Laboral

Cerca de 5.000 murcianos faltan al trabajo por enfermedad mental

La especialista de la Inspección Médica Virginia Pedreño afirma que el 16,3% de las 30.119 personas que este lunes estaban de baja laboral en la Región sufren alteraciones como depresión o ansiedad

Eduardo Ruiz, Iñaki Irizar, Miriam   Guardiola, Pilar Torres, Virginia Pedreño, Juan Pablo Martínez y Pilar Martín posan antes de la mesa redonda celebrada en el Moneo.

Eduardo Ruiz, Iñaki Irizar, Miriam Guardiola, Pilar Torres, Virginia Pedreño, Juan Pablo Martínez y Pilar Martín posan antes de la mesa redonda celebrada en el Moneo. / Israel sánchez

María José Gil

María José Gil

Casi 5.000 personas faltan al trabajo en este momento por problemas de salud mental. Esta cifra corresponde a las bajas laborales contabilizadas el pasado lunes en la Región, según ha explicado Virginia Pedreño, especialista en Medicina del Trabajo del Servicio de Incapacidad Temporal del INSS, que ayer intervino en una mesa redonda organizada por el Colegio de Psicología de la Región dentro de la Semana Europea de la Salud Mental que está celebrando el Ayuntamiento de Murcia. Los jóvenes de entre 26 y 35 años son los que más sufren este tipo de patologías, que se han disparado en los últimos años.

En la mesa redonda participaron también Iñaki Irizar, psicólogo clínico, Eduardo Ruiz Esteban, director territorial de Ibermutuamur y Juan Pablo Martínez, coordinador de zona de la Fundación Adecco. Estuvo moderada por la vicedecana del Colegio de Psicología, Pilar Martín.

Virginia Pedreño explicó que las 4.935 bajas laborales atribuidas a enfermedades mentales en este momento con un diagnóstico claro no son las únicas que realmente obedecen a patologías con una causa psicológica o psiquiátrica, sino que otras muchas quedan ocultas porque los pacientes acuden al médico con síntomas de enfermedades diferentes.

Alerta de que a medida que se alarga la ausencia es más difícil el retorno del paciente a su puesto de trabajo

La inspectora médica precisó que cuando existe otro diagnóstico inicial, los casos no llegan a contemplarse en los registros del sistema sanitario. Como ejemplo dijo que «si se da una baja por fibromialgia o hipertensión, aunque finalmente acabe derivando en una depresión», no aparecerá como enfermedad mental en las estadísticas oficiales.

Las enfermedades mentales causan el 16,39% las incapacidades temporales en la Región, que el 13 de mayo ascendían a 30.119.

No obstante apuntó que el porcentaje del 16,39% está muy próximo a la media nacional, aunque existen diferencias sustanciales entre las comunidades autónomas.

Virginia Pedreño coincidió con el resto de ponentes que participaron en el encuentro en que los trastornos mentales se han disparado en los últimos años y alertó de que desde 2016 se han duplicado las bajas por salud mental. El mayor aumento se ha producido entre jóvenes de 26 a 35 años.

A su juicio, los problemas causados por la ansiedad y la depresión «se dan más» en personas que desarrollan «trabajos para los que no están suficientemente capacitados o que no tienen formación en prevención de riesgos laborales».

El director territorial de Ibermutuamur, Eduardo Ruiz Esteban, dijo que la ansiedad y la depresión constituyen la segunda causa de baja por enfermedad, por detrás de los problemas óseos y musculares.

Las incapacidades por alteraciones mentales se ha duplicado desde 2021 y son más frecuentes en jóvenes

El director de zona de la Fundación Adecco, Juan Pablo Martínez, advirtió de que en 2030 «la primera causa de incapacidad será la enfermedad mental». Añadió que una de cada cuatro personas sufrirá este tipo de patologías.

Virginia Pedreño también advirtió de que el tiempo de curación puede resultar crucial e incluso determinar las posibilidades de que el paciente pueda volver al trabajo, ya que se reducen con el paso del tiempo.

Así, explicó que según los cálculos realizados por los expertos las expectativas se reducen al 50% cuando la ausencia se alarga entre tres y seis meses.

A partir del año de baja laboral las posibilidades de retorno al trabajo apenas llegan al 20% y cuando supera los dos año resultan prácticamente nulas.

