Entrevista | Carlos Benedicto Psicólogo experto en salud mental infanto-juvenil

Carlos Benedicto, psicólogo infanto-juvenil: "El primer acceso a la pornografía se está dando en niños de 10 años"

Asegura que el acceso temprano a estos contenidos se relacionan con la violencia sexual

Carlos Benedicto, psicólogo de Ginso.

Carlos Benedicto, psicólogo de Ginso. / GINSO

Alejandro Lorente

Alejandro Lorente

La iniciativa Escuela de Familias, promovida por la Consejería de Política Social, se presenta en sociedad este miércoles y entre sus fines está fomentar un consumo responsable de las tecnologías entre los jóvenes y adolescentes y fomentar así hábitos y comportamientos saludables, así como relaciones afectivo-sexuales respetuosas e igualitarias.

Al acto de presentación acudirá el psicólogo Carlos Benedicto, director técnico de la Asociación para la Gestión de la Integración Social (Ginso). Este doctor en Psicología Clínica Legal y de la Salud por la UCM y experto en salud mental infanto-juvenil, intervendrá para hablar de los retos que tienen las familias para gestionar el consumo de las nuevas tecnologías entre los jóvenes murcianos.

La Fiscalía de Murcia alertó en su última memoria del incremento exponencial de las agresiones sexuales entre menores. El fiscal llegó incluso a advertir de los riesgos del acceso temprano y sin límites a internet.

Efectivamente, se ha constatado a nivel científico que el acceso temprano a la pornografía tiene una correlación positiva con el aumento de la probabilidad de una interpretación violenta de la sexualidad. Estamos hablando de que los primeros accesos se están dando a los 10 años. Tenemos que tener claro que son tecnologías totalmente imprescindibles, necesarias, pero tenemos que controlar y regular este acceso, porque es una puerta a todo y sin filtro.

Algunos países, como Italia, van a imponer un control parental obligatorio en los móviles de los menores de edad. ¿Está de acuerdo con esta medida? ¿Defendería una medida similar en España?

Es una buena pregunta, y complicada de responder. Es verdad que ya existen experiencias piloto en algunos estados americanos y que Alemania o Italia están en ello... Sería importante regular la accesibilidad de los menores a contenidos sexuales y otros inadecuados. Estamos hablando de menores de 10 u 11 años, sin capacidad crítica sin maduración psicosocial; no podemos darle ahí autonomía, como tampoco se la damos para el voto o para cualquier otra cosa para la que no están preparados.

« Tenemos que revalorizar el aburrimiento: es muy sano y muy educativo, te hace más activo»

Muchos dudan de la efectividad de este tipo de controles o limitaciones. Sigue siendo relativamente fácil saltárselos.

El problema que tenemos a veces es que los menores van muy por delante de sus padres en conocimiento digital. Le pones un control parental y el niño te lo desactiva en cinco minutos. Por eso es importante que estas competencias digitales y la información llegue a los padres, quienes tienen que ejercer ese control. Si el padre no está cualificado no estaremos haciendo mucho.

Le escuché una vez hablar sobre la ‘banalización de la sexualidad’, ¿a qué se refería?

Es una expresión que aparece en la Memoria de la Fiscalía de Menores y no puedo estar más de acuerdo. Hemos detectado en los menores una pérdida de algunos componentes básicos de una sexualidad sana, normalizada, como el componente afectivo, o incluso el de la voluntariedad, es decir, que deben ser conductas toleradas entre dos personas, donde debe haber una relación de equilibrio. Y vemos que sí, que esa banalización aparta esos factores y los relega a un papel secundario, que puede desembocar en un delito contra la libertad sexual.

¿Esto explica incluso el fenómeno de las violaciones en manada con menores involucrados?

Sí, pero es verdad que en este tipo de fenómenos, tenemos que tener clara la multicausalidad. El factor de riesgo de la tecnología está ahí, pero no es exclusivo: también está la presión social, la capacidad de pensamiento crítico, la resolución de problemas... hay otros factores que están también presentes. Internet, puede ser un factor, que bien utilizado, puede ser un factor beneficioso para adquirir un bagaje de tolerancia, respeto, para promover programas de intervención.

Uno de esos programas de intervención lo ha diseñado Ginso: ‘Actuar en digital’.

Las plataformas online nos permiten una mayor accesibilidad a nuestros menores, en el sentido terapéutico, ganamos inmediatez ante una demanda o un problema que puede surgir por parte de ellos o de sus familias. Estamos trabajando también el desarrollo de dispositivos a través de app web, que nos permiten, de alguna manera, ‘monitorizar’ los estados emocionales de los chavales que tenemos en seguimiento. Y a partir de ahí podemos ver, por ejemplo, si está apareciendo una situación de riesgo.

«Aplicaciones, (como Tiktok), afectan a las estructuras cerebrales y al desarrollo futuro de nuestros menores»

Otra herramienta con la que están trabajando es la realidad virtual.

La virtualización de contextos es más habitual para ellos que para nosotros. Ahí podemos jugar con exposición de contextos previamente diseñados y entrenar determinados tipos de habilidades para la resolución de conflictos, interpretación de señales neutras o en la inversión de roles.

¿Cómo se trabaja con la inversión de los roles?

Cuando queremos, por ejemplo, que un chaval que ha tenido una conducta agresiva se posicione obligatoriamente en el rol de víctima, tanto en escenas de violencia filio-parental o de violencia de género. El objetivo de estas recreaciones es que ganen capacitación para sus situaciones cotidianas.

Un informe de Unicef coloca a España como el país europeo con mayor prevalencia de problemas de salud mental entre niños y adolescentes. Se han disparado los casos de ansiedad, depresiones, autolesiones y conductas suicidas... ¿Por qué está pasando esto? ¿Qué podemos hacer?

Los datos están ahí. Hay que trabajar mucho desde el plano educativo, de la prevención; tratar de dotar a los menores de un mejor abanico de recursos para afrontar las dificultades cotidianas. Nos encontramos con chavales que tienen pocos recursos a su alrededor, pero también poca tolerancia a la frustración, poca autogestión... Se les hace muy difícil cosas comunes como una ruptura afectiva y lejos de normalizarlo, se convierte en un evento con un nivel de estrés muy importante que les lleva a una auténtica crisis personal.

Y cuando tienen un problema, muchas veces acuden a Internet para buscar información, o escuchan los consejos de algunos influencers, que igual no son los más indicados.

El tener en la vida unos referentes adecuados es fundamental, sobre todo en franjas de edad donde ellos se creen cien por cien lo que les pueda decir el personaje de turno que aparezca en internet. Hay que combatir eso con lo contrario, con buenas herramientas, con un contenido atractivo y que les llegue.

La adicción a plataformas como Tiktok o a ciertos videojuegos también preocupa.

Las investigaciones han demostrado que ese tipo de aplicaciones afectan directamente a determinadas estructuras cerebrales, al sistema límbico, al córtex prefrontal, en definitiva, afectan al desarrollo futuro de nuestros menores, a su capacidad de autocontrol y autogestión y entonces acaban enganchándose en unas aplicaciones que ofrecen un refuerzo potente, inmediato y continuado. Hemos perdido el valor del aburrimiento. Una frase del niño que lamentablemente aterra a los padres es aquella de ‘papá, me aburro’. Pues si se aburre hay que saber que es muy sano, muy educativo, y hay que saber esperar, aguantar y que dentro de un rato eso te obligará a pensar en alguna alternativa que no sea el uso de un dispositivo.