La Opinión de Murcia

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Meteorología

El otoño trae la amenaza de una inminente gota fría a la Región

La alta temperatura del Mediterráneo, que sigue a 27 grados en muchos puntos de la costa, favorece la aparición de tormentas torrenciales

La DANA de 2019 engulló el paseo marítimo de Los Alcázares tras las lluvias torrenciales. J.C.

El temor a la llegada de una nueva gota fría ondea en el horizonte de la Región de Murcia una vez finalizado el verano. Este próximo otoño, que dará comienzo el viernes por la tarde, será una estación marcada por el riesgo de una gota fría similar a la que sacudió la Región en septiembre de 2019, advierten los expertos. Todavía permanece en el recuerdo la DANA que provocó numerosos daños materiales y graves inundaciones en distintos municipios de la Comunidad, como Los Alcázares, Molina de Segura o Murcia, que vio cómo casi el río Segura se desbordaba a su paso por la capital.

El Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante señala, en este sentido, que el periodo de máximo riesgo se ha adelantado un mes, y a partir de esta semana cualquier embolsamiento de aire frío en la atmósfera puede generar una tormenta de gran intensidad y mucha lluvia en un corto espacio de tiempo. Precipitaciones que cuentan con un factor añadido y es que el mar Mediterráneo está a 27 grados en muchos puntos de la costa.

Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, alerta de que el verano ya ha superado el calor de 2003, el más tórrido desde que se tienen registros. Además, durante este verano se han registrado más noches tropicales de lo normal. En el observatorio de San Javier se registraron 66 noches tropicales, en el observatorio de Murcia fueron 75 y en el de Alcantarilla 54.

Y el mar a 27 grados supone una bomba en caso de formarse una gota fría. Una situación de la que todavía no hay pronósticos pero de la que los expertos en clima no dudan que puede castigar el Mediterráneo en cualquier momento ya a partir de esta semana.

Por su parte, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anunció este martes que en la Región concluye el verano más caluroso desde el año 1961 al registrarse una temperatura media de 26,2 grados y una anomalía de dos grados centígrados más que lo establecido para estas fechas.

En este sentido, Juan Esteban Palenzuela, delegado territorial de la Aemet en la Región, explicó que todos los meses estivales han sido secos: el periodo de junio a agosto tuvo 16,9 l/m2 de precipitación total media, lo que supone el 50% del valor medio, situándolo como el verano más seco de los últimos seis años.

La media de las temperaturas máximas del trimestre fue 33,6 ºC, con una anomalía de más 2,4 ºC, las más cálidas de, al menos, los últimos 62 años, superando a los 33,3ºC del año 2003. La media de las mínimas fue 18,7 ºC, con una anomalía de más 1,4 ºC, la cuarta más cálida detrás de la de los veranos de 2015, 2003 y 2012.

La media de las temperaturas máximas más altas se observó el 25 de julio, cuando se superaron los cuarenta grados de media en la Región, y la máxima absoluta trimestral, cuarenta y seis grados, registrada en la estación de Los Valientes de Molina de Segura. Por otro lado, la media de las temperaturas máximas más bajas se observó el día 1 y 3 de junio, y el 1 de julio, cuando se registró la máxima más baja del trimestre, con 24,3 grados, registrada el 1 de junio en Salinas de Cabo de Palos, en Cartagena.

Más de cuarenta días sufriendo un calor abrasador

España registró tres olas de calor durante el verano. La primera de ellas, entre el 12 y 18 de junio, fue la segunda más temprana desde que hay registros. La segunda, entre el 9 y 26 de julio, fue extraordinaria en cuanto a duración (con dieciocho días, fue la segunda más larga de la serie) y extensión (afectó a 43 provincias, máximo histórico). Además, fue la ola de calor más intensa de todas las registradas en España. La tercera ola de calor, que tuvo lugar entre el 30 de julio y 15 de agosto, fue la tercera más duradera, con diecisiete jornadas. En total, España estuvo bajo ola de calor 42 días, es decir, prácticamente la mitad del verano.

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