Medio ambiente

Un 6% del suelo murciano es apto para placas solares

Un estudio cifra en 17.000 las hectáreas en las que podrían instalarse plantas fotovoltaicas sin dañar el medio ambiente

Alberto Sánchez

Alberto Sánchez

La Región de Murcia dispone de suficiente espacio en zonas ya alteradas por diversas actividades económicas o por conexiones de transporte donde se podrían instalar placas fotovoltaicas que permitieran una producción de 15.077 GWh/año en energía solar, una cifra que equivaldría al consumo anual de más de cuatro millones de habitantes. El estudio ‘Renovables sostenibles: fotovoltaica’ de la organización Alianza, Energía y Territorio (Aliente), desarrollado por la plataforma cívica Observatorio de Sostenibilidad, calcula que en la Comunidad hay disponibles 17.000 hectáreas susceptibles de acoger instalaciones de energía renovable sin causar daños al medio ambiente.

Estas superficies, en el caso de la Región, se localizan en invernaderos y tejados de azoteas sobre todo, pero también tienen en cuenta los espacios dedicados hace años a la actividad minera, como en la Sierra de Cartagena o Mazarrón. Otros terrenos disponibles, donde ya se han realizado infraestructuras que servirían de base para colocar estas placas, serían los vertederos, canales, estaciones o conexiones de ferrocarril, carreteras o zonas industriales.

De emplear estas áreas señaladas por el estudio del Observatorio de la Sostenibilidad, se podrían llegar a generar hasta 15.000 empleos, según las estimaciones realizadas, y reducir un total de ocho millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Alberto Matarán, portavoz de la organización Aliente, define a la Región como una de las comunidades que peor ordenación territorial tiene en cuento a la instalación de plantas fotovoltaicas.

Y es que la Comunidad está entre las autonomías con mayor superficie susceptible de instalar fotovoltaicas en zonas antropizadas: hasta un 6% del territorio sería apto.

En el caso de los invernaderos, que corresponde al 59% del espacio propuesto, Aliante destaca que se podrían aprovechar las cubiertas de estas estructuras agrícolas, que tienen una importante presencia en municipios como Águilas, Mazarrón, Totana, Alhama, San Javier, Torre Pacheco o San Pedro.

Votación

Estos datos se conocen un día antes de que la Comisión Europea vote el reglamento que permitiría acelerar los procesos administrativos para los grandes y medianos proyectos de energía solar. La nueva norma comunitaria, que saldría hoy adelante y mañana entraría en vigor, pretende priorizar el silencio administrativo positivo.

En el caso de los plazos, la concesión de autorizaciones por parte de las administraciones estatal o regional no deberá superar los seis meses y, en algunos casos, los tres meses. La instalación de placas solares estaría exenta, además, del paso de analizar si un proyecto requiere de una evaluación de impacto ambiental.

Moratoria

Aliante considera que cualquier proceso express debería encaminarse a dirigir a las empresas a implantar las renovables en las zonas antropizadas. De tal forma, proponen que se establezca una moratoria en la instalación de nuevas plantas fotovoltaicas en el territorio «para situarlas en zonas sin impacto ambiental, ni espacios naturales, ni superficies de uso agrícola, ni paisajes donde el sector turístico rural es el motor de empleo».

Fernando Prieto, portavoz del Observatorio de la Sostenibilidad, señala por su parte que «si se hubiera empezado por los tejados, se podría haber conseguido mayor implantación de solar fotovoltaica hasta ahora, y el impacto ambiental hubiera sido mínimo», y que solo así esta «evolución energética favorecerá por primera vez a los ciudadanos y a las pymes», concluye.

Protesta el pasado mes de octubre

Protesta el pasado mes de octubre / LOYOLA PEREZ DE VILLEGAS MUÑIZ

Los vecinos de El Algar se echarán a la calle en contra de futuras plantas

Los vecinos de El Algar alzarán la voz para mostrar su rechazo a las macro instalaciones fotovoltaicas que se plantean instalar en el entorno. Por ello, la Alianza del Campo de Cartagena para la Ordenación de las Instalaciones Fotovoltaicas (Accoif), que engloba a más de 50 asociaciones y colectivos, como Procabo, SOS Mar Menor, Ecologistas en Acción o CCOO de la Región de Murcia, ha organizado una manifestación el próximo sábado, día 17 de diciembre, a las 11 horas en la plaza de la Iglesia de El Algar. En Acoif no rechazan las energias renovables, pero sí el lugar en el que se ha planteado la construcción de las instalaciones.

El problema, según denuncian, «es que actualmente no existe una ordenación suficiente del territorio que permita la implantación de estas plantas sin impedir el crecimiento natural del pueblo». Esta ausencia de ordenación ha provocado, añaden, que «se planteen en el entorno de El Algar una cantidad de instalaciones que sobrepasan en extensión las dimensiones del propio pueblo». Es por ello que solicitan una moratoria para la instalación de plantas fotovoltaicas de este estilo en el Distrito 7 del término de Cartagena, que engloba gran parte del entorno del Mar Menor y su cuenca vertiente, así como en el Distrito 1, correspondiente a las zonas de Canteras, Perín, Galifa, etc. gracias a su especial valor paisajístico.

La Alianza no entiende «por qué no se puede conseguir una moratoria en esta zona hasta que se tenga una ordenación que les asegure que las instalaciones no perjudican a una gran cantidad de elementos con diversas figuras de protección que deben preservarse en las mejores condiciones posibles, entre ellos la Sierra Minera, al igual que los más de 50 molinos de viento declarados Bien de Interés Cultural y algunos otros de gran relevancia histórica y patrimonial como cueva Victoria, Monasterio de San Ginés de la Jara, Monte Miral y sus ermitas, Torre del Negro, yacimientos arqueológicos, villas modernistas, etc.» Al mismo tiempo, destacan, esta zona «también dispone de un gran patrimonio medioambiental compuesto por el Parque de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, Salinas de Marchamalo, Humedales de Lo Poyo, el Carmolí con sus humedales y las propias islas del Mar Menor, también protegidas».