Economía

Las exportaciones de calzado fabricado en la Región crecieron un 25% en 2022

La cifra de negocio ascendió a más de 100 millones de euros el pasado año

Los industriales muestran su preocupación por la situación económica actual en Europa, el principal mercado del sector

Firmas murcianas de calzado exponen sus productos en una feria internacional.

Firmas murcianas de calzado exponen sus productos en una feria internacional. / Enrique Soler

El calzado murciano pisa fuerte. Especialmente en mercados internacionales, la gran tabla de salvación de un sector tradicional que hunde sus raíces en la época romana y tiene su clúster localizado en polígonos del noroeste de la Región. Caravaca de la Cruz sobre todo, pero también Lorca, Yecla, Alhama o Cehegín, entre otras poblaciones, acogen una de las industrias con más solera del país por su longevidad, pese a solo manufacturar el 8% de la producción nacional.

Aun así, la Región es la cuarta autonomía en fabricación y comercio exterior de calzado, solo por detrás de la Comunidad Valenciana, La Rioja y Castilla la Mancha, empleando a 700 personas, una cifra que en las épocas punta de producción llega a triplicarse.

No en vano, las exportaciones de zapatos ‘made in Murcia’ se incrementaron un 25% en 2022, lo que se tradujo en una cifra de negocio de más 100 millones de euros. «Sin duda, fue el año de la recuperación tras la pandemia, cuando el sector volvió a la normalidad con presencialidad en ferias y retomó el contacto con los clientes internacionales», expone Salvador Gómez, director ejecutivo de Calzia, la Asociación de Industrias del Calzado y la Alpargata del Noroeste de Murcia a la que pertenecen medio centenar de pymes de fabricación de zapatos, moda y complementos, así como empresas y talleres de su cadena de suministros. «Una parte de ese incremento se debió al parón de 2020 y 2021», reafirma. Y pone como objetivo recuperar cuota de mercado en Japón o México.

«Una parte de ese aumento se debió al parón de 2020 y 2021», dice Salvador Gómez, director ejecutivo de Calzia

Porque, como ocurre en otros polos zapateros de España, naciones europeas son las principales destinatarias del calzado hecho en Murcia. En concreto, según el Instituto de Fomento (INFO), dichos países en 2022 fueron Francia, con una cifra de negocio de 29 millones de euros —un 27% de las exportaciones zapateras regionales totales—, con un crecimiento del 37%; Italia, con 22, 6 millones y un ascenso del 41%; Alemania, con 14 millones y una subida anual del 23%; y Reino Unido, con 6,8 millones y un 2,3% de incremento.

Contexto inflacionario

El calzado regional viene registrando desde enero ventas en el exterior por valor de cerca de 90 millones de euros con un crecimiento de algo más del 1%. Aunque estas pueden parecer cifras óptimas, Gómez advierte: «En un contexto inflacionario, esto no implica un crecimiento real». En cantidad de pares, continúa, se percibe una bajada por la situación de incertidumbre económica en Europa, en lugares como Alemania o Reino Unido. «Los contratos en nuestro sector van siempre con meses de anticipación, por lo que las consecuencias bélicas se están sufriendo más intensamente en 2023 y, previsiblemente, en 2024», añade, refiriéndose al conflicto en Ucrania.

Fabricantes, y no solo en la Región, comparten dichas impresiones. Un ejemplo es el propio presidente de Calzia, Juan Romero, uno de los socios de Calzados D’Felino, que percibe un ambiente «enrarecido» desde mediados de 2023 al notar un parón. «La gente compra menos», dice. La firma, que cuenta con una trayectoria de más de tres décadas en Caravaca, exportó mayoritariamente a Francia y Alemania el 100% de su producción de unos 250.000 pares de zapatillas vulcanizadas y alpargatas de suela de yute. En el caso de la locomotora europea, a las puertas de la recesión técnica tras confirmar la contracción del 0,1% del PIB en el tercer trimestre, Romero cuenta cómo algunas de las compañías a las que trabaja D’Felino están cerrando.

«¿Una crisis como la de 2008? No quiero ni pensarlo, sería dramático para el sector», responde el industrial ante un hipotético escenario de desaceleración económica. Apunta que, en ese caso, buscar nuevos mercados de forma rápida es complejo: «U ofreces un producto exclusivo o desbancas a otros». Pese a todo, asevera que «en nuestro sector no paramos de reinventarnos», y que para 2024 ya se oye que, «tal vez», se vuelvan a llevar las bailarinas.

