"La procesionaria es peligrosa para las mascotas porque juegan con ella y la chupan"

María Vicenta es una vecina de la pedanía murciana de Santo Ángel que el pasado fin de semana tuvo que salir corriendo con su perrita a urgencias del Hospital Veterinario de La Flota (Murcia) tras comprobar que ésta había chupado una procesionaria paseando por el pueblo. 

«El susto ha sido enorme», afirma la dueña del animal, quien dice no entender cómo no se actúa contra estar orugas en zonas urbanas.

Pese a lavarle rápidamente la boca y ponerle tratamiento, explica que «la perra está perdiendo la lengua, se le está necrosando y se le está cayendo a trozos debido al tóxico de la procesionaria» y alerta de que «el veterinarios nos dijo que ha tenido varios casos similares».

José Ignacio Álvaro, uno de los profesionales que trabaja en el Hospital Veterinario de La Flota, reconoce a La Opinión que «la procesionaria es peligrosa para las personas, sobre todo los niños pequeños, pero también para los animales porque les hace gracia la oruga moviéndose y juegan con ella y la chupan, lo que hace que la lengua se les vaya necrosando».

Cuando llega un animal al centro veterinario en esta situación, lo primero que hacen los especialistas es limpiarle la zona y aplicarle antibiótico y analgésico, bajándole la inflamación con corticoides. 

«Hemos tenido casos de perros que han perdido parte de la lengua, animales a los que hemos tenido que sedar para limpiarles el tejido muerto y a los que hay que alimentar con líquido o mediante sonda mientras que se recuperan», señala.

En muchos casos los especialistas inician el tratamiento sin saber cuál va a ser el resultado, ya que «si el animal ingiere la procesionaria el daño va más allá de la boca, afectándole al exófago y provocándole un agujero en el estómago, lo que hace que termine falleciendo», por lo que recuerda a los dueños la importancia de extremar el cuidado en zonas de monte o pinadas.

El Hospital Veterinario de La Flota cuenta con atención 24 horas, lo que hace que les lleguen casos de este tipo de Murcia, Cartagena, Lorca e, incluso, Alicante.