Administración | Presidenta suplente del Consejo de la Transparencia

Juana Pérez: "Los grupos políticos están haciendo dejación de sus obligaciones al no nombrar a sus vocales en Transparencia"

Asegura que se encontró el órgano encargado de supervisar las buenas prácticas en las instituciones públicas sin personal y con trabajo atrasado de varios años, pero presume de que ha puesto al día todos los expedientes y ha cerrado el último ejercicio "dignamente"

Juana Pérez posa ante la sede de la Asamblea Regional.

Juana Pérez posa ante la sede de la Asamblea Regional. / Loyola Pérez de Villegas

María José Gil

María José Gil

Juana Pérez defiende que asumió la presidencia del Consejo de la Transparencia como suplente para evitar que la institución quedara inactiva tras la dimisión de su antecesor, Santiago Álvarez, quien dejó el puesto después de que la Comunidad eliminara la sede electrónica de este órgano, lo que se interpretó como una forma de controlarlo. Se queja de que la Asamblea Regional, que es la encargada de nombrar al presidente y a los representantes de los grupos parlamentarios en el Consejo, incumple sus obligaciones y ni siquiera respondió en 2021 a los cuestionarios para «la evaluación de la transparencia y la respuesta a la ciudadanía de las instituciones».

¿Qué balance hace del año?

Después del pleno del 22 de diciembre de 2022 en el que fui designada presidenta suplente empezamos a indagar y a investigar. Había un informe de los Servicios Jurídicos de la Comunidad que dejaba clara la situación legal, con lo cual yo no tenía dudas de lo que había que hacer: tenía que dar un paso adelante y asumir la presidencia por antigüedad como suplente para que este barco no se fuera al traste. Allí había un cascarón vacío, sin gente, con mesas llenas de papeles, sin que nadie supiera nada, porque solo quedaba un funcionario. Después se incorporó un letrado. El técnico que se había quedado nos informó de que había 167 expedientes pendientes de resolución y que estaba todo por revisar. Al final resultaron ser 203 expedientes. Como los ciudadanos y las administraciones podían utilizar otros registros para comunicarse con el Consejo, hubo que revisar cinco portales de entrada de todo el año 2022. Aquel trabajo fue peor que subir un Himalaya, pero lo conseguimos. Empezamos a cubrir los puestos y a formar equipo y hemos cerrado un año dignamente. Y ni una sola vez he puesto una firma sin dejar claro que soy presidenta suplente.

¿Qué le llevó a aceptar la presidencia en un momento de enfrentamiento con el Gobierno?

La asumí por responsabilidad. Cuando se tiene el compromiso de estar allí, lo menos que hay que hacer es trabajar dignamente y asumir la responsabilidad para la que te nombraron. Estoy en el Consejo de la Transparencia como vocal del CES, del que formo parte en representación de los consumidores. Los caminos no son fáciles y no olvidemos que esto no lleva ningún céntimo de contraprestación.

"Me han llamado títere y estómago agradecido, pero no recibo ni un céntimo de contraprestación"

¿No tiene sueldo?

No, no se cobra. Cobran los funcionarios. Yo, no. Esto son días y horas de trabajo por responsabilidad.

Se habrá sentido bajo la lupa de todo el mundo.

Ha sido bueno que nos hayan dejado de lado, porque al habernos ignorado nos han permitido sacar adelante el trabajo. Esto es casi una labor de convento y el hecho de que no hayamos estado en primera fila nos ha permitido trabajar. Yo sé que no tengo la confianza de mucha gente, porque me lo demuestran a la cara, pero por el bien de la ciudadanía y de la democracia deben nombrar un presidente.

¿Continuaría en el puesto si la propusieran como candidata cuando llegue la renovación?

Yo he hecho un trabajo, pero que el Gobierno me proponga como candidata no es algo que vea. Lo que me demuestran por todos lados es que no tengo la confianza ni de unos de otros. He hecho una gestión digna y buena. Nadie me puede decir que esté para no hacer nada o por fachada. Me han llamado de todo: me han llamado títere y estómago agradecido, pero que venga Dios y lo vea. A mí nadie me dijo tienes que ser presidenta. Me expusieron cuál era la situación y que dijeron que era a mí a quien correspondía dar el paso, porque me respaldaban los informes jurídicos. Yo me planteé que no iba ser responsable de que el Consejo de la Transparencia desapareciera.

Primer plano de Juana Pérez.

Primer plano de Juana Pérez. / Loyola Pérez de Villegas

¿Y qué motivos tiene para afrontar la situación?

Yo me lo pregunto muchas veces y siempre pienso que, si me he comprometido, tengo que hacerlo. A mí me enseñaron eso. Llevo en el Consejo desde que se creó. Incluso me formé hace unos años en la Universidad con un máster de ‘Transparencia y buen gobierno’. Le he dedicado horas, trabajo e incluso dinero. Es un compromiso y creo que lo estoy haciendo bien. Por eso no me veo tan afectada cuando me critican. Soy una persona que cree en la democracia. Creo que necesita elementos correctores, como la Transparencia. Yo vengo del mundo del consumo y para nosotros los derechos de los consumidores hay que defenderlos igual cuando reclaman por diez euros, aunque crean que no vale la pena. Esa medicina ya la llevo en el cuerpo.

