España lleva meses disparando sus exportaciones de electricidad hacia Francia y acumula varios máximos históricos consecutivos de envíos de energía al país vecino en plena crisis energética. Más de la mitad del parque de centrales nucleares francesas no están operativas por problemas de mantenimiento y de corrosión, lo que está haciendo que las necesidades de importar electricidad del mercado galo sean acuciantes para garantizar el suministro.

Las interconexiones eléctricas que unen ambos países están exprimiendo su capacidad para llevar energía a Francia en pleno parón nuclear galo y en un momento en que el precio de la electricidad en España está muy por debajo del que registra el mercado francés gracias al efecto en los últimos meses de la ‘excepción ibérica’, el mecanismo que desde mediados de junio fija un precio máximo al gas que se utiliza para producir electricidad en España. Un mecanismo que ha quedado temporalmente sin efecto precisamente por el bajo precio del gas en España, por debajo del tope actual.

El récord de exportaciones de luz hacia Francia y la diferencia creciente de precios entre ambos mercados está haciendo que las tasas que las eléctricas deben pagar por utilizar las interconexiones internacionales también se estén disparando. Las denominadas rentas de congestión se calculan precisamente en función de la cantidad de energía que se transporta a través de los cables internacionales y del diferencial de precios de la electricidad entre ambos países.

Inyección millonaria

Cuanta más electricidad se transporte y mayor sea la diferencia de precios entre los dos mercados, mayores son unos ingresos que se reparten a partes iguales entre España y Francia. Hasta que entró en vigor la ‘excepción ibérica’, las rentas de congestión que le corresponden a España se destinaban íntegramente a financiar los costes de los peajes de acceso de las redes eléctricas españolas.

De los más de 700 millones de euros de rentas de congestión percibidas por España desde que se puso en marcha el tope al gas, más de la mitad se ha destinado a reducir el coste de la compensación a las plantas de gas y, con ello, a reducir el precio final de la electricidad en el mercado español. En concreto, entre el 15 de junio y hasta el 17 de octubre se han inyectado 414 millones procedentes de las rentas de congestión para reducir del ajuste para compensar a las centrales de gas.