Economía

El conflicto del Mar Rojo encarece el transporte de los productos murcianos

Las navieras están bordeando la costa africana en lugar de pasar por el canal de Suez

El precio de los contenedores ha subido de 1.500 a 3.800 dólares

Contenedores almacenados en el puerto de Cartagena.

Contenedores almacenados en el puerto de Cartagena. / Loyola Pérez de Villegas

María José Gil

María José Gil

Los enfrentamientos que se están produciendo en el Mar Rojo desde hace varias semanas han llevado a la mayor parte de las compañías navieras a abandonar la ruta marítima del Canal de Suez para alejar sus barcos del conflicto bordeando la costa africana hasta el cabo de Buena Esperanza, al sur del continente. El cambio de ruta alarga casi dos semana el viaje a los puertos asiáticos a los que llegan los productos de la Región y encarece el precio, dado que el coste del transporte es mayor. 

El nuevo bloqueo de la ruta por la que circulan los productos procedentes de Asia también provoca inevitables retrasos en el suministro a las empresas que importan las materias primas o los componentes en el mercado chino, aunque todavía no resulta perceptible. La consecuencia más inmediata ha sido el encarecimiento de los fletes, dado que el precio de los contenedores más pequeños utilizados ha pasado de unos 1.500 dólares a 3.800, lo que supone más del doble.

Las tarifas de los contenedores de mayor tamaño utilizados por las empresas del mueble han experimentado un aumento mucho mayor. Según ha explicado a La Opinión el responsable de importación y exportación de la patronal de la madera Arema, Fernando Soriano, «el coste de los contenedores de 40 pies ha subido de 2.500 dólares a unos 6.000 o 7.000».

El sector del mueble puede ser el primero en notar el retraso en el suministro de componentes para la fabricación de los sofás y los sillones, dado que la mayor parte de los mecanismos utilizados y de los tejidos proceden de Asia, según ha explicado el responsable de exportación e importación de la patronal Arema. El dirigente de la organización que agrupa a las empresas e industrias de la madera de Yecla asegura que las fábricas tienen existencias suficientes para aguantar varios meses, pero teme que la crisis del Mar Rojo va a provocar retrasos en el aprovisionamiento, dado que la duración de viaje se ha alargado casi dos semanas. La demora en el transporte de los componentes coincide, además con el periodo de vacaciones del Año Nuevo chino, que provoca una caída de la actividad en el país.

Fernando Soriano recuerda que los fabricantes se habían aprovisionado para este periodo, por lo que muestra su preocupación ante la duración que puede tener la crisis. Añade que, ante el encarecimiento del transporte, cada empresa tendrá que decidir ahora si negocia los precios con sus clientes.

 Los exportadores de la Región ven con preocupación la escalada de los enfrentamientos militares que se están produciendo a raíz de los ataques de los insurgentes hutíes de Yemen a los buques que navegan por el Mar Rojo, al tiempo que se producen enfrentamientos en varios países de Oriente Medio. Estados Unidos y Reino Unido han enviado tropas a la zona para garantizar el tráfico marítimo, pero las compañías de seguros se niegan a garantizar la carga si las navieras siguen la ruta en la que actúan los hutíes, lo que hace que la mayor parte de las compañías haya optado por bordear la costa africana.

Los representantes de los sectores empresariales de la Región que tienen una mayor dependencia de los mercados exteriores como la conserva o el metal señalan que no han notado aún los efectos de la crisis del Mar Rojo en la entrada o salida de sus productos, aunque se da por hecho que habrá retrasos inevitables si todo el tráfico marítimo procedente de Asia tiene que desviarse hasta el extremo sur de África en lugar de cruzar por el Canal de Suez al Mediterráneo. 

El impacto no se notará en la exportación de productos frescos, que salen por carretera y son transportados en camiones.

La experta en comercio internacional Carmen López Guillén, fundadora de la firma Tyche Overseas, da por hecho que el bloqueo de la ruta marítima por el Mar Rojo empezará a notarse en poco tiempo en el aprovisionamiento de las empresas que trabajan con suministros procedentes de la costa asiática, tal y como ocurrió al acabar el confinamiento. Añade que, al mismo tiempo, afectará también a la salida de los productos que exportan las empresas murcianas, dado que «al alargarse el viaje desde los puertos asiáticos en unos doce días habrá menos barcos y contenedores disponibles para cargar». Esta escasez es la que origina la subida de los precios de los fletes.

Carmen López Guillén asegura que algunas empresas de la Región están optando por «esperar varias semanas hasta que pase la celebración del Año Nuevo chino», que comienza el próximo 10 de febrero, dado que con el periodo de vacaciones en el país asiático se produce también una caída de la actividad. Su previsión es que va a producirse un parón en la actividad de las empresas más dependientes del transporte marítimo.

El Instituto de Fomento de la Región está estudiando la situación creada para elaborar un informe sobre el impacto que la crisis del Mar Rojo puede tener en la Región.

El consejero de Economía, Hacienda y Empresa, Luis Alberto Marín, apuntaba este miércoles en rueda de prensa que, a pesar de que «cualquier conflicto bélico tiene repercusión inmediata» en la economía murciana, «la Región tiene unas inversiones muy diversificadas», por lo que se ve menos afectada ante este tipo de crisis». Sin embargo, admite que las empresas acabarán sufriendo las consecuencias «si el conflicto va a más».

El presidente de la patronal Agrupal, José García Gómez, apunta que las empresas están a la espera de ver si el conflicto se resuelve en poco tiempo o si se convierte en una crisis más larga de consecuencias imprevisibles, que puede volver a provocar una escalada inflacionista, dado que la ruta del Canal de Suez es utilizada también por las petroleras. «El peligro que tenemos es un repunte de los precios», advierte. Recuerda en 2021 ya se produjo un bloqueo de la navegación marítima en el Canal de Suez al encallar un gran buque, que obligó a las navieras a bordear África y que provocó una escasez de suministros a algunas empresas. «Pero ahora no es igual, porque aquello se produjo de golpe», señala.