Su nombramiento incluso dio lugar a una denuncia del PSOE ante la Fiscalía.

Nosotros conocemos de la denuncia lo que salió en los medios de comunicación. Nadie nos ha comunicado nada. Lo que sí tenemos son procedimientos judiciales en los que estamos personados y hay algunos ya cerrados en los que se le ha dado la razón al Consejo. Tenemos incluso una sentencia contra Esamur, que ha sido condenada a las costas. No hemos estado de brazos caídos. De brazos caídos han estado otras instituciones. Desde que tomó posesión el nuevo Gobierno lo primero que hicimos fue pedirle cita a la presidenta de la Asamblea (Visitación Martínez) para ir a presentarnos y explicar la situación del Consejo. A cualquiera le interesaría saber cómo está.

"Lo que me demuestran todos es que no tengo la confianza ni de unos ni de otros"

¿Ha habido algún cambio con la renovación del Parlamento autonómico?

A nosotros no nos han recibido. La agenda ha sido muy complicada. Desde el mes de septiembre hasta diciembre han tenido la agenda saturada de obligaciones y eventos y estamos en lista de espera. La Asamblea tampoco ha nombrado a los vocales del Consejo que, según la ley, debe designar cada grupo político que se constituye al inicio de la legislatura. Ahora hay cuatro grupos parlamentarios y ninguno ha nombrado a sus vocales. Se lo hemos pedido por escrito, por Registro general, por correo electrónico y por teléfono. La repuesta es que tomaban nota, pero que tenían otra prioridad en mente de cambio del Consejo. Sabemos lo que quieren decir a través de los periódicos, porque nadie te dice ni sí, ni no ni regular.

Lo normal ahora es que se renueve la Transparencia.

Lo normal, no. Desde hace un año tendrían que haberlo hecho. Desde que se registró la renuncia de Pérez Templado, en junio de 2022, tendrían que haberse puesto de acuerdo todos los grupos políticos de la Asamblea que son los únicos que pueden nombrar al presidente de la Transparencia, tal y como lo dice la Ley. Lo que ocurre es que antes no tenían mayoría y no se ponían de acuerdo, pero es una obligación legal y un compromiso que tienen desde que llegan: deben nombrar a sus representantes. Si no, están haciendo una dejadez del Derecho y de sus obligaciones políticas, que empiecen por asumir sus obligaciones. Excusas hay todas las que quieras y a todo el mundo les puede servir.

¿Han mejorado los recursos?

"En Murcia empezamos a funcionar sin personalidad jurídica, sin sede y sin instrumentos de gestión. Hemos trabajado con los recursos que tenemos. En este año hemos elaborado las memorias pendientes de 2019, 2020 y 2021. Ya hemos presentado al pleno la de 2022 y estamos esperando que nos dé cita la presidenta de la Asamblea para que podamos ir con nuestra Memoria debajo del brazo. No es nada extraordinaria, pero la hemos hecho con dos palicos y dos cañicas. El consejo funciona, tiene un equipo y está preparado para quien llegue en 2024".

REGISTRO

Los conflictos siguen sin resolverse en el Consejo después de la crisis.

Uno de los conflictos que tenemos es que la web del Consejo de la Transparencia está en manos de un vocal de CC OO, que tiene las contraseñas y los dominios a su nombre. Se lo hemos pedido por las buenas, mandándole un correo y a personas que le han dicho que es mejor que todo eso esté en el Consejo, pero ha dicho que no. Asegura que esos dominios son suyos y que no los entregará hasta que se los requiera un juez. Me contestó a través de un burofax, en el que pretende insultarme, aunque yo no me voy a dar por insultada.

¿Qué solución tiene eso?

Pues el Consejo ha abierto su propia página web, como entendemos que debe ser.

¿Ahora tienen dos?

No. Hay una que es del Consejo y otra cuya titularidad es de un vocal. Pero para los ciudadanos no es ningún problema. Solo me he referido a la web como un ejemplo de que no quiero focalizar mi trabajo en algo que no sea positivo o productivo. Estar pleiteando para rescatar una página web es un desgaste. Recursos para pleitear teníamos, pero con las cinco personas que somos debíamos centrarnos en la prioridad.

"Hemos abierto una nueva página web porque la anterior está en manos de un vocal"

¿Este enfrentamiento está motivado por la derogación del Registro del Consejo que eliminó la Comunidad?

Ese fue el origen de la crisis. Se había decidido crear un registro de acceso propio para que cualquier ciudadano pudiera acceder al portal de la Transparencia, porque se pudo y porque se creyó conveniente. Se aprobó en un pleno con bastante debate y estuvo activo hasta que la Asamblea lo canceló en octubre. Se creó entonces un procedimiento de acceso desde la Comunidad. Por este canal de acceso entra todo, pero también se pueden enviar denuncias por el Registro de la Comunidad, por correo electrónico, por correo postal o directamente en la sede de la calle Obispo Frutos. Ha pasado un año y el resultado demuestra que el registro propio no era tan necesario. Hemos tenido menos reclamaciones, es verdad, pero no es porque no hayan funcionado las comunicaciones. Han funcionado mucho mejor, pero la ciudadanía percibe al Consejo como algo conflictivo, que no es el portal al que puede tener la respuesta que necesita. Hemos bajado de 203 en 2022 a 111 en 2023.