Mar Menor

El Mar Menor sigue sin recuperar sus hábitats y especies clave

El último informe del IEO señala que la laguna pasa por un cambio de estado del ecosistema

Afirma que la estabilidad de la laguna no es síntoma de recuperación, sino de una etapa transitoria

La ‘mancha blanca’ que hay en el Mar Menor es visible desde El Carmolí. | IVÁN URQUÍZAR

La ‘mancha blanca’ que hay en el Mar Menor es visible desde El Carmolí. | IVÁN URQUÍZAR / alicia martínez

El 2023 ha sido un período «aparentemente estable» para el Mar Menor, pero sigue sin recuperar sus hábitats y especies de seres vivos claves. Así lo certifica el último informe del Instituto Español de Oceanografía (IEO), publicado este viernes y correspondiente al pasado diciembre.

En el informe, que se puede consultar en su página web, explica que en su conjunto, los parámetros que han recogido a lo largo del año pasado indican que «ha sido un período aparentemente estable del ecosistema lagunar», a excepción de la zona ocupada por la ‘mancha blanca’, de reciente aparición y cuyas causas aún se están estudiando.

Eso sí, las personas que han llevado a cabo el estudio subrayan que esta estabilidad no es síntoma de que el Mar Menor se esté recuperando, sino que puede tratarse de una etapa transitoria debido a, por ejemplo, factores climáticos.

Además, se está produciendo un cambio de ecosistema, define el IEO, ya que el aumento del pH es indicio para llegar a pensar esto -está a 8.40 cuando lo ideal en aguas marinas es que sea ligeramente superior a 7-. A esta situación se le suma que en el seguimiento biológico no están observando que haya síntomas de recuperación de hábitats y especies clave como las comunidades de macrófitos bentónicos -organismos que habitan el fondo marino-.

Nutrientes

El informe indica que los niveles de nitrógeno -componente de los nitratos usados en el sector agrícola- hasta el último periodo analizado se han mantenido estables desde el 2022 y similares entre las tres estaciones de muestreo que tienen en la laguna -A, B y C-.

Apunta a que en la cuarta estación ‘M’ no se han obtenido diferencias significativas respecto a la de la estación B -la más próxima-. Esta tendencia a la estabilización en los últimos meses coincide con la de la clorofila.

Los niveles de nitrógeno son estables desde el 2022, aunque la cantidad de fósforo presente aumenta

El IEO recuerda que entre julio de 2020 y junio de 2021 se registraron unos valores muy extremos en la laguna de nitrógeno, momento en el que destacó la variabilidad temporal y entre estaciones.

Es el caso distinto con las variaciones que se están observando en el fósforo, ya que, por un lado la variabilidad es menor -salvo por un pico producido a principios de 2021- y por otro hay una tendencia creciente desde mediados de 2021 en las tres estaciones.

El IEO esclarece que, por la interacción entre el nitrógeno y el fósforo, no se dan las condiciones óptimas para que crezca el plancton, lo que se traduce en que hay un exceso de nitrógeno.

La temperatura se mantiene, pero aumentan los extremos

Además de los nutrientes, el IEO también ha medido la temperatura, sobre la que expone que sigue unos patrones estacionales normales. Sin embargo, al calcular la temperatura media de la laguna del 2023, se ha visto que ha sido la más alta de los últimos 4 años (21.9ºC). 

Este periodo se ha caracterizado por registrar valores muy bajos en invierno -10.6ºC de temperatura mínima- y valores máximos en verano que nunca se habían alcanzado desde que se empezaron a realizar los muestreos in situ -31.2ºC-. Es decir, el invierno ha sido más frío de lo habitual y el verano más cálido.

Por otro lado, la salinidad da muestras de cierta recuperación desde 2020 tras varias DANAs y lluvias torrenciales. «Dado que la salinidad de este año está siendo superior a los últimos años, esta subida otoñal de la salinidad ha permitido llegar a valores cercanos a 45, niveles que no se alcanzaban desde las DANAs de 2019», explica el informe del IEO.  

Pacto por el Mar Menor, preocupado por la turbidez de la ‘mancha blanca’

Pacto por el Mar Menor asegura compartir «la misma preocupación» por la llamada ‘mancha blanca’ que el Instituto Español de Oceanografía (IEO) tras la publicación del informe de seguimiento por parte de este último. 

Se trata de un fenómeno nuevo que en la última década ha ido tomando forma hasta que en junio de 2022 adquirió el aspecto actual. «Coincidimos en que la situación en el Mar Menor permanece estable, manteniéndose la eutrofización del ecosistema», asegura Ramón Pagán, miembro de Pacto. 

Subraya que «lo más preocupante que aporta este informe es la situación en el área marcada como ‘M’, zona donde ya hace más de un año se observa una gran mancha blanca, comprendida entre la desembocadura de la rambla del Albujón, la isla Perdiguera y el sur de Los Urrutias. Uno de los aspectos más alarmantes es que en esta zona «los valores extremadamente altos de turbidez» hacen que la irradiancia (luz) que llega al fondo está por debajo de los valores críticos, explica. La consecuencia es que se hace inviable la vegetación y macrofitos (pequeñas plantas visibles a simple vista) bentónicos (en el fondo marino). 

Pagán subraya que Pacto se pregunta por el origen de esta enorme mancha blanca, si tiene su inicio en el continuo aporte de nutrientes que llegan de forma continuada a la laguna, o si existe también otro factor que contribuya a su aparición.