Ciencia | Mª Ángeles Bonmatí Doctora en Fisiología por la UMU y autora de ‘Que nada te quite el sueño’

"No es bueno sacrificar horas de sueño por estudiar un poco más"

En ‘Que nada te quite el sueño’, la doctora en Fisiología Mª Ángeles Bonmatí desmonta algunas teorías erróneas sobre el sueño

María Ángeles Bonmatí, autora de 'Que nada te quite el sueño'

María Ángeles Bonmatí, autora de 'Que nada te quite el sueño' / L.O.

Andrea Ruiz

Mª Ángeles Bonmatí publica su primer libro para el público general, Que nada de quite el sueño: por qué dormir bien es fundamental para tu salud, donde se enfoca en la importancia que tiene el sueño para mejorar nuestra vida. Lo presenta este miércoles en la Biblioteca Regional, a las 19:30 horas. En el acto también participará David Jiménez Torres, autor de El mal dormir. Será moderado por la periodista María José Moreno, en la primera actividad conjunta de la BRMU y la Asociación de Divulgación Científica de la Región de Murcia.

Mª Ángeles Bonmatí, doctora en Fisiología por la UMU, ha escrito, de la mano de la editorial Planeta, el libro Que nada te quite el sueño, para explicar de manera sencilla por qué el sueño es tan importante en nuestras vidas y cómo podemos mejorarlo.

¿Cómo surgió la idea de escribir el libro?

Un poco por la percepción general de que dormir es una pérdida de tiempo, de que cuanto más dormimos, menos vivimos o menos productivos somos... El objetivo del libro siempre ha sido acercar el conocimiento científico sobre el sueño al público general, pues hay toda una serie de concepciones erróneas en torno a este que quería desmontar. La realidad es que el sueño es un proceso fisiológico fundamental para vivir y mantener un estado de salud adecuado.

Hablando de ideas erróneas, hay muchas personas que no saben que dormir mal nos hace comer peor, como menciona en la obra. 

Así es. Hay estudios que demuestran que una persona que ha dormido mal o poco, al día siguiente tiende a elegir alimentos hipercalóricos, lo que conocemos comúnmente como ‘comida basura’, con alto contenido en calorías y baja calidad nutricional. ¿Por qué ocurre esto?, Porque cuando no dormimos lo suficiente, el cerebro se pone en ‘modo alerta’ y la consecuencia de esto es que comenzamos a acumular calorías de manera intuitiva. Además, cuando se duerme pobremente también se tiene menos disposición de hacer ejercicio físico.

Cuando no dormimos lo suficiente, el cerebro se pone en ‘modo alerta’ y la consecuencia de esto es que comenzamos a acumular calorías de manera intuitiva

 En nuestro mundo actual, con la hiperproductividad siendo el pan de cada día, hay quien opina que dormir es algo secundario, ¿qué le diría a esas personas?

Puesto que el lenguaje económico es, en ocasiones, el único que se entiende, resulta que una población que duerme poco, es una población que hace más gasto. No solo es menos productiva, sino que, también, es más propensa a enfermedades, bajas médicas... Por lo tanto, una persona que duerme poco no va a ser más productiva a la larga, sino todo lo contrario.

Esa hiperproductividad de la que hablábamos, ¿puede ser causante de insomnio? 

Sí, sobre todo en las personas que tienden al perfeccionismo, que suele ir unido a ciertos niveles de ansiedad. Este tipo de personalidad se considera un factor de riesgo para padecer insomnio, pues con ella aparece lo que llamamos ‘rumiación’: cuando llega la hora de dormir y empezamos a darle vueltas a un asunto que nos preocupa mientras intentamos conciliar el sueño. Al intentar resolver el problema estamos activando e incentivando a nuestro cerebro a buscar soluciones que hacen que entremos en un bucle del que es complicado salir.

¿Qué consejo le daría a esas personas?

Que enfrenten durante el día aquello que les preocupa y dejen la noche siempre para desconectar. Puede ayudar leer un libro, poner la radio, escuchar un podcast... Aunque, es recomendable que estos últimos los programemos para que la reproducción se detenga a los 20 o 30 minutos, ya que es mejor dormir en silencio.

¿Es por eso que conforme una persona va haciéndose mayor, duerme menos?

El sueño cambia. Evoluciona con nosotros a lo largo de nuestra vida. Así, cuando nacemos dormimos muchísimo, bastante más que un adulto. Aunque las horas no son determinantes, un adulto promedio duerme entre siete y ocho horas diarias, pero eso no significa que todo el mundo tenga que dormir esas horas. Habrá quienes tengan que dormir más y quienes tengan que dormir menos, pero sí que conforme envejecemos, se va produciendo un deterioro del sueño. Es por eso que un anciano duerme menos que un adulto, no porque necesite menos horas de sueño.

En muchas ocasiones, los alumnos no creen a los profesores cuando estos dicen el dicho de «lección dormida, lección aprendida», pero usted lo menciona en su libro.

Sí, en este caso, la sabiduría popular acierta. Y es que, este refrán tiene detrás una base fisiológica real, pues sabemos que una de las funciones del sueño es, precisamente, fijar recuerdos. Durante la fase de sueño REM, se producen unas ciertas conexiones neuronales que refuerzan y fijan lo que hemos aprendido el día anterior. Es por esto que, no es bueno sacrificar horas de sueño por estudiar un poco más. El sueño nos ayudará a que, al día siguiente, nuestro cerebro esté más fresco y preparado para rendir, además de que habrá fijado mejor lo que hemos estudiado el día anterior.