La Opinión de Murcia

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Fiestas

La lluvia no impide que la Cruz cumpla con el ritual del baño

Moros y Cristianos abrieron paso a la patrona de la ciudad, ante una incesante lluvia, camino del Templete para realizar el acto más antiguo de las Fiestas

Parlamente entre el Sultán Moro y el Rey Cristiano, en el interior del Templete. | E. SOLER

La lluvia que azota a la Ciudad Santa del Noroeste murciano no fue impedimento para que Moros y Cristianos abrieran paso a la patrona de la ciudad, ante una incesante lluvia, camino del Templete para realizar el ritual del baño, el más antiguo de las Fiestas. El Baño de la Cruz en las aguas se viene celebrando al menos desde el año 1384, y su relación con los moros y cristianos actuales viene dada por el acompañamiento que recibía la Sagrada Reliquia, cuando salía en procesión desde su Santuario al baño extramuros de la ciudad.

El grupo de San Juan llegando a la Glorieta. | E.S.

Las calles del casco antiguo se volvieron a llenar de redobles de tambor anunciando el combate entre las filas agarenas y las huestes cristianas. A su llegada, se celebró el Parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, que se tuvo que realizar dentro del Templete, debido a la incesante lluvia. No se realizaba el Parlamento dentro del baldaquino desde el año 1996. Mientras tanto la Vera Cruz presidía desde lo alto de la cuesta que lleva su nombre. Ante la lluvia, más de medio millar de fieles la esperaban para recoger el agua recién bendecida como es tradición en el municipio. Tras el ritual, la Cruz continuó camino de la Parroquia de El Salvador, donde pernoctó su segunda noche en la ciudad. Ante las complicaciones del tiempo, la cofradía decidió cubrir el carro procesional para que no se estropeara.

La mañana se salvó de las inclemencias meteorológicas y se pudo celebrar con total normalidad el desfile infantil, con el cortejo del Cristiano, presidido por sus Infantes, los hermanos Marta y Sergio Marín Campos, así como el Bando Moro, con su Sultana Infantil, Maravillas Álvarez, y el Bando de los Caballos del Vino con María Marín a la cabeza y una veintena de peñas de ponis que participaron este año. Tras finalizar el desfile en la Gran Vía, los caballistas más menudos imitaron a sus mayores y corrieron la cuesta del castillo, al igual que sucede en la mañana del día dos.

Tras la carrera, el primer puesto fue para la Peña Tártaro, que cerró el cronómetro con un tiempo de 12’10. El segundo puesto fue para la Peña Mustafá (13,41), y en tercer lugar quedó la Peña Mini Azahara, que invirtió un tiempo de 13’9.

Hoy prosiguen los actos en el municipio con la Cruz de Impedidos, y si el tiempo lo permite la Gran Parada Desfile.

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