La resolución del Ministerio de Transición Ecológica ha considerado favorable el informe de impacto ambiental para el proyecto de instalación de la planta solar fotovoltaica de Puerto Lumbreras. El visto bueno del Ministerio a este informe supone la superación de una de las fases más condicionantes para la puesta en marcha de la planta solar fotovoltaica que, no exenta de polémica, supone una seria amenaza para el hábitat y la supervivencia de la tortuga mora, una especie con estatus de «vulnerable» en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

El proyecto, objeto de hasta tres expedientes, rechazado previamente en 2013 y 2018 por los impactos ambientales advertidos en alegaciones e informes del propio Ministerio, tiene ahora luz verde para proseguir con la fase de aprobación del proyecto, supeditado a una larga lista de condiciones que la empresa promotora se compromete a cumplir, pero el camino anuncia curvas.

Desde Ecologistas en Acción denuncian que las medidas son insuficientes para la conservación de especies como la tortuga mora y, además, carecen de garantías que aseguren su cumplimiento. Por otro lado, la Comunidad de Regantes de Puerto Lumbreras se ha erigido como el mayor azote en contra de la localización seleccionada para la instalación de la planta solar fotovoltaica, debido a la cantidad de hectáreas de terreno agrícola que va a arrebatar a los regantes.

La planta solar fotovoltaica que se espera construir en Puerto Lumbreras cuenta con una superficie de ocupación de 561,52 ha, dividida en un mosaico de 30 recintos solares distintos. Se espera que esta planta genere una potencia de 507,3 MW de pico y 400 MW de media. Para ello se pretenden instalar 838.230 módulos, con una línea aérea de alta tensión de 18,86 km de longitud que contará con 57 postes de apoyo.

El emplazamiento elegido para esta planta solar en mosaico se encuentra entre el Cabezo de la Jara y la Sierra de Enmedio. El informe de impacto ambiental ha inventariado un total de 19 especies de mamíferos, 3 de anfibios, 19 de reptiles y 87 taxones de aves. Pero la especie que más preocupa a los ecologistas es la tortuga mora, tanto por su estatus de «vulnerable», que comparte con otras especies presentes en el valle, como por sus especiales dificultades para emigrar y colonizar otros espacios.

"Solo da trabajo mientras se construye"

La Comunidad de Regantes de Puerto Lumbreras es el organismo que más férreamente se ha opuesto a la planta solar fotovoltaica. Los regantes no se oponen al proyecto en sí, sino a la localización elegida. Puerto Lumbreras cuenta con 4.022 ha de terreno agrícola propiedad de los regantes, de las que la planta solar ocupará un total de 561 ha. Su presidente, Antonio Martínez, asegura que no está en contra de la planta ni de la energía renovable, «pero no vale matar diez jornales para pagar uno. Este es un pueblo cuya actividad agrícola y ganadera representa el 55% de su economía. La planta solar da trabajo mientras se construye, pero después nada». A.Z.M.

El valle en que se pretende emplazar la planta solar fotovoltaica está considerado como una zona de alta densidad de tortuga mora, por lo que la instalación del parque de energía renovable supone, según la propia evaluación de impacto ambiental, «una pérdida de calidad de su hábitat que, indirectamente, dará lugar a un aumento de la mortalidad y la caída de su reproducción».

Pese a los riesgos existentes para la supervivencia del reptil, el informe ha considerado suficientes las medidas paliativas, que pasan por la creación de una zona de exclusión a la implantación del proyecto, que actúa como un corredor ecológico para garantizar que la tortuga mora no quede aislada de las poblaciones de su misma especie emplazadas al Sur.

Ecologistas en Acción es uno de los colectivo que más férrea oposición han mostrado a la aprobación del proyecto. «Ni siquiera con las condiciones que se registran en el informe existen garantías para la conservación del entorno de la tortuga mora», explica Rubén Vives, portavoz de la asociación. «Esta obra significa destruir el hábitat de la especie y a la propia especie en sí. Las medidas son insuficientes; no se deberían permitir estas obras».