Educación investiga la expulsión de un alumno con TEA de un centro de Murcia

La Consejería ha ofrecido a los padres un profesor con atención a domicilio para que el joven no pierda el curso de FP que estaba estudiando

Aula de un colegio.

Aula de un colegio. / L.O.

Alberto Sánchez

Alberto Sánchez

La Consejería de Educación investiga los motivos que han derivado en la expulsión temporal de un alumno de 18 años con trastorno del espectro autista (TEA) de un centro de Murcia, donde cursa un ciclo de Formación Profesional de ofimática en modalidad especial. Los padres han denunciado los hechos ante el departamento que dirige Víctor Marín al considerar que los responsables del centro, gestionado por la Federación de Asociaciones Murcianas de Personas con Discapacidad Física y Orgánica, no actuaron siguiendo los criterios de escolarización para alumnos con necesidades educativas especiales.

El joven, según el relato de sus progenitores, sufrió una crisis de ansiedad a finales de abril que derivó en una serie de incidencias que el centro calificó como graves. En consecuencia, se le abrió un expediente disciplinario "por conductas disruptivas y agresión a profesores, las cuales fueron provocadas al agobiarlo y presionarlo", señalan los padres, "esto no habría sucedido si los profesores hubieran hecho caso del dictamen de escolarización de educación, donde pone claramente cómo actuar con mi hijo".

El centro detalla en el expediente que el alumno ya había provocado "incidencias significativas" días atrás, pero que en el momento de los hechos se produjo la agresión a un docente de la federación, a un trabajador de apoyo y a un alumno en prácticas, así como daños a las instalaciones. Los padres, por su lado, señalan que su hijo salió corriendo del centro sin que los responsables lo impidieran y sin llamar a los servicios sanitarios.

Estos fueron requeridos una vez se presentó el padre en el centro, que llamó al 112 al encontrarse al joven "rodeado" de agentes de la Policía Nacional y visiblemente nervioso. "Es inasumible que los profesores de educación especial de Famdif tuvieran sometido a presión, agobio, nervios y trauma una hora a un niño discapacitado con TEA".

La federación, consultada por este periódico, ha preferido no realizar declaraciones al haber una investigación abierta de la Inspección Educativa de la Consejería. Los padres, por lo pronto, han reclamado la readmisión de su hijo en el centro y conocer la titulación y competencias que tienen los docentes que le atendían, pues consideran que no tenían la capacidad de tratar con alumnos con TEA.

Reunión con el consejero

La insistencia de los padres para que la denuncia tuviera eco en la Comunidad les llevó a ponerse en contacto con el presidente Fernando López Miras, quien les atendió en una llamada telefónica para conocer el caso. El pasado martes, finalmente, pudieron reunirse tanto con el consejero Víctor Marín como con Juan García Iborra, director general de FP y Atención a la Diversidad.

En la cita, Marín ofreció a la familia un profesor con atención a domicilio para que el joven continuara estudiando el curso de Formación Profesional que cursa, y en el que hasta ahora ha sacado buenas calificaciones. Los padres han puesto el caso en conocimiento del Defensor del Pueblo, institución que ya ha alertado sobre la inconveniencia de expulsar alumnos con necesidades especiales como medida correctora.