La inspectora médica estima que lo normal en caso de ansiedad o depresión es un periodo de recuperación uno o dos meses, aunque señaló «estos procesos se están demorando hasta los 120 días».

Virginia Pedreño no descarta que la prolongación pueda deberse a los retrasos de las citas médicas.

También la Asociación de Mutuas de Accidentes Laborales culpa a las listas de espera y a los retrasos en las citas con los especialistas, junto con la carga asistencial en las comunidades autónomas, de la mayor duración de las bajas laborales de los procesos de incapacidad temporal, que se traducen en un mayor gasto en prestaciones.

El pasado año se registraron en la Región 148.585 bajas laborales, que alcanzaron una duración media de 53 días, 13 más que la media de España. Las prestaciones por incapacidad temporal abonadas por las empresas y las mutuas alcanzaron los 464 millones de euros, lo que supone 74,6 más que el año anterior.

«Código Z: cuando el malestar de la vida causa la enfermedad»

El diagnóstico de los médicos de cabecera no siempre permite determinar con precisión cuál es la dolencia del paciente con problemas de salud mental. La inspectora médica especialista en Medicina del Trabajo Virginia Pedreño explicó durante su intervención en la mesa redonda sobre ‘Salud mental en el ámbito laboral’ que a las personas que presentan dolencias motivas por causas imprecisas se les asigna el llamado «Código Z». 

Pedreño contó que esta fórmula se utiliza, por ejemplo, en el caso de «personas con problemas de la vida cotidiana. Lo que les pasa es el sufrimiento lógico de la vida, que puede acabar en una enfermedad».

«No podemos tener una sociedad enferma que no tolera el sufrimiento», dice la inspectora del INSS

No obstante, señaló que a veces el paciente no puede identificar cuál es la causa que desencadena la enfermedad y únicamente remiten al acontecimiento que consideran «el detonante» de la crisis, la gota que coma el vaso.

La inspectora considera que este tipo de situaciones llevan a tratar de forma incorrecta y a «medicalizar los problemas de la vida diaria. No podemos hacer una sociedad enferma que no puede vivir con sufriemiento», advierte la especialista. A su juicio, es necesario «tener estrategias ante el sufrimiento», dado que «la calidad de vida no está determinada por el dinero», sino por «la satisfacción en el trabajo».

El psicólogo clínico Iñaki Irizar definió las principales causas de enfermedades mentales y trastornos provocadas por el trabajo.

Explicó que los más frecuentes son «el síndrome del profesional quemado o ‘burnout’, que se da especialmente entre el personal sanitario o el profesorado» desbordado por las situaciones a las que debe enfrentarse; el presentismo, atribuido a «las personas que acuden a su puesto de trabajo, pero tienen un escaso rendimiento»; la depresión y el consumo (de drogas o alcohol) e incluso el suicidio, que «se ha convertido en la segunda causa de muerte de los jóvenes de 15 a 19 años».

El psicólogo expuso las principales conclusiones de la encuesta sobre salud laboral del INE del año 2020, en la que se refleja que el 3,8% de los trabajadores consultados declaraba haber sufrido algún tipo de acoso sexual o psicológico y o de violencia.

Las empresas empiezan a crear la figura del «embajador de salud», que da apoyo a sus compañeros

Otro 3% reconoce haber sufrido depresión, que se da sobre todo en las mujeres. El 7,7% considera que mantiene «una mala comunicación o cooperación en su trabajo».

Iñaki Irizar destacó que «es responsabilidad de la empresa que el trabajador esté sano» y alertó de que tras las causas del absentismo está «el maltrato verbal», pero también «la inseguridad contractual».

Eduardo Ruiz Esteban, director territorial de Ibermutuamur, explicó que una de las novedades introducida por su empresa es la figura del «embajador de salud mental», que es «una persona formada para ayudar» a los compañeros y que se encarga de «orientarles y aconsejarles» para resolver cualquier problema. «Se ha producido un cambio de salud mental. Trabajar la salud mental tiene beneficios directos», indicó.

El coordinador de zona de la Fundación Adecco, Juan Pablo Martínez, detalló los prejuicios que aún dificultan la incorporación a las empresas de los trabajadores con discapacidad o enfermedades mentales, que sufren «el estigma».