Si tuviéramos que encontrar una palabra para describir a Enrique, casi con toda seguridad gente muy diversa coincidiría en un mismo adjetivo para acompañar a los diversos sustantivos de Enrique: bueno. Enrique Montoya Gracia era una buena persona, un hombre bueno, un buen tipo, un buenazo, un trabajador bueno, un buen sindicalista, un buen compañero... En la polisemia que significa vivir y relacionarse en diversos entornos, hablar de un hombre bueno, incluso en la imperfección que en todos habita, es describir de forma exacta y sintética la impronta que Enrique ha dejado en las personas que le han rodeado. 

Enrique fue un buen sindicalista, dando voz y organizando a los trabajadores de administración y servicios del sistema educativo, a través de la Federación de Enseñanza de CCOO en la Región de Murcia, de la que llegó a ser Secretario General en los primeros años del siglo XXI. Su vinculación al sindicato estaba basada en las fuertes convicciones de un hombre bueno, y en la empatía que generaba automáticamente con los problemas de las personas que reclamaban la acción del sindicato, revolviéndose con energía para buscar solución a cuantas injusticias o situaciones complicadas iba observando. 

Tras su paso por la Federación de Enseñanza, se incorporó a la Comisión Ejecutiva Regional en enero de 2009, en el momento de mayor conflictividad social y económica, tras el estallido de la crisis económica de 2008 que llevó aparejada la mayor oleada de recortes sociales conocidos en nuestros país y en la región de Murcia desde la recuperación de la democracia. Desde sus responsabilidades sindicales, contribuyó a afrontar las importantes movilizaciones que se desarrollaron, incluidas tres huelgas generales, representando al sindicato ante las administraciones públicas y participando en el Consejo Económico y Social de la Región de Murcia. 

Enrique ha sido un buen amigo, conocido por su tendencia a emocionarse y compartir la alegría y el gozo con los suyos. Quizás por eso siempre tenía a mano un chiste o una gracia para aliviar un momento de tensión, para buscar en la sonrisa la parte buena de la vida, para hacer una jugada maestra al dominó evitando que se convirtiese en una afrenta al adversario. Su recuerdo para nosotros será de lágrimas de alegría, de sonrisa sincera, de esa sonrisa emocionada y grande que siempre lucía en el rostro de un buen tipo, nuestro amigo Enrique.

Escrito por: Santiago Navarro, secretario General de CCOO RM; Daniel Bueno, secretario general de CCOO RM entre 2009 y 2015; Julio Mamblona Jiménez, secretario de Organización de CCOO RM entre 2009 y 2015; y Luis Medina Jerónimo, secretario de Organización de la Federación de Enseñanza de CCOO entre 2001 y 2009