La flexibilidad que otorgó la Unión Europea para cultivar en tierras que deben estar en barbecho ha ocasionado una revolución en el paisaje agrícola de la Región de Murcia. No es de extrañar que atravesando determinados parajes o municipios nuestra vista se encuentre con cultivos de trigo, cebada, maíz o girasol, una agricultura de secano en la tierra del regadío difícil de imaginar.
La guerra en Ucrania provocó un temor fundado al desabastecimiento de cereales, ya que este país del este es considerado el granero de Europa. Bruselas, con el fin de buscar una alternativa para garantizar el suministro de alimentos como el pienso para el ganado, modificó las condiciones de las ayudas de la PAC para las tierras que reciben estos fondos.
Según datos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag), en la Región de Murcia hay 90.000 hectáreas en barbecho útiles para producir grano que permita obtener proteína vegetal. Las exigencias de Europa para recibir estas ayudas fijan que la superficie mínima que se debe dejar en descanso es del 5%, con el objetivo de que las tierras recuperen nutrientes y logren una buena próxima campaña.
La mayoría de esta superficie se encuentra en el Noroeste. Allí, localidades como Barranda (Caravaca de la Cruz) han experimentado un importante crecimiento de cereales como el trigo o la cebada. El concejal de Agricultura del municipio, José Antonio García, remarca que las condiciones meteorológicas y el ciclo de los cultivos no ha favorecido la siembra de este tipo de cereales, pero reconoce la moratoria de Bruselas ha animado a sacar adelante estas producciones en las tierras en barbecho.
En el Noroeste, Murcia, Fuente Álamo, Torre Pacheco o Cartagena hay tierras que optan por este cambio al secano
La Consejería de Agricultura no puede ofrecer datos todavía sobre este fenómeno agrícola en la Región, ya que todavía no ha recibido todas las declaraciones de la PAC de este año. Sin embargo, sí constatan que «la superficie de girasol ha aumentado considerablemente». Un ejemplo claro lo podemos encontrar en Corvera (Murcia) o municipios como Fuente Álamo, donde grandes extensiones de terreno que antes estaban aguardando alguna producción hortofrutícola ahora está poblada de grandes cabezas de girasol que buscan la luz.
Cosas insólitas
Vicente Carrión, presidente de Coag Cartagena, calcula que solo en maíz y girasol se han podido plantar en el Campo de Cartagena un poco más de cien hectáreas de terreno. «La guerra en Ucrania ha supuesto un cambio importante en cuanto a la agricultura aquí», subraya Carrión, «la comarca vive una explosión de cultivos de cereales» que permite obtener un beneficio por la demanda en el mercado, «no mucho», pero permite esquivar determinados gastos que terminan por encarecer el coste de producción, algo inviable en plena crisis de precios.
La Consejería remarca, en cuanto al cereal, que parece generar «bastante desconfianza hacer las siembras con el actual aumento del precio de los combustibles, las semillas, o los fertilizantes».
El representante de Coag pone como ejemplo de este cambio de paradigma agrícola los alrededores de Torre Pacheco, un municipio con fuerte atracción hacia el cultivo de hortalizas, que sin embargo empieza a coger carrerilla con el trigo o la cebada, al igual que Cartagena. Los terrenos que guardaron regadíos ilegales también han apostado por este secano.
En Fuente Álamo, al vicepresidente de Asaja, Alfonso Galera, le sorprende ver una plantación de girasoles: «Hace mucho tiempo que este tipo de cultivos no se veían con una presencia importante en estas tierras». Ahora incluso ya ha comenzado la primera cosecha de algunas tierras novicias con balas de paja que servirán de alimento para el ganado. «Esto puede ayudar a aliviar los precios en el mercado del pienso, que también se ha encarecido».
