Los centros de Murcia, concienciados con el nuevo programa Erasmus+

El Primer Congreso para la Internacionalización Escolar de la Región de Murcia centra su atención en el nuevo programa de educación europeo con la mesa redonda de Juan García Iborra, Mª Dolores Hurtado, Rubén Escavy y Alejandro Zamorano Lucas

Alejandro Zamorano, Mª Dolores Hurtado, Rubén Escavy, Juan García Iborra y Paula Rodríguez Bañón, en la mesa redonda.

Alejandro Zamorano, Mª Dolores Hurtado, Rubén Escavy, Juan García Iborra y Paula Rodríguez Bañón, en la mesa redonda. / L.O.

Alfonso Asensio

El Primer Congreso para la Internacionalización Escolar de la Región de Murcia (CIERM) tuvo su segunda y última jornada en el día de ayer en el Centro Social Universitario de la Universidad de Murcia y estuvo articulado alrededor del proyecto Erasmus+, el programa de la Unión Europea para apoyar la educación, formación, juventud y deporte en Europa. Este programa, ya conocido como Erasmus, entra en una nueva etapa después del periodo 2014-2020 con mayor inversión que nunca y orientado hacia la inclusión social, las transiciones ecológica y digital y el fomento de la participación de las personas jóvenes en la vida democrática.

La apertura del evento tuvo lugar a las 9 de la mañana con la entrega de premios del concurso ‘Mi experiencia Erasmus+’ a cargo de la consejera de Educación María Isabel Campuzano Martínez. Más tarde, el acto prosiguió con la ponencia ‘Oportunidades Erasmus+’ de Paula Rodríguez Bañón, técnica educativa de Programas Educativos y a las 10.30 hizo su aparición el reputado lingüista, académico y autor David Crystal para hablar sobre las «ventajas de hablar más de un idioma» en su ponencia ‘A bilingual world’ (’Un mundo bilingüe’).

Tras una pausa para el cafe, María Dolores Hurtado Quirante y Alejandro Zamorano, directores del CEIP Nuestra Señora de la Fuensanta y del IES Villa de Abarán respectivamente, conversaron con los allí presentes sobre la experiencia de su centro en el programa Erasmus+ para, a continuación, dar paso a una mesa redonda en la que participaron los dos directores mencionados junto con Rubén Escavy, director del CEIP Federico de Arce y Juan García Iborra, Director general de Formación Profesional e Innovación de la Consejería de Educación.

Preguntas clave

Fue en esta mesa redonda en la que, la moderadora Paula Rodríguez Bañón, planteó tres preguntas clave a los tres directores y al Director General con el fin de poner en común las ideas y transmitir al público su aprendizaje en el proyecto. La primera de ellas tuvo que ver con la obtención de la nueva acreditación Erasmus, necesaria para implantar en los centros el programa y que facilita el acceso de las organizaciones en comparación con la anterior etapa. En ese sentido, Juan García Iborra dio luz sobre el tema desde la perspectiva más corporativa: «El programa anterior fomentó los proyectos pequeños entre centros. Ahora han dado un giro copernicano desde Europa y se pretende que la gente salga como sea. La mira se ha puesto en que la gente salga fuera de nuestro país, tanto profesores como alumnos para ver cómo se hacen las cosas en otros lugares y aprender de ello», afirmó.

Por su parte, los directores trataron el tema desde su experiencia. María Dolores Hurtado alabó la comodidad de la acreditación. «En nuestro centro, donde tenemos proyectos a corto plazo, la acreditación nos supone involucrar a la mayor parte del profesorado. En el último proyecto que hemos presentado, hemos intentado involucrar a todo el profesorado de infantil y nuestra idea ahora es ver las necesidades del centro y elaborar estos proyectos para llevarlos a cabo. Nuestro proyecto se centra en infantil y la acreditación nos da mucha seguridad para programar y no tener que presentar todos los años un nuevo proyecto», aseguró. Alejandro Zamorano manifestó su felicidad con el proceso aseverando que «nos permite marcar unos objetivos a medio y largo plazo y posibilita una movilidad entre profesorado».

Por último, Rubén Escavy recordó la fluidez del nuevo acceso al programa a través de su experiencia. «Mi centro tiene dos Erasmus diferentes. El 201 se realiza a través de organizaciones de distintos países y está relacionado con la actividad física. El otro programa es de liderazgo llamada Direcmur, en el que tenemos un intercambio de metodologías con una asociación portuguesa gracias al que tenemos un k210. La acreditación nos viene muy bien porque no tendremos que volver a hacer el trámite todos los años, sino que será más fluido», expresó.

