Laboral

Los accidentes graves en el trabajo se disparan entre los autónomos

El ejercicio 2023 se cerró con 1.056 accidentes laborales, 11 más que en 2022

Crecen los accidentes ‘in itinere’, es decir, en el trayecto de casa al trabajo o viceversa. | JUAN CARLOS CAVAL

Crecen los accidentes ‘in itinere’, es decir, en el trayecto de casa al trabajo o viceversa. | JUAN CARLOS CAVAL / l.o.

La Opinión

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En la Región de Murcia en 2023 se han registrado 1.056 accidentes de trabajo en el sector de los autónomos, de los cuales 16 se han catalogado como graves, 11 más que el pasado año 2022. Han aumentado significativamente los accidentes graves en jornada de trabajo, 14, que suponen 9 más que los ocurridos en el 2022; sin embargo, desciende el número de fallecidos, pasando de 9 a los actuales 2. Además, crecen los accidentes graves in itinere, pasando de ninguno en 2022, a los 2 accidentes ocurridos en 2023.

En clave nacional, en 2023 se han registrado más de 34.600 accidentes de trabajo, de los cuales 788 se han catalogado como graves, 48 más que el pasado año 2022. Han aumentado significativamente los accidentes graves en jornada de trabajo, 709 que suponen 24 más que los ocurridos en el 2022, incrementándose también, en 2, el número de fallecidos, pasando de los 71 a los actuales 73. Además, crecen los accidentes graves in itinere, pasando de 55 en 2022, a los 79 accidentes ocurridos en 2023.

Para Eduardo Abad, presidente de UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos), «los datos de siniestralidad laboral del colectivo de trabajadores por cuenta propia son inaceptables, es una lacra que seguimos padeciendo en nuestro colectivo y pasamos, para la mayoría de las administraciones públicas, absolutamente desapercibidos. El Gobierno de Cantabria destina más fondos para la lucha contra la siniestralidad laboral del trabajo autónomo que el Gobierno de España».

Asimismo, se disparan las dolencias relacionadas con patologías psicológicas derivadas de los riesgos psicosociales, trastornos derivados del alto nivel de exigencia al que están siendo sometidos, sobre todo, los profesionales que desarrollan trabajos o servicios para un cliente único o principal.

La precariedad de las condiciones en las que estos trabajadores autónomos, en su mayoría dependientes o semindependientes, desarrollan sus actividades están desembocando en patologías que forman parte de la pandemia que azota a las nuevas formas de trabajo: estrés, depresión, ansiedad, etc.

Abad concluye: «desde UPTA exigimos al Ministerio de Trabajo un plan de choque que centre sus objetivos en la concienciación sobre la necesidad de conocer y prevenir los riesgos en el trabajo, es imprescindible que se desarrollen acciones concretas diferenciadas por sectores que sufren con mayor intensidad los índices de siniestralidad laboral, además de abordar los cambios necesarios para que las mutuas de accidentes de trabajo, doten sus gabinetes de asistencia sanitaria de especialistas en atención psicológica».