El dragado de los fondos marinos de la bahía de Portmán causaría una "alta toxicidad"IVAN URQUIZAR
El fondo marino de la bahía de Portmán es como el delta de un río, pero en vez de lodos sólo hay metales pesados acumulados bajo el agua, tóxicos para la biodiversidad marina. Frente al pueblo hay 57 millones de toneladas de estériles mineros que se vertieron durante 33 años, hasta la década de los 90. Hoy, los descartes de la actividad minera del pasado siglo alcanzan los cinco kilómetros mar adentro.
Su extracción mediante la técnica del dragado supondría causar «una alta toxicidad» para la vida marina, tal y como asegura el investigador en depósitos minerales de la Universidad de Barcelona, Josep Roqué. El experto, junto al catedrático Geociencias Marinas de la institución catalana, Miquel Canals, realizaron una campaña oceanográfica para cartografiar los sedimentos del fondo marino de la bahía de Portmán.
En concreto, estudiaron el suelo marino a 20 y a 50 metros de profundidad, donde comprobaron los procesos biogeoquímicos por los que pasa el arsénico, un metal pesado que comparte espacio en la costa de Portmán junto con elementos tóxicos como el niquel, plomo, cadmio, zinc o cromo. Este metal pesado, según han podido comprobar los investigadores, queda inmóvil en el sedimento marino debido a una acción bacteriana que impide que se disuelva en la columna de agua, por lo que su toxicidad queda reducida.
«A priori, movilizar el sedimento supondría liberar todo el arsénico que acumula el fondo marino. Si no se actúa directamente sobre él, se contendría la toxicidad porque el elemento queda ‘retenido’», explica Roqué-Rosell. Por ello, el investigador cree que no tocar estos sedimentos «sería una buena idea», aunque desconoce qué efectos ambientales puede tener sellar los estériles mineros que ocupan la parte sumergida de la bahía. «Habría que evitar que las partículas se movilizaran en el agua».
Ese daño ambiental del que habla el investigador se sigue comprobando a hoy en día en la costa frente a Portmán. Desde que cesaron los vertidos, las poblaciones de posidonia oceánica no han vuelto a resurgir en la colada de estériles mineros que se formó mar adentro. Con la ausencia de praderas marinas hasta el borde de la extensión de los estériles bajo el mar, la biodiversidad de peces y mamíferos en este tramo de la costa regional «también se pierde». Por ejemplo, las praderas sirven de refugio para muchas especies que, ante un fondo desnudo, no encuentran en Portmán dónde cobijarse. «Se observa la desertificación del fondo marino frente a Portmán. La situación es de una pérdida de la biodiversidad en el área afectada por el vertido minero».
El experto de la Universidad de Barcelona cree necesario estudiar el efecto de las corrientes marinas sobre el sedimento nutrido de metales pesados y cómo afectan estos a zonas adyacentes como el parque regional de Calblanque.
Un proyecto de regeneración que no termina de arrancar
El proyecto de regeneración de la bahía de Portmán se encuentra paralizado a falta de conocer qué solución se le da a este enclave costero. El Ministerio para la Transición Ecológica está sondeando qué medidas sería más eficaz a nivel económico y cuál tendría menos impacto ambiental.
Tras años de obras suspendidas, el Estado ve ahora como una posibilidad no dragar los estériles mineros de la bahía y mantener la actual línea de costa, algo que no convence a los vecinos. A cambio, se sellarían los depósitos de metales pesados con zonas verdes. La opción que sí supondría el retranqueo de la playa llevaría la línea de costa unos 200 o 250 metros tierra adentro.
El Ministerio reconoció hace unas semanas la dificultad técnica y los problemas ambientales que conllevarían el traslado de los residuos de la bahía hasta las cortas mineras.