Laboral

Muere un trabajador en Lorca que vivía "en condiciones de semiesclavitud"

Perdió la vida en una finca en la que estaba empleado y vivía con su esposa sin agua, sin luz y sin aseo

CC OO denuncia ante la Inspección de Trabajo por delitos de "trata de personas para la explotación laboral"

Lilliam Miranda, viuda del trabajador fallecido en Lorca.

Lilliam Miranda, viuda del trabajador fallecido en Lorca. / L.O.

María José Gil

María José Gil

Lo último que Lilliam María Miranda recordaba cuando despertó en el hospital Rafael Méndez era el dolor de cabeza y los vómitos que habían sufrido ella y su marido, Denis Antonio Saenz, después de encender el generador de gasolina para alumbrarse y cargar el móvil en la casa en ruinas en la que dormían. Ambos habían llegado de Nicaragua hace unos tres meses para buscarse la vida, dejando a dos hijos de siete y ocho años en su país, y habían sido contratados para hacer una obra en una finca de las afueras de Lorca, en la que vivían en una especie de cuarto de aperos sin agua, sin luz y sin aseo. Cuando la dueña los encontró la mañana del 10 de febrero, él ya había fallecido y Lilliam estaba inconsciente, aunque logró salvar la vida.

En la denuncia presentada ante la Inspección de Trabajo por Comisiones Obreras se habla de «una nube tóxica» que pudo originarse a causa de la combustión de la gasolina del generador, aunque por ahora se desconocen las causas de la muerte, que están siendo investigadas por un juzgado de Lorca. 

Víctor Romera, secretario de Empleo del sindicato, y Juan Blázquez, secretario de Seguridad Laboral, que han acompañado a la viuda en su comparecencia, apuntan que la pareja trabajaba en una situación de «semiesclavitud» y vivía en condiciones infrahumanas, «rodeada de animales». 

Lilliam recuerda que por la noche encendían el generador utilizado para hacer funcionar las herramientas empleadas en la obra. «Pusimos el móvil a cargar y encendimos los foquitos. Entonces comenzó el dolor de cabeza y la vomitona y ya no supe más. Cuando me desperté a la una de la tarde estaba en el hospital», explicaba. 

Cuenta que su marido trabajaba como albañil en la construcción de unos establos y que ella le ayudaba en la obra. La propietaria se había comprometido a pagarles 1.000 euros mensuales, que solo les abonó en metálico el primer mes, y cada mañana se acercaba para comprobar que estaban trabajando. También los llevaba a hacer la compra. 

La tragedia se produjo la noche del 9 de febrero en la finca situada entre las diputaciones lorquinas de El Campillo y La Torrecilla. La dueña los descubrió al día siguiente. Al no encontrarlos trabajando, los buscó en la estancia en la que dormían.   

 El sindicato considera que la muerte de Denis Antonio y las condiciones en las que vivía la pareja, además de «una vulneración flagrante de los derechos laborales fundamentales», podría dar lugar a los delitos de «trata de seres humanos para la explotación laboral, homicidio, lesiones graves y contra la integridad moral». Ha tramitado la personación de la viuda en la causa abierta por el Juzgado de Instrucción número 1 de Lorca que está investigando y ha encargado su defensa al abogado Saúl Castro, quien defendió a las mujeres de Torre Pacheco que denunciaron explotación sexual en el campo. 

Los dirigentes de CC OO que han comparecido junto a Lilliam aseguran que la propietaria de la finca ha contado en algunos medios de Nicaragua que la pareja había ocupado la vivienda de forma ilegal.

Lilliam trata ahora de conseguir los medios para poder repatriar el cuerpo de su esposo.