Medio Ambiente

Bioestimulación, la técnica de riego que permite ahorrar más de un 40% de agua

Se usa un compuesto de algas para facilitar la actividad de los microorganismos que se encuentran en el suelo junto con las raíces

La UPCT prueba la bioestimulación en distintas comunidades autónomas. | UPCT

La UPCT prueba la bioestimulación en distintas comunidades autónomas. | UPCT / alicia martínez

Bioestimulación o fertirrigación son dos palabras que cada vez suenan más fuerte en el mundo de la agricultura, unas técnicas en las que el uso de algas y microorganismos reducen el consumo de agua para riego a la vez que mejoran la absorción de nutrientes de los cultivos. Por sus buenos resultados, la Universidad Politécnica de Cartagena ha renovado la cátedra ‘Agricultural Sciences’ de la multinacional FMC y, además, han conseguido casi 3 millones de euros de la Comisión Europea para optimizar la digitalización del riego dentro del proyecto Lifetriplet.

¿Y en qué consiste este método? Alejandro Pérez Pastor, director de la cátedra, explica que llevan 20 años trabajando en estrategias de riego deficitario controlado, es decir, se reduce la cantidad de agua con la que se riega según en la fase que se encuentre el cultivo, la cual lleva un compuesto de algas y microorganismos. Por ejemplo, los cítricos tienen su crecimiento exponencial durante el verano y «ahí podemos reducir bastante cantidad de agua, es decir, no aportar todo lo que la planta necesitaría para su crecimiento potencial». Pastor asegura que este recorte no afecta ni a la producción ni al tamaño del fruto, al contrario, «mejoramos la calidad» y se aumenta la productividad del agua, que es la ratio entre los kilos de la fruta recolectada y el agua aplicada.

Hay a quien esto le puede parecer pura fantasía, pero es ciencia. Al sufrir cierto estrés hídrico, las plantas hacen proliferar raíces para buscar el agua. «Si además le aplicamos un bioestimulante a base de algas, se incrementa la micorrización, y la actividad microbiana en la rizosfera -la zona del suelo donde las raíces entran en contacto con los nutrientes-», afirma.

«De esta forma el cultivo asimila con mayor facilidad el agua y los nutrientes aportados, incrementando la sostenibilidad del cultivo, y a su vez, de la agricultura», apunta Pastor.

Melocotoneros, albaricoqueros, paraguayos, melones, lechugas, pimientos están entre los cultivos que ya han probado este método. «Tenemos un gran abanico de cultivos en los cuales hemos reducido los aportes hídricos según qué fase fenológica en la que se encuentran», señala Pastor. Además, llevan unos años digitalizando todo el proceso. «Colocamos sensores que miden en tiempo real la cantidad de agua y la energía con la que el agua es retenida por el suelo a diferentes profundidades», dice. Esto les permite saber cuánta agua aplicada llega a las raíces y como puede controlar la profundidad a la que llega el agua hasta las raíces, se puede evitar que se acumulen los nutrientes en el suelo o que acaben en el acuífero.

Gracias a este método, están obteniendo resultados «espectaculares» de un 40% de ahorro en agua. Además, como el compuesto que lleva el agua es un fertilizante natural, no se contamina el medio con químicos.

Están trabajando codo con codo con comunidades de regantes y los propios agricultores. Tienen una plataforma digital a la que acceden para controlar el estrés hídrico de sus cultivos. «Hemos conjugado toda la electrónica y la informática con los conocimientos agronómicos y estamos llegando a una a una eficiencia extrema», ha recalcado Pastor. El proyecto no se limita a la Región, sino que también están trabajando en Andalucía, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana con 13 tipos de cultivos distintos.

«Hemos mezclado la biotecnología, la agronomía y la informática para llegar a donde estamos, para mejorar toda la agricultura y para que se adapte a este cambio climático, a esta ausencia de agua y lluvias», ha señalado Pastor. Por ello pide que, al igual que el sector agrario «se ha puesto las pilas», lo hagan también otros sectores.

Apoyo europeo

Los investigadores de este proyecto han conseguido casi 3 millones de euros de la Comisión Europea para seguir adelante. El proyecto se prolongará los próximos tres años y en él participan investigadores de Agrónomos, Industriales y Empresa de la UPCT. Desarrollarán, junto a IMIDA, Aquatec, AZUD y FMC una plataforma digital para fertirrigar los cultivos «de una forma sostenible».

Los trabajos permitirán visualizar la información de los índices de cada parcela demostrativa, aplicar un modelo predictivo usando técnicas de aprendizaje automático e integrar todas las variables de riego y de fertirriego en una base de datos potente.