¿Qué es AREMUR y quienes la constituyen?

AREMUR es la Asociación Empresarial de energías renovables y Ahorro Energético de Murcia, integrada dentro de la Federación Regional de Empresarios del Metal de Murcia (FREMM). Nuestra asociación la formamos 105 empresas de distinto perfil y tamaño, desde fabricantes líderes mundiales del sector fotovoltaico hasta pymes, y sobre todo, profesionales autónomos y micro pymes.

¿Sois una asociación con una larga andadura en la Región de Murcia. ¿Cómo fueron los primeros años?

Precisamente este año cumplimos 20 años. Nuestros inicios fueron de todo menos fáciles. Desde nuestra constitución, nuestro objetivo ha sido siempre muy claro; impulsar y fomentar la eficiencia energética y el desarrollo de las energías renovables en la Región de Murcia.

Un camino difícil donde iniciamos una carrera llena de continuos obstáculos de todo tipo, y lamentablemente desde distintos frentes. Recuerdo los primeros años, las luchas constantes defendiendo la tecnología en distintos foros, por ejemplo, para combatir falsos mitos afortunadamente hoy ya superados, y cómo no, las innumerables reuniones con la administración y la distribuidora defendiendo la necesidad y urgencia ya entonces de una regulación normativa que permitiera lo que entonces ya barruntaba podía ser la solución no solo a una ya evidente crisis climática, sino también energética. Desgraciadamente en este último frente aún continuamos.

¿Cuáles son los principales retos a los que os enfrentáis desde la asociación?

Nos hemos marcado unos retos y objetivos claros, aprobados recientemente en mi primera asamblea como presidente; una decidida apuesta por la eficiencia energética, el autoconsumo y las comunidades energéticas, propiciando un cambio en nuestro modelo energético.

Por otra parte, siempre tenemos presente que el desarrollo de las renovables ha de encontrarse inexorablemente en sintonía con el desarrollo y respeto por nuestro territorio. Somos parte de la solución de la crisis energética actual, tanto medioambiental como económica, y no debemos de suponer bajo ningún concepto, y como premisa principal, un problema quizás aún más grave.

¿Crees que se ha dado en la Región de Murcia un paso definitivo por la transición energética?

Rotundamente no, si bien los últimos acontecimientos vividos el último año con el encarecimiento de la factura de la luz, he de reconocer, han aumentado exponencialmente la demanda de nuestros servicios. Podríamos pensar entones que hemos dado ese primer paso hacia el cambio de modelo pero, en mi opinión, solo responde a esta necesidad urgente de reducir el coste económico, pero no a la interiorización de la necesidad de este cambio de modelo. Tenemos que transformar nuestras ciudades a unas nuevas ya del siglo XXI, descarbonizadas, dirigirnos de una vez por todas a un mercado eléctrico justo y transparente.

¿Qué barreras nos encontramos a la hora de apostar por el autoconsumo?

Como en otras épocas, y tristemente, la actuación de las distintas administraciones locales y regionales, la regulación del mercado eléctrico, y las conservadoras normas particulares de las distribuidoras eléctricas, aún del siglo XX, lastran e imposibilitan un mayor desarrollo del autoconsumo y el desarrollo de nuevos modelos de negocio asociados tanto al autoconsumo colectivo como a las comunidades de energía.

Una reciente guía de orientación a municipios ha sido publicada por el Instituto de diversificación y Ahorro de la Energía dependiente del Ministerio de transición ecológica nos da la razón en este campo.

Es necesario y urgente llevar a cabo la actualización de las ordenanzas municipales.

Desde AREMUR nos hemos reunido tanto con los principales responsables de la distribuidora de electricidad como con los responsables de varias direcciones generales para, en breve, dirigirnos a los ayuntamientos y manifestar nuestra preocupación, exponer y argumentar nuestras propuestas y apoyo en eliminar estas barreras.

¿Cómo se involucra a la ciudadanía en esta necesaria transición energética?

Nuestro objetivo es organizar campañas de dinamización social, pero solos no podremos. Es necesario que las administraciones nos acompañen y lideremos juntos el fomento e impulso de todas aquellas actuaciones que vayan dirigidas a estas campañas de dinamización social, mediante, por ejemplo, la elaboración de guías, campañas de comunicación, creación de talleres para los ciudadanos, y la formación para la especialización de nuestros profesionales.