Laboral

El trato a los inmigrantes sitúa a la Región entre los puntos negros de la UE

Un estudio de Oxfam Intermón y de la Universidad de Comillas recoge la muerte de un trabajador a causa del calor y el riesgo de los viajes en las furgonetas

Un jornalero en una finca del Campo de Cartagena.

Un jornalero en una finca del Campo de Cartagena. / L.O.

María José Gil

María José Gil

Un informe del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia Comillas y de Oxfam Intermón sobre la situación laboral de los inmigrantes que trabajan en la agricultura en nueve países europeos destaca la muerte de un trabajador en la Región que no pudo beber agua durante toda la jornada en un día en la que se alcanzaron los 44 grados centígrados entre los principales puntos negros de la explotación laboral en la UE. El estudio titulado 'Esenciales pero invisibles y explotados' alude también al riesgo que entraña el transporte de los jornaleros que se desplazan diariamente en las furgonetas conducidas por uno de los trabajadores del campo.

Una de las principales conclusiones es que uno de cada cuatro trabajadores del sector agrario en Europa son inmigrantes, aunque no se descarta que la proporción sea mayor. Añade que 2,4 millones de extranjeros trabajan cosechando frutas y verduras en Europa.

En España el estudio se centra especialmente en la situación de los trabajadores de la fresa de Huelva y de la agricultura de la Región. Entre los factores que agravan la precariedad laboral, el informe destaca «los abusos de intermediarios y el trabajo a destajo que lleva a la autoexplotación o las imposiciones de mayoristas o supermercados, especialmente los pedidos de última hora». Añade que las mujeres, además, reciben sueldos menores. 

Recuerda la muerte de un trabajador de la Región que «no recibió agua durante la jornada laboral en un día en el que se alanzaron los 44 grados centígrados» como uno de los casos «más extremos».

Igualmente alude a los accidentes que sufren las furgonetas conducidas por uno de los jornaleros en las que se desplazan los trabajadores del campo.

Entre las situaciones de explotación que se producen en otros países incluye a de los recolectores de frutas del bosque de Tailandia, que trabajaban jornadas de hasta 19 horas al día en Suecia. De los nueve países en los que se analiza la situación de los inmigrantes, el único que se salva es Finlandia.

Además, el alojamiento suele ser "precario, superpoblado, caro y estar aislado de los núcleos poblacionales".

Los autores recuerdan que la UE acaba precisamente de aprobar la directiva de Debida Diligencia que obliga a las empresas a respetar los derechos de personas y del medio ambiente en toda la cadena de valor. "Estas reglas facilitarán el acceso a la justicia y la compensación a los sobrevivientes, así como la obligación de la agroindustria y los minoristas de prevenir y asumir responsabilidad por las violaciones de derechos humanos".

La organización de exportadores Proexport, que agrupa a las principales empresas productoras de hortalizas de la Región, defiende el cumplimiento de las normas de protección frente al calor en el campo. El responsable de Relaciones Laborales de Proexport, Pedro Alfonso Garre, afirma que el último fallecido por golpe de calor era un autónomo».

Explica que las condiciones pactadas con los sindicatos obligan a establecer una jornada intensiva, que arranca «a las seis y media de la mañana o a la hora en que amanece», y a evitar las horas más calurosas del día. Añade que en algunos invernaderos de Águilas «trabajan de noche con una linterna que llevan en la cabeza». Garre recordó que las medidas de seguridad vigentes hasta el 15 de septiembre se establecen en una mesa convocada por la Dirección de Trabajo, de la que también forman parte la Inspección, el Instituto de Seguridad y Salud Laboral.