Los agricultores del Campo de Cartagena viven con una amenaza bajo tierra. Los niveles del acuífero que descarga agua contaminada al Mar Menor están muy altos en muchas zonas de la comarca y ya plantea un problema serio a la viabilidad de muchos cultivos leñosos como los cítricos u hortalizas y frutas que comienzan ahora la temporada de siembra. Los productores tratan de hacer lo posible para salvar sus cultivos de la acumulación de agua debido a las lluvias intensas que han caído en las últimas semanas, pero es que estas precipitaciones han recargado el acuífero y este vuelve a estar en boca de todos.
Explotaciones en las diputaciones cartageneras de La Puebla, La Palma, El Algar, El Carmolí o Los Urrutias son de las más afectadas. «Al sur de la rambla del Albujón los niveles del acuífero están muy cerca de superficie», señala el hidrogeólogo José Luis García Aróstegui, investigador del Instituto Geológico y Minero de España, quien ya documenta varios afloraciones en el terreno y sondeos por los que escapa el agua durante varios días. Un agua con una salinidad alta, de poco menos de seis gramos por litro, cuando muchas de las producciones no pueden exponerse a más de dos gramos, lo que amenaza con hacer inviables gran parte de las producciones actuales y que pone en duda las próximas cosechas.
«Muchos agricultores están estos días con motobombas achicando agua de los bancales», señala Vicente Carrión
Sin poder entrar a los campos
«Muchos agricultores están estos días con motobombas achicando agua de los bancales», explica Vicente Carrión, responsable de COAG en Cartagena. Esos encharcamientos ponen encima de la mesa otro problema: la ‘asfixia’ de las raíces ante tal cantidad de agua que terminará por pudrir las plantas. «No solo cítricos, sino plantaciones de raíz más pequeña como las patatas o el melón. Todo está perjudicado y no se puede trabajar» en las fincas, ni tampoco aplicar tratamientos fitosanitarios para salvar las cosechas de los hongos y plagas: «nos comen», subraya Carrión.
Aróstegui reconoce que ante estos datos históricos del freático del acuífero, «habría que remontarse a hace casi un siglo» para ver algo similar, muchas plantaciones terminarán arrancadas porque la rebaja de los niveles no se da de la noche a la mañana. «La hidrología en el Campo de Cartagena ha cambiado mucho y hay que abordar este problema teniendo en cuenta que las últimas lluvias han roto los esquemas». El acuífero irá «descargando lentamente» hacia los cauces y el Mar Menor y la baja permeabilidad del subsuelo no ayudará a que este proceso sea rápido.
«En las zonas más altas hacia el interior, alejándonos de la costa, como por ejemplo Torre Pacheco, el acuífero se ha llenado mucho y el nivel está a cuatro metros y medio de la superficie». En otros puntos, como la finca Lo Ferro de la Universidad Politécnica de Cartagena, esa profundidad del agua ha pasado de estar de 17 metros hace cinco años a siete metros por las últimas precipitaciones.
Dejar pasar el agua
Si las fincas están ahora luchando contra los elementos, ¿qué ocurre con el agua que les llega para regar? «La dejamos pasar», señalan varios agricultores consultados. El agua que queda a disposición de los regantes que llega de las plantas depuradoras es rechazada ahora mismo la saturación del Campo de Cartagena y mucha termina en el Mar Menor al no haber infraestructuras de retención.
De ahí que hace unos días ANSE denunciara el vertido de agua procedente de la depuradora de Cartagena en Cabezo Beaza en un gran agujero junto al polígono de Los Camachos y que ya está afectando a plantaciones de cítricos próximas a esta ubicación. «No se está consumiendo ninguna agua, las balsas están desbordas», apunta el responsable de COAG en Cartagena.
«Las últimas lluvias ponen en evidencia la falta de planificación en la gestión de infraestructuras de depuración y tratamiento de aguas de toda la comarca, que se terminan gestionando sin ningún control por diferentes comunidades de regantes», refleja Pedro García, director de ANSE.
«He perdido la cosecha de limones del próximo año. Necesitamos ayudas»
Un claro ejemplo de cómo presiona el acuífero desde abajo las explotaciones del Campo de Cartagena está en la finca de limoneros de Ricardo, un agricultor de la diputación de La Palma que sufre inundaciones en su terreno y afloramientos de agua subterránea debido a que el freático está muy alto en esta zona del Campo de Cartagena. «El agua está afectando gravemente a los árboles, están perdiendo las flores y esto no ha hecho más que empezar», en referencia a que los hongos llegarán más tarde cuando las temperaturas suban. «El pronóstico es malo», refleja Ricardo, que vaticina que perderá la cosecha de limones del próximo año. «En general el Campo de Cartagena ha recibido 250 litros por metro cuadrado de media, pero es que en mi finca ha superado los 500 litros desde que comenzaron las lluvias a principios de marzo».
Uno de los sondeos de la explotación de este agricultor ha estado soltando agua del acuífero más de un mes
Estos cítricos no son los únicos afectados ya que naranjos, pomelos o mandarinos, cultivados por compañeros suyos, sufren los mismos problemas. «Ahora mismo si las administraciones no se comprometen a dar un trato diferente a los cultivos leñosos de Cartagena tenemos muy difícil seguir trabajando. Necesitamos que declaren esta zona como catastrófica y que otorguen ayudas». Uno de los sondeos ubicados en su finca ha llegado a estar más de un mes con surgencias de agua del acuífero por el elevado nivel freático.
