Con frecuencia, en los medios de comunicación se habla de transferencia de tecnología. ¿Cómo se traduce el concepto en la Región de Murcia?

La transferencia de tecnología es la clave para que la investigación y la innovación sean el motor que impulse la economía. Es el camino que garantiza que el conocimiento se materializa en mejora de productos y procesos, en una mayor calidad de vida, en progreso y bienestar para la sociedad. La cooperación entre el ámbito científico y la empresa es el paradigma de la sociedad del siglo XXI. Si somos capaces de establecer cauces para que ese flujo sea continuado y fructífero, habremos avanzado mucho en nuestro camino para construir la Región tecnificada y sostenible que queremos para el futuro.

Por citar un ejemplo, esa transferencia de tecnología desde los centros de investigación al producto final puede ir desde el desarrollo de un producto de embalaje para lechugas a sistemas sofisticados de blockchain para proteger los valores intangibles de una firma.

Sin embargo, aquí, como en el resto de España, queda todavía mucho por hacer. Lo más positivo es que se está generando una cultura que propiciará que cada vez sea mayor el contacto entre el mundo del conocimiento y el mundo de la empresa. Porque se ha demostrado que de esta forma se mejora la competitividad de nuestro tejido productivo y se aumenta la capacidad exportadora de las empresas murcianas. 

La transferencia de la que habla, ¿se produce en la Región de Murcia de manera fluida?

En nuestra Región, en términos generales, observamos en los últimos años que se ha incrementado notablemente la interconexión entre todas las partes implicadas. Y, desde luego, estimulamos que aumente ese flujo de los logros en los centros de investigación (sean los del ámbito sanitario, los que poseen ciertas empresas de mayores dimensiones, las empresas de ingeniería o los centros tecnológicos) a productos o servicios innovadores. 

Ese es el camino en el que tenemos que seguir avanzando. Por un lado, incidiendo más en que las empresas sepan que muchas de las innovaciones que necesitan para mantener su competitividad las pueden encontrar en la Región, a veces en el polígono industrial donde tienen sus instalaciones. Y por otro lado, trasladando a las entidades donde se genera la I+D que sus logros pueden aplicarse aquí mismo, en la Región. Son frecuentes los casos de empresas que se sorprenden de que los sistemas o metodologías que buscan están, por así decirlo, a la vuelta de la esquina, no en California o Dusseldorf.

En resumen, aumentar los canales de información, establecer puentes y alimentar una relación fluida entre ambos mundos, que deben ser las dos caras de la misma moneda, es el secreto para que la transferencia se transforme en cooperación efectiva y sume a favor de nuestro crecimiento.

¿Qué consecuencias tendrá la mejora de esa transferencia de conocimientos hacia las empresas?

Ya mencioné la mejora de la competitividad del conjunto del tejido empresarial. Esto para las empresas consolidadas. Pero, sobre todo, tiene importancia para las empresas creadas más recientemente. Si los proyectos empresariales más recientes tienen acceso a esa transferencia de conocimientos desde el principio, a aquello que les diferencia, ya poseen una gran ventaja para afrontar mercados cada vez más competitivos. 

Todos conocemos cómo comenzaron las grandes tecnológicas. Han llegado a ser lo que son porque desde sus inicios en un garaje tenían ese plus de conocimiento que ningún competidor poseía. Cobraron ese impulso inicial que siempre les ha mantenido en cabeza. Según el último informe COTEC, de hace unos días, la Región de Murcia y pese a la covid-19, desde 2020, es en términos relativos, la 1ª Comunidad con más empresas ‘gacela’, es decir, empresas con un poder de crecimiento exponencial. Y estamos hablando de pymes. Esto sólo es posible gracias, en buena parte, a la transferencia del conocimiento y su aplicación en proyectos empresariales. De hecho, no pocas de entre ellas, son proyectos que nacieron en universidades y otros centros de investigación.

¿Qué hace el INFO para fomentar esa transferencia de conocimiento?

Actuamos, principalmente, sobre tres ejes. Capacitación, financiación y realización de eventos donde ese concepto de transferencia, a veces tan abstracto, se materializa en acuerdos de cooperación tecnológica. Ejes que, por otra parte, están alineados con las políticas de desarrollo regional europeas y, en consecuencia, cuentan con el respaldo económico de los fondos FEDER. Así, a lo largo del año hacemos numerosas actividades de capacitación que acercan a nuestras empresas desde el uso de patentes, marcas y registros industriales a cursos especializados para acceder a programas nacionales (CDTI y otros) o de la propia Unión Europea. Además, con múltiples programas de ayudas y subvenciones, promovemos el flujo de conocimiento entre proveedores de servicios y las empresas regionales. 

Y, por último, hemos adquirido relevancia a nivel internacional por iniciativas como el ‘Food Brokerage’, donde se dan cita las últimas novedades en tecnología alimentaría y se propician reuniones bilaterales para establecer acuerdos de cooperación tecnológica o el Servicio de Comercialización SEIMED, una plataforma virtual donde puede ofertar sus servicios tecnológicos a empresas europeas, pero también de otros países del mundo, hasta un total de 60 naciones.