Inversión regional

En los últimos ocho años, el INFO ha invertido más de 20 millones de euros, y una subvención aprobada de 6,5 millones, en el sector del calzado regional. En ese montante se integran, entre otras ayudas, el respaldo a misiones comerciales como las llevadas a cabo este año en Europa, América y Oceanía, en la organización del Youte Festival de Caravaca y la participación de firmas murcianas en las semanas de la moda de Madrid y Milán.

Si en 2022 se realizaron cinco acciones de internacionalización con 34 empresas regionales, apunta el INFO, en 2023 ya se han realizado siete con casi cuarenta empresas. «Que el Gobierno regional siga apoyándonos como hasta el momento», desea Romero, quien alaba la comunicación directa entre Calzia y el Ejecutivo de López Miras.

Del esparto al laboratorio, cinco siglos de tradición y vanguardia

La industria del calzado murciana puede presumir de ser una de las más antiguas del país, según reza la web de Calzia, donde además se exhiben imágenes de las ordenanzas de zapateros y de fijación de precios y de salarios del Concejo de Caravaca, que datan de los siglos XVI y XVII.

Como explica el cronista oficial de la Región y de Caravaca, José Antonio Melgares, la labor manufacturera en la Comarca del Noroeste se remonta a la época romana gracias al clima del área, que permitió el cultivo del cáñamo y del esparto. Aunque no fue hasta el siglo XX cuando la actividad alpargatera registró, de los años veinte a los cincuenta, sus décadas doradas. También contribuyeron el conflicto colonial de Marruecos, las dos guerras mundiales y la civil española, destaca Melgares, dado el gran volúmen de pedidos para calzar a los soldados.

No obstante, a mediados de la pasada centuria cambió el paradigma de la alpargata por el del zapato. Se sustituyó el cáñamo y el esparto por el yute, lo que supuso el inicio de una lenta decadencia. Pero la industria pervive. Muestra de ello son las alpargatas femeninas con suela de dicho material, una pieza imprescindible de la moda estival que lucen hasta miembros de la familia real.

 Alejandro Arribas, responsable de I+D del Centro Tecnológico del Calzado y del Plástico (CETEC), situado en Alhama, rememora algunos de los últimos proyectos, como el desarrollo de zapatos nuevos con el reciclaje de pares viejos o formulaciones de caucho sostenible con capacidad antiviral. Aunque, reconoce, el CETEC debió virar el grueso de sus investigaciones a los plásticos agroalimentarios a raíz del cierre de factorías zapateras en la Región, y en toda España, a partir de la entrada de China en la OMC .

El Informe del Calzado en España 2023 refleja que Murcia cuenta con 143 empresas del sector, la mayoría ubicadas en Caravaca.

La digitalización y la sostenibilidad, los grandes retos del calzado español

La industria zapatera nacional tiene grandes desafíos por delante comunes a los del grueso de la sociedad. Tal y como indica la presidenta de la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE) -integrada por 375 empresas que representan a medio millar de marcas- y vicepresidenta del Grupo Pikolinos, Rosana Perán, la digitalización y la sostenibilidad son los siguientes pasos evolutivos dentro de un sector cuyo mercado exterior rebasó por primera vez, en 2022, los 3.000 millones de euros.

«En Murcia, el sector reúne los valores de ‘Shoes from Spain’: una industria de amplia tradición que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos conjugando calidad y diseño, a la vez que ha respetado su esencia», señala Perán desde Elche, la capital española del calzado, sus componentes y actividades auxiliares, cuyo epicentro es su Parque Empresarial.

Perán, si bien se congratula por las cifras de negocio alcanzadas el año pasado, muestra igualmente su preocupación porque, «como ya advertimos en su día», subraya, «las exportaciones a Europa, nuestro principal mercado, se están ralentizando debido a la inflación elevada y la pérdida de poder adquisitivo de las familias». Todo ello tiene unas consecuencias previsibles: el descenso de consumo de zapatos «por tratarse de un producto más prescindible que la hipoteca o la cesta de la compra», agrega.

Los fabricantes se encuentran ahora expectantes a las citas feriales del próximo año. También los 41.136 empleados de las 2.975 empresas que intervinieron, de alguna manera, en la producción de los 82,9 millones de pares en 2022. Unas cifras por debajo del periodo prepandémico, cuando se alcanzaron los 95 millones en 2019 o más de 100 en los años 2015 y 2016, según el Informe del Calzado en España 2023.