No hay que derrochar. Esta es la máxima que se está imponiendo en la Universidad de Murcia ante la escalada del precio de la energía eléctrica, que el pasado año obligó a desembolsar a la institución cinco millones de euros en facturas energéticas, más del doble de lo desembolsado en 2020 y un 56% más de lo abonado en 2019. El coste del gas, por otro lado, se estima que pase de una cifra como 167.000 euros de hace tres años a unos 450.000 euros en este 2022.
La guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia por su ataque han logrado desestabilizar los mercados de los combustibles y de la energía, que han disparado su precio y la UMU no es ajena a esto. La institución prevé que su gasto para cubrir las necesidades energéticas de sus centros llegue a los diez millones de euros si los mercados no se relajan. Este dinero acaba por restarse a otras partidas presupuestarias.
Frente a esto, la institución ya está elaborando un plan de contingencia que pasaría por plantear una mayor eficiencia de sus centros. Esto no necesariamente implica quitar la climatización de las aulas, según explica Antonio Calvo-Flores, vicerrector de Economía que tomará su cargo este viernes, sino limitarla en función de la ocupación de cada sala reduciendo, eso sí, el confort térmico para lograr ahorrar algo.
Estos días de frío y previsible lluvia la UMU no pretende tocar la calefacción, pero si la semana que viene volviera el buen tiempo sí comenzaría a desconectarla.
Reducir los picos de consumo
Llevar el consumo energético al máximo en un corto periodo de tiempo es uno de los problemas que hay que resolver. Los picos de energía, donde la UMU acaba desembolsando más por la luz que consume, se pretenden evitar llevando a cabo una entrada escalonada en las facultades. El vicerrector contempla más para el próximo curso que para el actual modificar los horarios lectivos para distribuir el acceso a los centros en un periodo de media hora, «lo que provocará una disminución de la potencia máxima reduciendo así el coste».
La intención de este plan extraordinario «y temporal», que la UMU irá afinando en las próximas semanas, pasa también por la «limitación de servicios en horario nocturno o la reordenación de la política de apertura de edificios en periodos de muy de baja concurrencia», tal y como menciona el rector José Luján en un correo enviado a la comunidad educativa el pasado viernes.
Calvo-Flores, que también tuvo que hacer frente a medidas parecidas durante los años posteriores al estallido de la crisis económica de 2008, señala medidas que la UMU ya está estudiando como cerrar instalaciones en horas de poco uso como por las noches o durante periodos del día donde se sepa de antemano que hay muy poca afluencia.
El vicerrector y el CEUM creen que el nuevo plan de financiación de la Comunidad debe tener en cuenta estos problemas
Apuestas
La dependencia energética de la UMU del mercado mayorista de la electricidad cada vez se pretende que sea menos para apostar por las renovables. El vicerrector tiene claro que la UMU seguirá implantando placas fotovoltaicas: Vamos a disminuir el uso de la energía a medio plazo mejorando nuestra capacidad de autoconsumo».
Entre otras estrategias, Calvo señala la producción de hidrógeno verde a partir de la energía solar como «uno de los vectores de futuro en el que nos podemos implicar». La idea pasaría por «empezar a experimentar para su uso en vehículos, como medida de almacenamiento para poder emplear esa energía en periodos concretos del día como por las tardes o usar el hidrógeno para la climatización de los invernaderos de la UMU».
Los estudiantes piden medidas
Los estudiantes, por su parte, han abierto el debate de cómo les afecta a ellos este encarecimiento del combustible y la inflación generalizada de los productos. La delegación de Estudiantes de la Facultad de Derecho reclamó ayer medidas como facilitar la docencia online para aquellos alumnos que no puedan costearse el traslado a la UMU desde municipios lejanos al campus. El Consejo de Estudiantes (CEUM) reclamó un sistema de becas que cubra las nuevas necesidades derivadas de la situación económica. Tanto este órgano estudiantil como el vicerrector creen necesario que el nuevo plan plurianual de financiación de la Comunidad recoja el suficiente dinero para cubrir estos contingentes a los que se está haciendo frente con recursos limitados.
Alianza entre la UCAM y el Consejo Global para la Tolerancia y la Paz
La Universidad Católica de Murcia ha logrado una alianza con Consejo Global para la Tolerancia y la Paz, cuyo presidente Ahmed Bin Mohamed Al Jarwan se reunió ayer con el dirigente de la institución académica, José Luis Mendoza, para sentar las bases de los proyectos que se pondrán en marcha. «La UCAM es una universidad de mucho prestigio. Estamos buscando socios en el ámbito académico para promover la paz y la tolerancia en diferentes partes del mundo», señaló Al Jarwan, quien es considerado como «una de las personas más influyentes del mundo árabe». «Ya se están estrechando lazos con diferentes instituciones como el Consejo y universidades como la nuestra».
