La Opinión de Murcia

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Turismo

Viajar es un 25% más caro que antes del covid

Canarias y Baleares son los destinos nacionales con mayor afluencia pese al precio «desorbitado» de los vuelos y el alojamiento

Una clienta observa un folleto en una agencia de viajes. | RAFA ARJONES

Este verano se preveía como el de la recuperación definitiva del sector turístico, asolado por las restricciones derivadas de la pandemia del coronavirus. Las agencias de viajes comienzan a ver la luz al final del tortuoso túnel que la pandemia ha supuesto para todo el sector, pero las grandes dificultades para vender destinos en el extranjero suponen un último escollo que esquivar antes de la recuperación definitiva.

«Después de dos años la gente está ansiosa, alegre, con muchas ganas de viajar», señala Paco Piñero, de la agencia Tierras del Mundo, pero la subida en los precios de los vuelos al extranjero es el motivo principal que aleja a los murcianos de los destinos internacionales.

«Este verano hay una recuperación real, pero los precios de los viajes, en general, han subido en torno a un 25%», comenta Miriam Soto, de la agencia de viajes Zafiro Tours Murcia. La gran demanda de vuelos, junto al encarecimiento de los combustibles, repercute directamente en el coste del transporte aéreo, el medio predilecto de los usuarios para realizar viajes de más de 400 kilómetros, según una encuesta realizada por el Ministerio de Fomento en la época prepandemia.

Las Claves

Combustible e inflación

Impacto en las vacaciones

Muchos murcianos de clase media no podrán viajar de vacaciones como hacían antes de la pandemia de covid por disponer de menos liquidez por los efectos de la invasión rusa de Ucrania. 

Demanda

Destinos saturados

El gran aumento de la    demanda con respecto a los últimos veranos, con el turismo paralizado en el Este de Europa, ha concentrado a los turistas en los destinos internacionales más clásicos, como Francia, Nueva York, Países Bajos o Reino Unido.


Muchos murcianos optan por desplazarse en sus coches particulares o por volar a destinos nacionales, más baratos, para disfrutar de su tiempo de asueto, pero esto no evita el precio «desorbitado de los alojamientos tanto en Península como en las islas», explica Paco Piñero, de Tierras del Mundo. «Baleares y Canarias se están vendiendo muy bien, pero son dos ejemplos de los destinos que más han subido de precio».

Otro hecho que modifica los destinos de los murcianos para las vacaciones estivales es la convulsa situación que se vive en el Este de Europa por la invasión rusa de Ucrania. «Hungría este año se está vendiendo muy poco», asegura Paco Piñero. «Polonia, que era la que más se vendía por esa zona, ahora no se está vendiendo nada».

El miedo a viajar hacia los países eslavos y cercanías provoca el viraje ‘obligado’ hacia el Oeste por parte de los turistas murcianos, lo que deviene en una mayor concentración de la demanda en los destinos clásicos de Occidente. «Si la gente quiere salir y no se puede ir al Este, la inercia los lleva a otro sitio. París se está vendiendo muchísimo».

Los turistas que pueden afrontar los costes eligen destinos internacionales clásicos como Nueva York, Francia, Países Bajos o Reino Unido, pero también sorprende la afluencia a países menos habituales. Las naciones insulares de Sri Lanka o Maldivas, ubicadas en el Índico, triunfan como destinos exóticos, sobre todo para lunas de miel.

Punta Cana o Cancún, en la región del Caribe, son otros de los destinos estrella para este verano por las posibilidades más ‘baratas’ que ofrecen los vuelos chárter, pero, aun así, el efecto de la inflación es notable: «El año pasado el viaje completo al Caribe estaba en 1200 euros, pero ahora ronda entre los 1500 o 1600», explica Paco Piñero.

La realidad es que no todas las familias murcianas se pueden permitir un paquete comercial con destino al otro lado del charco. Los clientes llegan a las agencias de viajes con un presupuesto limitado y la firme ilusión de disfrutar de una semana completa de vacaciones pero, al ver los precios inflados por la demanda, el combustible y la carestía, topan con la realidad: «La gente que va más justa, cuando le das el presupuesto, directamente desiste», lamenta Miriam Soto.

La mejor opción para evitar quedarse en tierra este verano pasa por planificar con el tiempo suficiente las vacaciones, contratar el viaje deseado con la mayor antelación posible, o tratar de evitar la demanda desbocada de la temporada alta. Para los menos precavidos siempre queda la opción poco deseable de reducir los días de la estancia para ajustar el coste al presupuesto disponible o buscar alternativas más asequibles dentro del territorio nacional.

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