Medio Ambiente

Dejan los pupitres para observar el océano a 100 metros de profundidad

Varios alumnos de tres institutos de la Región de Murcia participan en un proyecto del CORI para investigar los fondos marinos con dispositivos diseñados «en los recreos» por ellos mismos 

Varios alumnos prueban sus dispositivos en aguas del Mediterráneo

Varios alumnos prueban sus dispositivos en aguas del Mediterráneo / CORI

Jose Antonio Sánchez

Jose Antonio Sánchez

La profundidad media del Mar Mediterráneo es de unos 2.500 metros. Y desde el Cartagena Oceanographic Research Institute (CORI) se hacen una pregunta: ¿Cómo vamos a proteger algo que no está explorado? Por eso se propusieron el lema de ‘Explorar. Investigar. Divulgar’, como relata su fundador, Francisco López: «Para proteger los océanos hay que investigarlos y en las costas de la Región de Murcia lo tenemos todo. Es la envidia de cualquier oceanógrafo porque tenemos reservas marinas, cañones, el Mar Menor... Por lo que unimos la parte de la exploración, la investigación y divulgación».

Con esa misión se les ocurrió montar el programa Can Go Deep, para que los alumnos de tres institutos se involucrasen en la defensa de los océanos. Y la idea no era sencilla porque tenían que llevarlos a una zona con una profundidad de 100 metros para que grabasen los fondos marinos con dispositivos que hubiesen diseñado ellos mismos. Desde el CORI consiguieron varios patrocinadores como TCA Automotion y La Armada, así como la implicación del Instituto Español de Oceanografía (IEO), Navantia, la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y la empresa SAES. Ingenieras de las tres últimas supervisaron este martes, en un evento que propia Armada acogió en sus instalaciones del centro de buceo durante dos días y que fue fundamental su colaboración para el éxito de la iniciativa, los diseños de los alumnos de ESO y Bachiller del IES Alcantara, IES Mediterráneo e IES Ben Arabí que ayer probaron en las aguas del Mediterráneo. 

«Se nos planteó el proyecto en la clase de tecnología. Al principio teníamos muchas dudas de si podíamos lograrlo, pero hoy hemos logrado el objetivo, que era el de grabar imágenes a 100 metros de profundidad», explica Pablo Burguete, de 16 años. Su proyecto, que ha realizado con sus compañeros «durante los recreos», les ha llevado a recopilar una serie de imágenes que juntas convirtieron en un vídeo de 30 fotogramas por segundo. 

«Se ve el fondo marino y la diversidad de especies y plantas que podemos encontrar en la zona, aunque no tenía mucha calidad la cámara», reconoce el alumno, que se mostró muy ilusionado por haber conseguido grabar a esa profundidad. Su dispositivo era un cubo de metacrilato que tenía una cámara y un sensor que medía la presión y la temperatura, entre otros aspectos, y que bajaron y subieron con un cable. «Ha sido bastante ilusionante porque todas las fórmulas que hemos visto en clase las hemos puesto en práctica», cuenta Pablo, al que le gustaría estudiar una ingeniería eléctrica que hará compatible con sus estudios de música.  

Dos lanchas de la Armada llevaron a este grupo de estudiantes, en aguas de la costa cartagenera en dirección a Cabo Tiñoso, para la realización de un proyecto pionero y que ya piensa en su segunda edición. «El objetivo era la experiencia de acercar a los jóvenes al océano y establecer ese vínculo con los fondos marinos», recuerda un Francisco López satisfecho por el éxito conseguido por su entidad sin ánimo de lucro que, además, logró el sello de la Unesco para este programa al tratarse de una actividad incluida en la década de los océanos que se celebra hasta 2030.