El artista catalán Antoni Miralda fue galardonado ayer con el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2018, que concede el Ministerio de Educación y Cultura en reconocimiento a la totalidad de la obra de un creador iberoamericano, en el ámbito de las artes plásticas en cualquiera de sus manifestaciones. Un premio gracias al cual el creador de Terrasa decía sentirse ayer muy «ilusionado», ya que, según su modo de verlo, este logro supone un reconocimiento a «una manera de entender el arte» y la apertura de una puerta.

«Es muy importante que se den este tipo de situaciones y que la mirada sobre el arte se abra, porque el arte que no se abre es un arte que no tiene más salida y se queda enmarcado en las instituciones. Este premio es una puerta abierta y es el diálogo lo que entra», especifica Miralda (1942).

El jurado destacó en la obra del premiado «una trayectoria artística sólida y transdisciplinar, desde los años sesenta a la actualidad, en la que ahonda en el concepto de ritual y fiesta, con un sentido lúdico y participativo que evidencia el carácter político y crítico de su obra». Además, añadió el jurado en su argumentación, «sus acciones colectivas, que involucran a gran parte de la población, tanto a audiencias vinculadas al mundo artístico como también a agentes de la vida cotidiana, exaltan en particular su capacidad de seducción estética, el carácter organizativo de su práctica y su incansable trayectoria».

«El arte desde mi juventud -indica el premiado- abarca plataformas que son totalmente desconocidas, y me gusta investigar que el arte pueda surgir y extenderse con la participación de diferentes personas, comunidades o barrios». En este sentido, la apertura del ámbito geográfico es muy afín a este artista multidisciplinar que vive entre Barcelona y Miami -«Aunque ahora estoy más tiempo en Barcelona», dice-, porque su obra, según explica, «lo que intenta abarcar es el aporte humano donde quiera que esté».

Entre los próximos proyectos de Miralda destaca, el 1 de noviembre, su participación en Nueva York en una gala en honor a Christo y Jeanne-Claude, la artista colaboradora de Christo y su pareja, fallecida en 2009. Además de una próxima exposición en la galería Senda de Barcelona y una intervención en Miami. En cualquier caso, este premio también le va a venir muy bien «para poner en marcha» otros proyectos que tiene «encima de la mesa» y que «estaban atascados».

Miralda, formado desde comienzos de los sesenta en los más prestigiosos y diversos centros artísticos de Barcelona, París, Londres y Nueva York, es quizás el creador español más versátil de los últimos 40 años. Permanentemente involucrado en el arte participativo, es autor de una obra de carácter público y lúdico, según informa el Ministerio de Cultura. El estudio de la memoria inmaterial es uno de sus ejes temáticos más significativos.