La Opinión de Murcia

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Fauna

El largo camino por el Mediterráneo de la foca gris hasta llegar a Cartagena

El ejemplar, con más de 1.300 kilómetros a sus espaldas, ha sido localizado este martes en una playa de Cabo de Palos

Recorrido de la foca gris en el último mes y medio. Joaquín Vallés

Un pequeño descanso en costas cartageneras y el ejemplar de foca gris que ha sido visto estos días por el litoral regional ha emprendido su marcha por el mar Mediterráneo. El animal se hallaba en aparente buen estado físico cuando fue localizada en la playa de El Portús, aunque diferente fuentes consultadas apuntan a que este ejemplar ha sido visto desde el pasado fin de semana recorriendo la costa de Cabo Tiñoso. Precisamente volvió a ser vista este martes en una playa de Cabo de Palos.

Personal del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre El Valle de Murcia y Agendes Medioambientales trataron ayer por la noche de acercarse al animal en el Portús, pero este mantenía un comportamiento agresivo que no permitía su atención. Los técnicos prefirieron controlar el entorno para evitar que se acercaran curiosos y, en la mañana ya de este martes, la foca había emprendido su marcha. Fuentes de la Consejería apuntan a que el animal parecía cansado, por lo que paró a descansar, pero no tenía signos visibles de lesiones o daños.

Esta foca del norte de Europa lleva a sus espaldas más de 1.300 kilómetros de recorrido desde que entró en aguas españolas por la provincia andaluza de Huelva. Una red de expertos e interesados en la fauna marina, así como vigilantes de costa y guardas forestales han ido apuntando el viaje de este animal tras su entrada por el estrecho de Gribaltar. Su viaje pasó antes con paradas por la costa andaluza de cara al Atlántico, más concretamente en las playas de Doñana y en el Parque Natural Bahía de Cádiz. En estas dos ocasiones fechadas a finales de febrero, el ejemplar se encontraba en buen estado y fue protegido por agentes medioambientales.

Su ruta continuó doblando la localidad de Ceuta y dirigiendo su recorrido en paralelo a la costa marroquí, hasta recalar en el archipiélago español islas Chafarinas y posteriormente en otro punto del país africano cercano a la ciudad de Alhucemas a principios de marzo. Volvió a cruzar el mar de Alborán hasta alcanzar la costa malagueña, con parada en la playa del Saladillo en Estepona y en la playa del Peñoncillo, en Torrox, para continuar hasta la playa granadina del Cable en Motril, donde también paró a descansar.

Tras alcanzar la costa de Almería y doblar el cabo de Gata, llegó hasta aguas de la Región de Murcia, donde ayer pudo ser vista en la playa del Portús. Este animal del Atlántico Norte pudo haberse despistado en su ruta hacia latitudes más frías pero los expertos no creen que la temperatura más alta del Mediterráneo le pueda afectar siempre y cuando logre alimentarse. En el mes y medio que hay de avistamientos, los técnicos de Medio Ambiente de cada provincia han pedido a la población que no se acerque al ejemplar ni lo toquen para no estresarlo.

La foca, en la playa del Cable de Motril (Granada) EFE

Es muy raro localizar a este animal por el mar Mediterráneo, apunta Manuel Tapia, miembro de la Sociedad de Estudios Biológicos Iberoafricanos y responsable del área de conservación de la naturaleza de Guelaya-Ecologistas en Acción Melilla. El peso de un macho puede alcanzar los 400 kilográmos mientras que el de una hembra esta cifra llegaría a los 250. Todo apunta, según los datos recabados por los agentes medioambientales, en que este ejemplar podría ser una hembra.

Tapia señala que en el caso de España, ha habido avistamientos de esta especie esporádicamente en los últimos años, como en la costa andaluza más occidental en 2012, mientras que en la Región su presencia se remonta a los últimos años de la década de los 90. Otra de las especies con presencia en las costas murcianas hace muchos años era la foca monje, que estableció incluso colonias entre Cabo Tiñoso y Cabo Cope.

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