La maquinaria para transformar la selectividad en una prueba con un carácter más competencial y menos exámenes ya está en marcha. El Ministerio de Educación y las comunidades autónomas se han reunido ya para afinar el borrador que hay ahora encima de la mesa. "Estamos en una fase técnica", remarca Sonia Madrid, vicerrectora de Estudios de la Universidad de Murcia, "presentando nuestras aportaciones".

No todo convence del plan escalonado del Ministerio para implantar una nueva selectividad a partir de 2024 con un modelo transitorio y una versión definitiva a partir de 2027. Educación quiere ensayar en primavera del próximo año la prueba de madurez académica que evaluará destrezas del ámbito lingüístico (castellano e inglés). Este examen puntuará con un 25% de la nota en la fase general, mientras que a partir del curso 2026/2027 las materias de Historia de la Filosofía y de Historia de España, que hasta entonces se evaluarán por separado y de forma obligatoria, se sumarán a la prueba de madurez.

Las comisiones autonómicas que gestionan la EBAU en cada comunidad consideran, entre ellas Murcia, que no da tiempo para implantar esta prueba. La "celeridad" del Ministerio para que los alumnos que este curso están en primero de Bachillerato ensayen este examen entre abril y junio de 2023 preocupa, sobre todo porque de no ser viable su estructura y corrección, los alumnos llegarían a segundo con otro cambio en dicho examen y "sin tiempo" para prepararla. Además, tampoco ven claro eliminar de esta evaluación la Literatura española.

"No vemos claro esta prueba", reconoce la vicerrectora. Las comunidades lo ven ajustado y precipitado por lo que piden retrasar un año más, a 2025, su implantación. "La prueba viene a reunir competencias muy distintas (lengua castellana y una extranjera, a la que se sumarían Historia de España y Filosofía en el curso 26/27), puede resultar un examen impracticable que los institutos no sepan abordar", añade Sonia Madrid, por lo que las comisiones tratan de ver con el Ministerio cómo abordar estos problemas para sacar adelante una prueba "más ajustada". La dificultad también atañe a la corrección de la prueba, donde Educación plantea criterios comunes en todas las comunidades.

Madrid, que tiene claro que la nueva selectividad debe estar basada en un modelo competencial y no tanto en el memorístico, pide también que las universidades participen "desde el punto de vista institucional" en el nuevo diseño: "La selectividad no es una prueba que evalúa el Bachillerato sino que establece el acceso a la universidad, y eso se está obviando. El Ministerio debe contar con gente que tenga experiencia en la EBAU".

Novedades de las pruebas

Más allá de la prueba de madurez, cuyo contenido se cerrará más adelante y que a partir de 2027 aunará el 75% de la nota, la fase general tendrá otra materia obligatoria de la modalidad de Bachiller que haya escogido el alumno y puntuará con el 25% restante. Esta parte de la selectividad se completará con una opcional donde se realizará hasta dos exámenes como máximo para aumentar la nota. El alumnado elegirá de entre las materias de modalidad ofertadas de 2º de Bachillerato o de las comunes.

La nota final de acceso se obtendrá calculando la media ponderada entre la nota de la etapa del Bachillerato y la nota de la selectividad. La propuesta del Ministerio es una ponderación del 60% para la nota del expediente académico y del 40% para la nota final de la prueba de acceso.

Próxima EBAU: 6, 7 y 8 de junio

Por lo pronto, la EBAU de 2023 se celebrará con el ‘formato pandemia’, donde los exámenes tendrán un abanico de preguntas sin opciones. Las fechas para la primera convocatoria serán los días 5, 6 y 7 de junio mientras que la repesca se celebrará los días 3, 4 y 5 de julio. La matriculación de los alumnos en las pruebas comenzará el 15 de mayo.