La Federación de cooperativas de la Región de Murcia (FECOAM) mantiene desde sus comienzos actuaciones encaminadas a realizar un asesoramiento integral a las cooperativas, las cuales se están consolidando con proyectos innovadores que apuestan por el desarrollo local, por la inclusión de quienes tienen más dificultades para acceder al mercado de trabajo y por la responsabilidad social corporativa.

En estos momentos, estas empresas están centradas en dar respuesta a los retos de futuro, que van desde la apertura a nuevos mercados, la mejora de la competitividad, la consolidación en sectores tradicionales y el posicionamiento en los emergentes, impulsando el fortalecimiento, desarrollo y consolidación de las cooperativas agrarias.

El objetivo principal del Plan de Excelencia de la Economía Social sobre estrategias para aumentar la competitividad, es profundizar en las ventajas del tamaño para mejorar la rentabilidad de las cooperativas y su fuerza en el mercado, así como analizar las diferentes fórmulas que tienen para alcanzarlo y contrastar su eficacia en casos concretos.

Mayor tamaño, más competitividad

Como explican desde la Federación, «las cooperativas agroalimentarias tienen una gran importancia socioeconómica en la Unión Europea (UE), en España y en la Región de Murcia, tanto en términos cuantitativos como cualitativos», explican.

«En el primer caso, por el elevado número de socios que agrupan, de facturación y de puestos de trabajo que generan. Y, en el segundo, por el protagonismo que adquieren en el incremento de la competitividad de las explotaciones agrarias de sus socios, a través de la mejora de su poder de negociación frente a proveedores y clientes, y de los servicios, como suministros, asesoramiento, formación o comercialización, que les prestan».

Este papel trascendental se está viendo obstaculizado por el reducido tamaño de muchas de ellas, en comparación al de las grandes cadenas de distribución. Según datos del Observatorio Socioeconómico del Cooperativismo Agroalimentario Español (OSCAE, 2020), en 2019, el 41% de las cooperativas agroalimentarias españolas son microempresas, es decir, facturan menos de 2 millones de euros, y el 89% facturan menos de 10 millones de euros, presentando una facturación media de 8,3 millones de euro. «Esto hace que su capacidad quede limitada y haga necesario que incrementen su tamaño para mejorar su competitividad».

Así, desde el punto de vista empresarial, el Plan Estratégico del Cooperativismo Agroalimentario Español, realizado por Cooperativas Agro-alimentarias, señala el reducido tamaño de las cooperativas como una debilidad que afecta de forma negativa a la capacidad de negociación en la comercialización, de innovación y de atracción de recursos humanos.

Por ello, advierte que las cooperativas agroalimentarias españolas deberán mejorar su dimensión, para ser más competitivas y rentables en el mercado global donde deben actuar.

Para ello, el Eje I sobre sostenibilidad económica, establece como uno de los objetivos «avanzar en la integración de las cooperativas y en otras formas de intercooperación empresarial, para lograr grandes grupos cooperativos, entendiendo que la dimensión es un factor clave para acceder a otras capacidades también necesarias».

En el ámbito de la administración, la Ley 13/2013, de 2 de agosto, de fomento de la integración de cooperativas y de otras entidades asociativas de carácter agroalimentario recoge también que es fundamental el «impulso y fomento de la integración cooperativa y asociativa, en la convicción de que favorecerá la competitividad, el redimensionamiento, la modernización y la internacionalización de dichas entidades, en el marco de las reformas estructurales para mejorar la economía y competitividad del país».

Por todo ello, el trabajo realizado dentro del Plan de Excelencia para el aumento de la competitividad, pretende, pues, analizar las ventajas del tamaño para mejorar la competitividad de las cooperativas agroalimentarias, y las fórmulas para alcanzarlo.