar con la creación de nuevos escenarios. ¿Por qué no crear en el Warm Up o en el B-Side un escenario de músicas urbanas, por ejemplo, y otro de músicas del mundo?

Te han confirmado para el Sonorama. ¿Algo está cambiando?

Por suerte, sí. Tarde y lentamente, pero sí. Supongo que al final los festivales no pueden dar la espalda a la calle, y cuando tienes millones de reproducciones en Internet ellos saben que eso se acaba traduciendo en venta de tickets. ¿Pero qué pasa con las bandas emergentes?

Has contribuido a cambiar el concepto de cantautor que se tenía en España... ¿Los cantautores ya no son 'plastas y para minorías'?

Creo que hay una hornada a la que pertenezco, junto a compañeros como El Kanka o Rozalén, que directamente ha transcendido el concepto cantautor, aunque yo nunca he renegado de la etiqueta. Somos una generación formada musicalmente, a diferencia de los cantautores de los setenta. Tenemos cosas que decir y manejamos los nuevos códigos. No obstante, Sabina nunca ha sido para minorías, ni John Lennon, y también son cantautores. A día de hoy, Depedro o Izal son tan cantautores como yo. Es complejo.

¿Qué has estado cocinando con Juanito Makandé?

Una colaboración que saldrá en Enero para Spotify y YouTube, esta última en versión acústica. Es una canción mía que ya está incluida en La mano en el fuego. ¡Me lo he pasado demasiado bien con Juan!

Te he visto con Niño de Elche. ¿Hay planes de hacer algo juntos?

Somos amigos. La otra noche fuimos a cenar al Caripén unos mejillones de roca que estaban para morirse. Hablamos de música, de literatura, de marketing, de conceptos... Es un tipo extremadamente inteligente. Quién sabe si algún día haremos algo juntos...

¿Qué has preparado para esta nueva presentación en Murcia? ¿Tendrás invitados?

Será un concierto retrospectivo de todos mis discos. Vengo con la banda completa y con una parte acústica central. Y sí, habrá invitados.

¿Qué balance haces de este 2018? ¿Anhelos y preocupaciones para 2019?

2018 ha sido el mejor año de mi carrera, pero 2019 pinta todavía mejor. El 20 de febrero sale a la luz mi primer libro, La primera piedra, que va a publicar la editorial Mueve Tu Lengua, y eso me hace mucha ilusión. La primavera y el verano vamos a estar en muchos festivales: Sonorama, Río Babel, Interestelar, Cabo de Plata... Y a finales de año haremos un gran concierto en una de las salas más importantes de Madrid: La Riviera. Y también en el último trimestre de 2019 volveré a Latinoamérica.