La siguiente pregunta lanzada por la moderadora, Paula Rodríguez Bañón, centró la atención de los ponentes en su recomendación para aquellos directores y docentes que aún no han implantado el programa Erasmus en sus centros. Así, el Director general explicó que «es importante que haya un referente en cada centro y no tiene por qué ser el director», antes de la intervención de los directores. Alejandro Zamorano usó la palabra ilusión para explicar sus recomendaciones. «El Erasmus es algo ilusionante. Al principio da miedo meterse en el proyecto, pero mañana cuando lleguéis a vuestro centro seréis la primera piedra para formar un nuevo Erasmus y mejorar vuestro centro. Es algo bueno y bonito para vuestro colegio», aseguró.

Por su lado, María Dolores afirmó que la motivación es la clave de todo. «Caer en la rutina es muy aburrido y necesitamos cambiar y viajar, necesitamos motivación para mejorar en nuestro trabajo diario. Esto nos lleva a meternos en estos proyectos para abrir la mente. Después de cada viaje pensamos de manera diferente y los alumnos vuelven siendo otras personas. La recompensa es tan grande que animo a todo el mundo, pero hay que tener paciencia», puntualizó. El último director en dar su recomendación fue Rubén Escavy y explicó la necesidad de cooperar: «Hay una cosa que es evidente. Lo importante es que haya un mismo camino en un centro. Por mucho que un director se empeñe, es imposible que un centro avance sin la colaboración de todos. Hay que buscar el consenso del equipo directivo y el mayor número de compañeros posibles para mejorar el centro», zanjó.

La última intervención antes de finalizar la mesa redonda tuvo que ver con dos cuestiones diferentes y fueron únicamente los tres directores los encargados de responder. La primera estuvo relacionada con la forma en la que consiguen involucrar al profesorado en el programa y Alejandro Zamorano fue el más extenso. «El movimiento se demuestra andando. Debemos conseguir a unos pocos que vayan hacia delante y trabajen. Cuando los demás ven que ese grupo funciona, se suma. De primeras es muy difícil que todos se suban al barco», manifestó. María Dolores Hurtado habló en la misma línea. «Se intenta, pero no siempre se consigue. No todos los profesores tenemos que pensar igual. Nosotros llevamos cuatro años y aún nos queda mucho por aprender. Poco a poco se consigue que el claustro se una al Erasmus», confirmó.

La segunda y última cuestión de la mesa se dirigió a los criterios de selección del alumnado que entra en el programa Erasmus. Hurtado fue la primera en responder y dio sus claves para la selección: «La elección de alumnado es un quebradero de cabeza, pero en Primaria la nota debe ser buena al igual que su nivel de inglés. Es importante el comportamiento y también la relación del centro con la familia», explicó. Rubén Escavy fue escueto y mencionó las «notas, el buen nivel de inglés y la relación con el centro, pero además, si la familia tiene pocos recursos, el caso es el adecuado para entrar en el programa», dijo. Por último, Alejandro levantó los aplausos del público cuando añadió a los criterios de sus compañeros una nueva visión. «En mi centro queríamos darle la oportunidad de participar en Europa a alumnos que no son tan brillantes con el idioma o las notas. La entrevista personal nos ayuda a solventar ciertos problemas», concluyó.

Después de las ponencias de María Isabel Campuzano, Paula Rodríguez Bañón, David Crystal, María Dolores Hurtado y Alejandro Zamorano se dispuso un bloque de preguntas para los ponentes en el que Xavier Gisbert da Cruz, Presidente de la Asociación de Enseñanza Bilingüe, fue protagonista con sus intervenciones. El Presidente fue cuestionado acerca de cuántos centros bilingües habrá a partir de la nueva orden de la Consejería de Educación, Universidades, Ciencia y Portavocía y su respuesta puso el foco en la calidad. «No sé cuántos habrá, pero lo que voy a sugerir es que haya los que tenga que haber y que tengan la calidad suficiente para que los alumnos adquieran las competencias adecuadas. Lo que no tiene sentido es aumentar el número para ofrecer una calidad insuficiente. Lo importante no es la cantidad, sino la calidad», afirmó. El Presidente de la Asociación de Enseñanza Bilingüe también despejó las dudas en otras cuestiones, como si la participación en el programa bilingüe será requisito indispensable para recibir formación, a lo que contestó que «la formación, tanto lingüistica como metodológica como debe estar abierta para todos los profesores» a la vez que aseguró que «la enseñanza bilingüe debe estar estrechamente ligada con la internacionalización». En ese contexto, Xavier dispuso que «todo centro bilingüe debería tener un proyecto de internacionalización», concluyó.