Medio ambiente

Zoa y María Teresa, históricas activistas de Portmán, vuelven a la bahía 37 años después

El miércoles se estrena en La Unión un documental sobre la protesta de Greenpeace que protagonizaron estas mujeres y que dio la vuelta al mundo

Los vecinos podrán verlo a las 20 horas en el Museo Minero

Tráiler del documental '.Portmán. Un punto y seguido'.

Jaime Ferrán

Jaime Ferrán

La empresa minera Peñarroya vertió alrededor de 60 millones de toneladas de estériles a la bahía de Portmán entre 1956 y 1991, provocando el mayor desastre medioambiental que se recuerda en el Mediterráneo. Entre sus consecuencias, más de 150.000 metros cuadrados de superficie aterrada y 40 kilómetros cuadrados de sierra marcados por la huella imborrable de la intensa actividad minera. Gracias a Zoa Jiménez y María Teresa Pérez, dos activistas de Greenpeace, el mundo fue testigo de este atentado ecológico. Su historia se recuerda este miércoles en el Museo Minero de La Unión con la presentación del documental ‘.Portmán, un punto y seguido’. Y allí estarán las protagonistas para recordar lo ocurrido el 31 de julio de 1986. 

Zoa Jiménez (i) y María Teresa Pérez, encadenadas en 1986.

Zoa Jiménez (i) y María Teresa Pérez, encadenadas en 1986. / Lorette Dorreboom

Ese día, estas dos mujeres dijeron ‘basta’. «Fue un verano que cambió mi vida porque se pusieron en los medios de comunicación muchos de los problemas que había en el Mediterráneo en aquel momento», reconoce María Teresa en la pieza audiovisual. Aquel verano, el buque Sirus de Greenpeace llegaba una noche a la bahía de Portmán con estas dos activistas, la fotógrafa Lorette Dorreboom —gracias a la cual la denuncia a la empresa Peñarroya se volvió internacional— y otros compañeros de la ONG ambientalista. Las jóvenes no dudaron en encadenarse a la valla que protege la tubería de la mina por la que se vertían residuos tóxicos a la bahía de Portmán. Además, se desplegó una gran pancarta reivindicativa en la que se podía leer: ‘50.000.000 de toneladas al Mediterráneo. Stop’. 

La empresa minera Peñarroya vertió en 35 años alrededor de 60 millones de toneladas de estériles al Mediterráneo

Una de las imágenes más icónicas de la acción de protesta, firmada también por Dorreboom, muestra el momento en el que la tubería de desagüe de Peñarroya colapsa después de que la empresa, al ver a los activistas, reaccionara elevando la presión. Esto provocó una explosión de residuos tóxicos que puso en peligro a Zoa y María Teresa, que estando encadenadas, no podían alejarse de la tubería. 

«El mar es de todos, no es solo de ellos. Estos tíos se creían que tenían derecho a ensuciarlo», denuncia Zoa en el documental, donde anima a «protestar porque se puede». El que no lo hace, explica, «no consigue nada».

María Teresa Pérez (i) y Zoa Jiménez, en la actualidad.

María Teresa Pérez (i) y Zoa Jiménez, en la actualidad. / La Opinión

En 1990 se cerraron los vertidos de estériles a la bahía y un año después se ponía fin a la actividad minera en la zona. 

El alcalde Joaquín Zapata confía en que la obra pueda tener recorrido en festivales para "llegar a un público distinto"

El estudio de diseño F33 y el creativo murciano Jorge Martínez están detrás de este trabajo audiovisual. Ellos han conseguido reunir a María Teresa y Zoa casi cuarenta años después de que se encadenaran, primero para la grabación, y después para la presentación del documental, que tendrá lugar este miércoles a las 10 de la mañana para la prensa y a las 8 de la tarde para los vecinos de Portmán. El Ayuntamiento de La Unión ha puesto un autobús desde la bahía para desplazar a quienes no tengan cómo ir al Museo Minero. Es gratuito hasta completar aforo.

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El alcalde La Unión, Joaquín Zapata, avanzó ayer a La Opinión que la intención es presentar este documental en diferentes festivales especializados en documentales para darle la oportunidad de tener éxito fuera de España. «Será bueno para nuestro municipio si se consigue», dijo. Con esta «acción reivindicativa» que está impulsando el Ayuntamiento se pretende «llegar a un público distinto, más allá de nuestras fronteras», trasladó el regidor, quien cree que este documental puede significar «una canto a la esperanza porque Portmán puede tener vida más allá de la regeneración, pero sin olvidarla, ya que es imprescindible para que esta localidad resucite y avance».

Los activistas de Greenpeace despliegan la pancarta reivindicativa.

Los activistas de Greenpeace despliegan la pancarta reivindicativa. / Lorette Dorreboom

Con ‘.Portmán, un punto y seguido’, se pretende recuperar la memoria sobre lo que ocurrió el verano de 1986 y lo que significó la hazaña de estas dos mujeres. «En aquella época no era nada común ver a activistas medioambientales hacer lo que hicieron María Teresa y Zoa. Se convirtieron en auténticos referentes», explican los artífices de esta obra, que sirve como punta de lanza de una nueva marca turística medioambiental, .Portmán. Esta creación se enmarca dentro del Plan de Sostenibilidad Turística, impulsado desde las tres administraciones (Ayuntamiento, Comunidad y Gobierno de España), que pretende convertir Portmán en un lugar en el que aprender de los errores del pasado y construir un futuro basado en el respeto al medio ambiente.

Este plan cuenta con una financiación de un millón de euros. El Estado pone la mitad, mientras que el Gobierno regional financia el 40% y el Consistorio unionense, un 10%. 

Un momento de la grabación del documental.

Un momento de la grabación del documental. / L.O.